Inteligencia militar

Demis Hassabis, CEO de Google Deepmind, rompe el tabú sobre la IA y los ejércitos: "Desafortunadamente, el mundo se ha vuelto un lugar mucho más peligroso"

El escenario geopolítico de los últimos años y los conflictos armados requieren de una respuesta por parte de los actores tecnológicos de cara a aprovechar sus investigaciones en materia militar

Demis Hassabis deposita grandes esperanzas en el futuro con la inteligencia artificial
Demis Hassabis deposita grandes esperanzas en el futuro con la inteligencia artificialBLOOMBERG / GETTY IMAGES

Cuando en el año 2014 el gigante tecnológico estadounidense Google adquirió Deepmind, lo hizo con el compromiso de que no usaría su tecnología con fines militares. Sin embargo, la evolución del panorama geopolítico ha hecho que la división que lidera el investigador de inteligencia artificial Demis Hassabis haya tenido que recalcular su hoja de ruta en ese aspecto.

Los conflictos bélicos entre países se recrudecen, la tensión política entre bloques es latente, y con decisiones como la adoptada por China de limitar la exportación de tierras raras aumenta.

También lo hace el peso de compañías como Anduril, cuya industria se centra en la implantación de inteligencia artificial y realidad aumentada en el ámbito militar y de defensa, siendo ya un proveedor importante para la administración estadounidense.

El panorama internacional requiere adaptación

Todos esos detalles han supuesto que Google Deepmind haya tenido que replantear su idea inicial, tal como reconoció el director ejecutivo de la firma en una entrevista concedida a la revista Time el pasado mes de abril. En ella, Hassabis justificaba el cambio de rumbo dentro de Deepmind en materia tecnológica con fines militares: “Desafortunadamente, el mundo se ha convertido en un lugar mucho más peligroso. Creo que ya no podemos dar por sentado que los valores democráticos van a prevalecer”, apuntaba con total sinceridad.

Un vaticinio preocupante y para el que Hassabis se sustenta en la existencia de “serias amenazas”, que exigen a las compañías con la capacidad necesaria de trabajo a establecer un vínculo en materia de defensa con los gobiernos, y que este pueda derivar en nuevos frentes de trabajo conjunto: “Trabajar con ellos nos permite trabajar con otros sectores regulados importantes, como la banca, la atención médica, etc”.

No obstante, y pese al cambio de planteamiento original sobre lo referido tras la unión de Google y Deepmind en 2014, Demis Hassabis tiene claro que el fin último de las investigaciones y desarrollos que se llevan a cabo en su departamento han de cumplir con la filosofía establecida en los comienzos:

“Lo fundamental de nuestros principios siempre ha sido: debemos sopesar cuidadosamente los beneficios, y estos deben superar con creces el riesgo de daño”

Demis Hassabis en declaraciones a la revista TIME

Una línea de actuación con unas bases innegociables, pero con la flexibilidad suficiente a la hora de dar proyección a las investigaciones y buscar su implantación en los ámbitos requeridos, como en este momento pueda ser el plano militar y de defensa. Todo ello, como no podía ser de otro modo, y como apunta el propio Hassabis, con unas líneas éticas bien marcadas: “Ese es un estándar muy alto para cualquier cosa que queramos hacer. Por supuesto, debemos respetar el derecho internacional y los derechos humanos; todo eso sigue vigente”, destacó.

Así pues, Demis Hassabis y Google Deepmind se han visto en la necesidad de responder a los tiempos actuales adaptando algunos de sus proyectos a los requerimientos en materia de defensa a los que obligan un panorama geopolítico inestable y unas evoluciones y aplicaciones tecnológicas que pueden ser una llave de suma importancia en conflictos futuros.