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Esta es la nueva locura del cofundador de OceanGate: enviar 1.000 personas a Venus
Guillermo Söhnlein quiere que la especie humana sea “multi planetaria”
OceanGate no era una empresa conocida más allá de determinados círculos hasta que el pasado 18 de junio saltó a los titulares de prensa de todo el mundo. El accidente del sumergible Titan, diseñado para descender a profundidades de 4.000 metros y utilizado para realizar viajes turísticos a los restos del Titanic a razón de 250.000 dólares el pasaje, hundió su reputación. El Titan implosionó en su descenso matando instantáneamente a sus cinco ocupantes, incluyendo al CEO y cofundador de la empresa Stockton Rush. Posteriormente, surgieron diversas informaciones confirmando que el Titan era un submarino experimental que no tenía ninguna certificación que garantizara su fiabilidad y que las prácticas de la empresa en materia de seguridad habían sido más que cuestionables.
Otro cofundador de OceanGate fue Guillermo Söhnlein, un emprendedor que quiere "ayudar a hacer de la humanidad una especie multiplanetaria desde que tenía 11 años" y que también se encuentra detrás de otra start-up con un proyecto aún más arriesgado que el del Titan: establecer una colonia humana de 1.000 personas en Venus para el año 2050.
"Creo que es menos ambicioso que poner un millón de personas sobre la superficie de Marte para el 2050", ha señalado Söhnlein al medio Insider aludiendo a unas declaraciones de Elon Musk de hace tres años en las que establecía esos objetivos. Pero más allá de lo que puedan imaginar entrepreneurs como ellos, el establecimiento de una colonia en el planeta más caliente del sistema solar (462 grados en su superficie), con una atmósfera compuesta mayormente por dióxido de carbono, una presión en la superficie 93 veces mayor que la de la Tierra y nubes cuya lluvia es ácido sulfúrico, se antoja un reto difícil de superar.
En Humans2venus, la fundación sin ánimo de lucro que Söhnlein ha creado junto a Khalid Al-Ali para este proyecto, no piensan lo mismo. Argumentan que a 50 kilómetros sobre la superficie de Venus la gravedad y la presión son prácticamente idénticas a las que hay en la Tierra, la temperatura ronda los 25 grados y la protección de la atmósfera frente a la radiación es similar a la que se da en nuestro planeta. Por tanto, una estación flotante al estilo de la Estación Espacial Internacional podría ser viable y problemas como la composición de la atmósfera y de las nubes podrían solventarse con "aparatos respiratorios y materiales resistentes a los ácidos", según explican en su página web.
"Tienes toda la razón en que cuando hablas de ir a Venus, llamaría la atención fuera de la industria espacial. E incluso levanta las cejas dentro de la industria espacial" reconoce Söhnlein al medio. Humans2Venus deberá "desarrollar tecnologías para reducir los costos operativos de lanzamiento y financiar misiones espaciales sin el apoyo de agencias gubernamentales" para llevar a cabo su proyecto con el horizonte puesto en 2050.
Söhnlein, que cedió el control de OceanGate a Rush en 2013, cree que la humanidad debe seguir empujando los límites de la innovación a pesar de tragedias como la del Titan. "Olvídese de OceanGate. Olvídate de Titán. Olvídese de Stockton. La humanidad podría estar al borde de un gran avance y no aprovecharlo porque nosotros, como especie, nos cerraremos y volveremos al statu quo", afirma.
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