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Sonido

Probamos la conducción ósea en auriculares ¿Cómo funciona esta tecnología?

Tiene importantes beneficios para personas con problemas auditivos y en ciertos entornos, pero no es para cualquier situación

La tecnología de conducción ósea puede reducir problemas de audición. CrossCall

Desde que hace unas semanas la FDA aprobara el uso de ciertos auriculares como dispositivos de ayuda en la audición, la industria de los auriculares ha experimentado una revolución. Y es que cada vez más personas sufren problemas en la audición precisamente por usar auriculares. De hecho la OMS advierte que más de 1.100 millones de jóvenes pueden enfrentarse a la perdida de audición por usar auriculares a alto volumen. Y una solución para esto pueden ser los auriculares de conducción ósea.

Básicamente el sonido se propaga en ondas o vibraciones de presión en el aire. El movimiento de estas ondas hace que el tímpano vibre y transmita las vibraciones a los pequeños huesos en el oído medio, el proceso sigue y luego las vibraciones se transforman en señales eléctricas que llegan al cerebro. En parte esta es la razón por la cual nuestra voz suena diferente cuando nos escuchamos nosotros mismos y cuando nos escuchamos en una grabación: al hablar el cráneo conduce mejor que el aire ciertas frecuencias.

Los auriculares de conducción ósea, por su parte, aprovechan una vía de sonido que evita el canal auditivo y el tímpano: vibran contra los huesos directamente y envían los sonidos al oído interno. Pero…¿son efectivos? Para descubrirlo probamos esta tecnología con el modelo X-Vibes de CrossCall. Desde el primer momento hay que comprender que se trata de un tipo de dispositivo completamente diferente y que el “altavoz” se ubica en la parte delantera y exterior del pabellón auditivo. Obviamente esto tiene la enorme ventaja de evitar o al menos reducir notablemente los problemas que señala la OMS y al mismo tiempo facilita mantener un contacto con el entorno: podemos seguir escuchando los sonidos que nos rodean mientras escuchamos música o mantenemos una conversación telefónica. Quienes practican deportes o tengan problemas auditivos vinculados al tímpano pueden verse muy beneficiados con esta tecnología. El ajuste también es muy bueno y resistente (hechos con una aleación de titanio) y el hecho que no estén en el oído y su peso (34 gramos) los hace casi imperceptibles.

En lo respecta al sonido específicamente, la calidad es muy buena pero no están destinados a escuchar series o jugar a videojuegos en lugares cerrados: parte del sonido se filtra al exterior por las vibraciones. Tampoco tienen cancelación de ruido y si se utilizan volúmenes por encima de lo normal, las vibraciones pueden resultar incómodas. Es cierto que esto no se debe a los cascos en sí, sino a la tecnología y se necesita mucha más investigación para reducir esa vibración mediante el uso de nuevos materiales o un diseño más ergonómico por ejemplo. El balance entre volumen y vibración es un equilibrio muy difícil de conseguir.

Solo por curiosidad y para ver hasta qué extremo es real la conducción ósea, probamos los X-Vibes con los tapones auditivos incluidos en el estuche y el sonido se sigue percibiendo con la misma calidad y ahora sí nos aislamos del entorno. La ventaja es que no hay que poner el poner el volumen tan alto, seguimos cuidando nuestros oídos y no se producen filtraciones de sonido al exterior. La desventaja es que nos desconectamos del entorno.

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