Esta funda de móvil está hecha con piel humana artificial que responde al tacto

Dicen que los seres humanos nos comunicamos tocando a los demás. Eso de apoyar el brazo, dar una palmadita o acariciar la cara dice más de nosotros que las propias palabras. Por ello, en un intento de integrar aún más la tecnología en nuestra vida, un grupo de investigadores de la Universidad de Bristol, de Telecomm ParisTech y de la Universidad de Sorbona han querido cumplir con esta premisa: que el móvil acabe siendo (de verdad) una extensión de nuestro brazo. ¿Cómo? Con estas fundas que, por un lado, imitan la piel humana y, por otro, responden al tacto.

Skin-On es una interfaz con apariencia pertubadora y que hay llevado el realismo a la enésima potencia. Realmente, parece que los smartphones están protegidos y recubiertos por piel humana de verdad. Incluido el tacto. Este nuevo invento está compuesto por una membrana de silicona multicapa que imita los diferentes estratos presentes en la piel humana. En concreto, está formada por una capa texturizada superficial, una capa de electrodos de hilos conductores y una capa de hipodermis.

Pero más allá de su aspecto y de su función de protección, este invento puede detectar el agarre, la presión y la ubicación de la mano del usuario y, en consecuencia, activar o ejecutar ciertas funciones. Para ello tan sólo bastan unas unas caricias o unos golpes. Por ejemplo, si pellizcas ese trozo de piel, haces zoom en la pantalla del dispositivo; mientras que si haces cosquillas, insertas un emoticono de risa en el teclado.

“Los objetos que facilitan la comunicación, como un smartphone, siguen teniendo una una interfaz fría que no permite la interacción o los gestos naturales. Con este proyecto, quería poner a disposición de los usuarios la interfaz humana perfecta, la piel, para que la integren a los dispositivos que usan en su día a día”, asegura Marc Teyssier, uno de los desarrolladores del producto que, por el momento, no está a la venta. “Cuando interactuamos con los demás, siempre usamos la piel como interfaz”.

Así es Skin-On