Tecnología
Guerra total entre el nuevo CEO de Intel y Donald Trump: el presidente exige su dimisión y él responde que son 'noticias falsas'
Lo que empezó como una investigación sobre los lazos con China del nuevo CEO de la compañía, Lip-Bu Tan, se ha convertido en un enfrentamiento directo con el presidente Donald Trump
Intel se encuentra en medio de la tormenta perfecta. Mientras la compañía lucha por sobrevivir a una de las peores crisis de su historia, con miles de despidos, una calificación crediticia al borde del bono basura y una tecnología que se ha quedado por detrás de sus rivales, un nuevo frente se ha abierto en el campo de batalla más inesperado: la Casa Blanca.
El nuevo CEO de Intel, Lip-Bu Tan, que tomó las riendas de la compañía en marzo tras la destitución de Pat Gelsinger, está ahora en el punto de mira de la administración Trump por sus supuestos vínculos con la industria de semiconductores de China. La situación ha escalado hasta tal punto que el propio presidente Trump ha pedido públicamente su "dimisión inmediata".
Las acusaciones: inversiones millonarias y exportaciones ilegales
La controversia estalló cuando el senador republicano Tom Cotton, citando preocupaciones de seguridad nacional, cuestionó al consejo de administración de Intel sobre el historial de su nuevo CEO. Las acusaciones se centran en dos puntos clave.
El primero, su etapa como CEO de Cadence Design Systems, compañía que recientemente se declaró culpable de exportar a sabiendas herramientas y propiedad intelectual restringida a la Universidad Nacional de Tecnología de Defensa de China entre 2015 y 2021, un período en el que Tan dirigía la empresa.
El segundo, sus inversiones a través de su firma de capital riesgo, Walden, que ha inyectado más de 200 millones de dólares en fabricantes de chips chinos avanzados. Aunque ninguna de estas empresas está en la lista negra de entidades vinculadas al complejo militar-industrial chino, para la administración Trump, estos lazos son inaceptables.
La defensa de Tan: "Es desinformación"
Frente a la petición de dimisión del presidente, la respuesta de Lip-Bu Tan ha sido firme. En una carta dirigida a los empleados de Intel, el CEO ha calificado las sospechas sobre sus tratos con China como "desinformación" y ha confirmado que la compañía ya se está reuniendo con la administración Trump para aclarar la situación.
En su defensa, Tan ha afirmado que, a lo largo de una carrera de cuatro décadas, siempre ha cumplido con los más altos estándares legales y éticos. Ha recordado que lleva más de 40 años viviendo en Estados Unidos y que está comprometido con la seguridad y la fortaleza económica del país.
Además, ha aprovechado para reafirmar el papel crítico de Intel como la única compañía estadounidense que fabrica chips avanzados, en un momento en que la competencia con rivales de Taiwán y Corea del Sur es más feroz que nunca.
Este enfrentamiento directo entre el líder de una de las empresas tecnológicas más icónicas de Estados Unidos y el propio presidente del país añade una capa de inestabilidad a una compañía que ya se encuentra en una situación extremadamente delicada. La guerra por el futuro de los semiconductores no se libra solo en los laboratorios, sino también, y cada vez más, en los despachos de Washington.