Presupuestos
¿Cuánto cuesta realmente un F-35 y qué podría obtener España a cambio?
El precio del modelo de aterrizaje y despegue vertical rondaría los 105 millones de dólares. Otros países han conseguido retorno económico para su industria
Ahora que el Ministerio de Defensa contempla en sus presupuestos el reemplazo de los AV-8B Harrier y la posibilidad tan deseada por las fuerzas armadas españolas de sustituirlo por el F-35B con capacidad de aterrizaje y despegue vertical, cobra visos de realidad, llega el momento de preguntarse cuánto cuesta realmente cada unidad del considerado el mejor avión de combate del mundo.
Evidentemente, no es una pregunta de fácil solución. Nadie va a Amazon ni a la web de Lockheed Martin, su fabricante, a buscar un F-35. De hecho, ni siquiera tiene un precio estándar, pues la negociación con cada país es diferente y los convenios se ajustan a las características y condiciones de cada Gobierno.
Son muchas las fuerzas armadas que están en estos momentos estudiante la adquisición de este caza de quinta generación y otras muchas las que yo lo tienen. Los últimos acuerdos comerciales firmados por Estados Unidos y el fabricante Lockheed Martin con países europeos situarían el coste de los F-35A, el modelo convencional y que podría encajar en el Ejército del Aire como sustituto de los F-18, en unos 75 millones de dólares, mientras que el del F-35B estaría en 105 millones. A estos precios habría que añadirles otras cantidades como el armamento o las tareas de mantenimiento y repuestos, por lo que elevaría mucho el coste final. Es en esta negociación individual en la que los gobiernos tratar de buscar retornos industriales que, por ejemplo, permitan sus revisiones en cada país a cargo de empresas locales.
14 países con F-35
Actualmente está en servicio o se ha vendido a la espera de la entrega en los tres cuerpos del Ejército de Estados Unidos. Además, hay ocho socios internacionales del programa: Reino Unido, Italia, Países Bajos, Australia, Noruega, Dinamarca y Canadá. Otros seis clientes también están comprando y operando el F-35: Israel, Japón, Corea del Sur, Polonia, Bélgica y Singapur. En total, 14 países “aliados”incluido Estados Unidos. A estos habría que añadir a Finlandia y Suiza, que también han manifestado su decisión de adquirir aparatos.
Casos como el de Italia podrían ser el ejemplo a seguir por España, pues se llegó a un acuerdo para que la industria del país transalpino produjera piezas y realizara el ensamblaje final de la aeronave, no solo para sus fuerzas armadas, sino para otros clientes, y se ocupara, además, del mantenimiento de los suyos. Según el propio fabricante, se habrían entregado 12 hasta la fecha aunque el objetivo es de 60 F-35A y 30 F-35B.
Lo que está claro es que España, aunque oculto, muy oculto entre los miles y miles de folios que componen los Presupuestos Generales del Estado, deja ver su intención de comprar F-35 para la Armada y, posiblemente, también para el Ejército del Aire.
En uno de los libros de la Serie Verde, en la página 77 de 590 del “Anexo de inversiones reales y programación plurianual” del Ministerio de Defensa aparece un programa de armamento nuevo, desconocido y que, sin embargo, es uno de los más esperados por las Fuerzas Armadas: “Avión sustituto del AV-8B y C.15M-2ª Fase”, es decir, la adquisición de una aeronave para reemplazar a los “Harrier” de aterrizaje y despegue vertical de la Armada y los F-18 del Ejército del Aire , cuyas vidas útiles están prácticamente llegando a su fin, entre 2025 y 2029 según las últimas previsiones.
Este programa está dotado con 6.250 millones (90 de ellos para 2023) y se prolongará hasta, al menos, 2028. Y todo apunta, según explican varias fuentes militares consultadas por este periódico, que se trata de “la única solución común posible para ambos ejércitos”: la adquisición del caza estadounidense F-35 de Lockheed Martinen dos de sus versiones: la convencional (A) y la naval (B) de despegue corto y aterrizaje vertical.
En el caso de la Armada no hay otra alternativa. Es el F-35B o perder el ala fija embarcaday desaprovechar el Buque de Proyección Estratégica “Juan Carlos I” y su capacidad como portaaeronaves. Para los F-18 habría sustitutos, principalmente el caza del futuro (FCAS/NGWS), pero en la actualidad el programa (con Francia y Alemania) está bloqueado y las primeras unidades no llegarían hasta 2040 en el mejor de los casos. De ahí que otra posibilidad fuesen los nuevos Eurofighter, menos avanzados que el FCAS o el F-35, lo que implicaría tener solo un modelo de avión en todas las unidades de combate, algo que no gusta a la Fuerza Aérea Española.
Así que, teniendo en cuenta la dotación del programa de sustitución (6.250 millones) y el precio de los F-35 (unos 75 millones en su versión A y 105 en la B, sin contar sostenimiento ni repuestos ni armamento), España podría cubrir sin problemas la flota actual de 12 “Harrier” para la Armada y adquirir un número significativo para el Ejército del Aire, pudiendo completar su flota con más Eurofighter. Fuentes militares vaticinan que se habla de una docena para la Armada y al menos 18 para el Aire, lo que completaría en este último caso un escuadrón.
Países socios del proyecto F-35
Sin embargo, esta adquisición va en contra del principal motivo que ha dado el Gobierno para aumentar un 26,3% la partida de Defensa: el beneficio para la industria nacional. En este caso, este programa prácticamente no redundaría en el tejido empresarial español. Eso sí, la gran mayoría de los programas sí que tendrán un impacto directo y muy importante en la industria de defensa nacional.
La cuestión sería que el Gobierno consiguiese incluir a España en la categoría de “países socios” del proyecto, como mencionábamos antes, tal y como lo son Australia, Canadá, Dinamarca, Italia, Países Bajos, Noruega y Reino Unido. En todos estos casos, cada país ha contribuido al proyecto y gracias a ello se ha beneficiado la industrial nacional. Noruega, por ejemplo, se unió al programa F-35 como socio en la fase de desarrollo y demostración del sistema. En noviembre de 2008, el gobierno noruego seleccionó el F-35 como reemplazo de la flota F-16. Y en septiembre de 2015, se presentó el primer F-35A en las instalaciones de producción de Lockheed Martin en Fort Worth, Texas.
Dinamarca, por su parte, se unió al programa F-35 en 2002 durante la fase de desarrollo y demostración del sistema y ha influido en los elementos técnicos del avión. En junio de 2016, Dinamarca confirmó planes para adquirir 27 F- 35As.Según Lockheed Martin, “Dinamarca es un socio esencial en las actividades de producción, desarrollo y mantenimiento del F-35 y, en la actualidad, está construyendo piezas y componentes para los más de 3.100 aviones proyectados que se fabricarán”.
Algo similar ocurre con Reino Unido: la Royal Air Force y la Royal Navy planean operar 138 aviones F-35B de despegue corto/aterrizaje vertical, de los que ya se han entregado 17. A cambio, el 15 % del valor de los más de 3.100 aparatos previstos se construirá en Reino Unido
El retraso por parte de España en tomar una decisión podría hacer difícil incorporarse a estas alturas al programa, pero no es imposible y todo dependerá de la negociación que se lleve a cabo.
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