
Coca Cola
El anuncio de la Coca-Cola hecho con IA hace saltar las alarmas: ha llevado horas de trabajo, pero se sigue viendo raro
Coca-Cola utilizó inteligencia artificial para crear su campaña navideña, generando más de 70.000 clips y desatando dudas sobre la eficiencia y madurez de esta tecnología en producciones comerciales

La gigante de los refrescos ha publicado su anuncio navideño titulado “Se acercan las fiestas”, un intento de homenajear su clásico de 1995 que, igual que el año pasado, va camino de convertirse en una tormenta de críticas y burlas.
El vídeo fue realizado de la mano de la compañía de IA Silverside AI, lo que resulta una decisión sorprendente después del mal resultado que pudimos ver en la creación de 2024.
En aquella ocasión, observamos a unos individuos que parecían de todo menos seres humanos, con rostros fríos y perturbadores. A esto se le sumaban otros errores incomprensibles, como que las ruedas de los vehículos giraban en distintas direcciones o, en algunos casos, ni siquiera giraban.
Este año, con la intención de no mostrar unos seres que, más que el espíritu navideño, representaran el terror de Halloween, decidieron transformar el anuncio en algo más “fantástico”, donde podemos ver que casi todos los personajes que aparecen son animales. Y aunque algunos de ellos, como el oso perezoso, poco tienen que ver con la navidad, lo cierto es que, tras lo visto anteriormente, podemos afirmar que la IA funcionó mejor en esta ocasión. Claro que el listón no estaba precisamente alto.
Incluso se atrevieron a arriesgar una vez más con un rostro humano, mostrando la cara de Papá Noel en un primer plano hiperrealista, donde su mano saluda mientras sus dedos se distorsionan de forma mágica justo antes de que aparezca en pantalla el eslogan: “Magia Real”.
Un resultado que cuestiona los avances de la inteligencia artificial
Lo más impactante llegó con la siguiente publicación de Coca-Cola: un vídeo detrás de cámaras de la campaña publicitaria, donde una vez más utilizaban la IA para la narración y revelaban que fue necesario generar más de 70.000 clips para el anuncio.
Lo que para cualquiera resulta una cantidad excesiva de material producido para una pieza de tan poca duración. A esto se le suman otros factores como el gasto medioambiental y la pobre calidad del producto final. Por su parte, Coca-Cola saca pecho por haber necesitado solo cinco profesionales de IA y un mes de trabajo. Esto podría explicar la aparición de un oso perezoso en medio de una ciudad navideña.
Todo esto ha generado un debate sobre si las inteligencias artificiales de creación de vídeo se están quedando atrás. Algo que realmente no parece ser el caso, sino que quizá aún es demasiado pronto: todavía no están listas para crear piezas largas y cohesionadas. El ejemplo está en el primer anuncio generado por IA de Google a partir de su modelo Veo 3, publicado hace unos días: una serie de imágenes con estilo caricaturesco, breve y eficaz, que evita la posibilidad de error y optimiza los recursos al máximo.
Y aunque el resultado es mejorable, a Coca-Cola este año la IA no le funcionó del todo mal. Quizá por eso deberíamos plantearnos que el problema no reside únicamente en la tecnología utilizada, sino en lo que la audiencia esperaba: esa calidez, coherencia y encanto que caracterizaban los anuncios clásicos de Coca-Cola, y que muchos siguen echando de menos.
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