Aunque muchos de los actores implicados en la evolución de la inteligencia artificial quieren ofrecer solo sus bondades y aplicaciones prácticas para facilitar la vida cotidiana y agilizar procesos laborales, lo cierto es que a nadie se le escapan otras vertientes en las que puede actuar, como el campo de batalla.

Buena muestra de ello la tenemos en los ataques con drones que se están realizando en la guerra entre Rusia y Ucrania. Pero las aeronaves sin tripulación y controladas remotamente se quedan a años luz del avance en el que trabaja todo un referente tecnológico como Meta, la compañía de Mark Zuckerberg.

La tecnología militar del futuro

Los países saben que la inteligencia artificial y la realidad aumentada son cuestiones cuyo conocimiento previo frente a sus oponentes les puede dar una ventaja en el campo de batalla y Meta, en colaboración con la empresa de tecnología de defensa Anduril, anunciaron el pasado jueves un acuerdo de colaboración para desarrollar equipamientos con estas dos tecnologías para los soldados del ejército de los Estados Unidos, tal como informa la propia Anduril.

Como indica el propio comunicado, el acuerdo se basará en diseñar, construir y desplegar de forma conjunta sistemas portátiles que darán capacidad a los soldados de controlar máquinas autónomas y acceder a inteligencia de combate. Para tal fin, Meta pone a disposición del proyecto sus avances en materia de inteligencia artificial y realidad aumentada mientras que Anduril se encargará de la plataforma de análisis de campo de batalla, llamada Lattice.

Conocer este tipo de relaciones entre compañías tecnológicas para fines bélicos hace que las previsiones de algunos expertos como Jack Ma acerca de los peligros de la evolución de la inteligencia artificial cada vez se vean más próximos.

El proyecto, financiado de forma plena por inversión privada, prevé una colaboración a diez años vista que culmine con la dotación para el ejército de Estados Unidos de los sistemas más vanguardistas en cuanto a información en tiempo real de las condiciones del terreno en que se desarrolle el conflicto, otorgando soluciones tecnológicas inmersivas con las que los soldados siempre tengan una ventaja a la hora de la toma de decisiones.

Zuckerberg y Luckey, orgullosos de su nueva vinculación

El propio Mark Zuckerberg valoró el acuerdo señalando que en Meta “Nos enorgullece colaborar con Anduril para llevar estas tecnologías a los militares estadounidenses que protegen nuestros intereses tanto en el país como en el extranjero”.

Por su parte, el fundador de Anduril y ex trabajador de Meta, Palmer Luckey, se mostró emocionado ante la relevancia de esta colaboración y las capacidades de las que puede dotar a los soldados del ejército estadounidense:

“De todas las áreas donde la tecnología de doble uso puede marcar la diferencia para Estados Unidos, esta es la que más me entusiasma. Mi misión desde hace tiempo ha sido convertir a los combatientes en tecnomantes, y los productos que desarrollamos con Meta lo consiguen”

Así pues, la inteligencia artificial y la realidad aumentada tienen un nuevo horizonte de colaboración con la industria de defensa que puede dar a los Estados Unidos una ventaja en este ámbito.

Pero no solo eso, sino que este paso puede servir a otros bloques para enfocar sus esfuerzos en materia de IA también a la vertiente militar para evitar quedarse atrás en una carrera que generará escalofríos en el resto del mundo.