
Espacio
Máxima tensión en la Estación Espacial de China: un accidente habría dejado a sus astronautas atrapados
La cápsula Shenzhou-20 podría haber sido golpeada por un fragmento de basura espacial, dejando a sus astronautas sin una vía segura para volver a casa

La calma habitual en la estación espacial china Tiangong se ha visto alterada tras un incidente que ha obligado a suspender el regreso de su tripulación. La cápsula Shenzhou-20, encargada de traer de vuelta a los tres astronautas que llevan meses en órbita, podría haber sido golpeada por un fragmento de basura espacial. Aunque el impacto no ha comprometido la seguridad inmediata de los tripulantes, las autoridades chinas han decidido retrasar el regreso a la Tierra.
La Agencia Espacial Tripulada de China (CNSA) confirmó que la prioridad es garantizar la integridad de la nave y salud de los astronautas. En principio, no se han reportado heridos ni daños en la estación Tiangong, sí en la Shenzhou-20, pero el posible choque con un objeto en órbita ha generado preocupación en la comunidad internacional.
En el espacio una canica es como una granada
Según los primeros informes, el impacto habría afectado a la nave Shenzhou-20, que debía iniciar su regreso en los próximos días. Un fragmento de basura espacial —posiblemente de apenas unos milímetros— habría chocado contra el exterior del módulo, alterando su escudo térmico o estructura. Aunque todavía se trata de una hipótesis, las consecuencias son lo bastante preocupantes como para posponer la reentrada atmosférica, una maniobra que exige precisión milimétrica y absoluta confianza en la nave.
A las velocidades a las que se mueven los objetos en órbita baja —más de 27.000 kilómetros por hora—, incluso un elemento del tamaño de una canica puede liberar una energía equivalente a la de una granada de mano. Un impacto de ese tipo es capaz de dañar sistemas vitales o destrozar una pared de la nave. Por ello, la CMSA ha preferido no correr riesgos innecesarios y mantener a la tripulación en la estación hasta que se determine si el módulo es seguro para descender.
Mientras tanto, los astronautas continúan su labor a bordo de Tiangong con normalidad, en comunicación constante con el centro de control en Pekín. Las tareas científicas y de mantenimiento siguen en marcha, aunque bajo máxima precaución. En caso de que la cápsula no sea apta para el regreso, como ya ha sucedido otras veces en el espacio, se baraja la posibilidad de lanzar una misión alternativa sin tripulación, que actuaría de vehículo de rescate.
No obstante, el incidente subraya un problema: la saturación de basura en la órbita terrestre. Restos de cohetes, satélites fuera de servicio y fragmentos generados por colisiones anteriores circulan sin control, aumentando la probabilidad de nuevos accidentes. De hecho, organismos como la NASA, la ESA o la propia CMSA ya han alertado repetidamente de que una colisión en cadena podría inutilizar franjas enteras del espacio cercano.
China aspira a convertirse en la gran potencia orbital del siglo XXI, por lo que se enfrenta una prueba crítica. Su estación Tiangong es el símbolo de esa ambición, así que mantenerla segura resulta una prioridad nacional. En las próximas semanas conoceremos el desenlace, pero lo que está claro es que la misión Shenzhou-20 pasará a la historia como una advertencia: hasta la ingeniería espacial más avanzada puede sucumbir ante un trozo de basura espacial.
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