
Tecnología militar
China tendría el primer dron de combate furtivo del mundo capaz de despegar desde portaaviones
El GJ-11 pudo verse en el desfile militar del Día de la Victoria

El Día de la Victoria es la conmemoración que China realiza cada 3 de septiembre del final de la Segunda Guerra Mundial. Se realiza un desfile en el que la dictadura comunista exhibe su fuerza militar y muestra armamento avanzado. En la de este año ha llamado la atención un dron de combate (UCAV) GJ-11 'Espada afilada' con bisagras plegables en las alas que indican que ha sido adaptado para operar desde portaaviones y grandes buques de asalto anfibios. Según recoge South China Morning Post, el GJ-11, al que se ha vinculado tanto con el nuevo buque de asalto anfibio Tipo 076 Sichuan como con el portaviones Fujian, podría ser el primer -y único, por ahora- dron de combate furtivo operativo embarcado en el mundo.
El desarrollo del GJ-11 comenzó en 2009 con Shenyang Aircraft Corporation y más tarde lo continuó Hongdu Aviation Industry Group. Realizó su primer vuelo en 2013 y fue presentado públicamente en 2019 durante el desfile del Día Nacional de China. Esa versión mostró mejoras respecto al prototipo inicial que tenía una tobera de motor expuesta. El nuevo diseño incorporaba una tobera aplanada y protegida, una actualización orientada a reducir la visibilidad radar e infrarroja. En el desfile de 2019 se introdujo la designación 'GJ' y se describió como una plataforma para ataques profundos y supresión de defensas aéreas.
El diseño general del dron se basa en una configuración de ala volante sin cola, con un fuselaje integrado y superficies de control en el borde de salida diseñadas para ayudar a reducir su firma radar.
Para mejorar la supervivencia, utiliza una toma de aire en S montada en la parte superior que oculta las palas del motor al radar y una tobera de escape protegida diseñada para limitar tanto la firma radar como la térmica. Su acabado gris claro es similar a los recubrimientos usados en los cazas furtivos tripulados chinos.
Así es el GJ-11
GJ-11 tiene unas dimensiones de 12,2 metros de longitud y 14,4 de envergadura, con un peso estimado al despegue de alrededor de 10 toneladas que lo convierten en una aeronave de ataque de peso medio y baja observabilidad.
La información pública disponible sobre su rendimiento apunta a vuelo subsónico con una velocidad máxima de aproximadamente 1.111 kilómetros por hora. Se estima que tiene una autonomía de seis horas y un radio de combate de más de 1.500 kilómetros. Esto le permitiría alcanzar la mayor parte de los mares de la China Oriental y Meridional desde bases en tierra y cubrir distancias aún mayores si fuera lanzado desde un portaaviones.
El GJ-11 puede cargar hasta 2.000 kilogramos de armamento, incluidas bombas guiadas de precisión, misiles antirradiación o misiles de crucero. En otras configuraciones, el espacio de carga puede destinarse a sensores para realizar vigilancia y reconocimiento, lo que dota a la aeronave de flexibilidad para operar tanto en misiones de ataque como de inteligencia sin modificar su forma externa.
Los medios chinos describen al GJ-11 como capaz de un alto grado de automatización. Se ha reportado que puede despegar, ejecutar una misión y regresar de forma autónoma, con inteligencia artificial asistiendo en la navegación, identificación de objetivos y empleo de armas.
El primer UCAV furtivo integrado en la fuerza de un portaaviones
En 2022 se le vio volando junto a un caza furtivo J-20, lo que sugiere que podría servir como 'compañero leal' en equipos hombre-máquina. En ese tipo de operaciones podría ampliar el campo de visión de un caza, ser la primera plataforma en enfrentarse a defensas aéreas, portar armamento adicional o funcionar como señuelo para atraer fuego enemigo. Desplegados en grupos, los GJ-11 podrían cooperar, con uno actuando como nodo de control y otros ejecutando tareas de ataque o retransmisión.
Hay otros indicios que apuntan al papel naval del GJ-11. China mostró en 2021 un concepto de GJ-11 despegando desde un buque anfibio e imágenes satelitales han revelado maquetas en una instalación de pruebas a escala real para portaaviones en Wuhan y en un nuevo emplazamiento en la isla Changxing, muy cerca de donde se está construyendo el primer Tipo 076. Los analistas consideran que este sitio está destinado a ensayar cómo podrían manipularse drones como el GJ-11 en la cubierta de un buque.
Con catapultas electromagnéticas tanto en el Tipo 076 como en el Fujian, se están creando las condiciones para operar drones de ala fija en el mar. Estos pasos indican la preparación para desplegar el GJ-11 en buques, lo que ampliaría considerablemente el alcance y las capacidades de vigilancia de los buques de asalto anfibios y de los portaaviones chinos.
Si se confirma su entrada en servicio embarcado, China abriría una nueva vía operativa que hoy no ha alcanzado ningún otro ejército: un UCAV furtivo integrado en la fuerza de un portaaviones. Frente a programas extranjeros -el X-47B estadounidense fue un demostrador que terminó en 2015 y el MQ-25 está concebido como repostador-, el GJ-11, de prosperar en cubierta, podría ampliar de forma notable el alcance y las capacidades de vigilancia y ataque de las flotas anfibias y de portaaviones chinas.
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