
Investigaciones
Tenía 3.000 años y estaba enterrada en las profundidades de la Tierra: ahora la han desenterrado
Semiyarka revela que las comunidades de la Edad de Bronce podían levantar ciudades planificadas y permanentes

En medio de las estepas de Kazajistán, ha aparecido un hallazgo arqueológico que ha devuelto a la vida una ciudad que llevaba más de 3.000 años enterrada bajo tierra.
Lo que parecía un terreno olvidado y devastado por el duro paso del tiempo resultó ser Semiyarka, un asentamiento de la Edad de Bronce que rompe con la idea que se tenía hasta ahora de que aquellas comunidades eran solo seminómadas.
Aunque es cierto que la ciudad ya había sido identificada en la década de los 2000, una excavación reciente reveló que su extensión era mucho mayor de lo que se pensaba, con una extensión de hasta 346 acres planificados, lo que supone un tamaño cuatro veces más grande que cualquier aldea de la región que existía en aquel tiempo.
Una ciudad que reescribe la historia
Los arqueólogos encontraron restos de viviendas alineadas en dos hileras de montículos rectangulares y una estructura central monumental, el doble de tamaño que las casas comunes.
Por el momento nadie sabe con certeza si fue un espacio comunitario, un lugar ritual o la residencia de una familia poderosa, pero lo que sí queda claro es que Semiyarka fue un centro urbano organizado con una poderosa estructura.
Pero esta prosperidad tenía un elemento clave: en una zona donde el metal era escaso, los habitantes levantaron una auténtica zona industrial dedicada a la producción de estaño y bronce.
Allí se hallaron crisoles, restos de metales y herramientas que evidencian un sistema de producción a gran escala, muy lejos de los pequeños talleres de los que se tenía constancia hasta el momento.
“Semiyarka cambia nuestra perspectiva sobre las sociedades esteparias”, explica Miljana Radivojevic, arqueóloga del University College de Londres. “Demuestra que las comunidades móviles podían construir y mantener asentamientos permanentes y organizados”.
Este hallazgo sorprende porque muestra que estas comunidades no solo sobrevivían, sino que comerciaban con vecinos y desarrollaban una red de intercambio entre las distintas regiones.
Fragmentos de cerámica y artefactos metálicos fueron encontrados y coincidían con culturas cercanas como Alekseevka-Sargary y Cherkaskul, lo que sugiere que la que conocemos como la Ciudad de los Siete Barrancos fue una potencia comercial hace más de 3.500 años.
Este descubrimiento cambia por completo la historia, sobre todo del continente asiático, y también sirve como recordatorio de que bajo la tierra que pisamos pueden esconderse ciudades enteras esperando a ser desenterradas.
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