Accidente

La teoría de un ingeniero sobre el Titan: 48 segundos de terror hasta la implosión del sumergible

El ingeniero y experto en submarinos José Luis Martín plantea la hipótesis de que el accidente se originó por un fallo eléctrico. Las causas precisas del desastre del Titan aún están bajo investigación

El submarino desaparecido cerca del Titanic usaba un mando de videojuegos de 38 euros para controlar la dirección.
La teoría de un ingeniero sobre el Titan: 48 segundos de terror hasta la implosión del sumergibleOceanGate Inc.

El pasado 18 de junio el sumergible experimental Titan, con el que la empresa OceanGate realizaba inmersiones hasta los restos del Titanic situados a 3.800 metros de profundidad en el Atlántico norte, implosionó matando a Stockton Rush, CEO de la compañía, y a otros cuatro ocupantes que habían pagado cada uno 250.000 dólares por la expedición. El barco Polar Price perdió la comunicación con el Titan 1 hora y 45 minutos después de iniciar la inmersión. Se inició entonces una operación de búsqueda y rescate que duró cuatro días hasta que se encontraron los restos del Titan. Lo que no se sabía entonces es que la implosión se había producido entre 48 y 71 segundos después de la pérdida de contacto.

Esa es la teoría del ingeniero, marino mercante y experto en submarinos José Luis Martín, en un informe sobre el suceso realizado a petición del medio Nius y basándose en los datos publicados sobre el desastre y los del propio batiscafo. Martín plantea la hipótesis de que la implosión se produjo tras la pérdida de estabilidad del sumergible a causa de un fallo eléctrico cuando se encontraba a 1.700 metros de profundidad.

“El submarino avanzaba estable y en horizontal, pero durante la inmersión controlada del Titan tuvo que haber forzosamente un fallo eléctrico, el cual dejó al sumergible sin propulsión. Y al faltar esa propulsión, el peso de los pasajeros y el del piloto (unos 400 kilos), que estaban concentrados en la parte delantera cerca del ‘ojo de buey’ [la única ventana del Titan y por la que los pasajeros contemplaban el exterior], descompensó la estabilidad longitudinal”, explica el ingeniero al medio.

Descenso en vertical y sin control durante 800/1.000 metros

A partir de ese momento, el Titan comenzó una caída en vertical “como si fuera una piedra y sin ningún control” durante 800/1.000 metros más y hasta que se produjo la implosión a una profundidad de entre 2.500 y 2.700 metros.

Para llegar a estas conclusiones, el ingeniero ha tenido en cuenta variables como el peso del sumergible, la masa, la aceleración, la velocidad de caída de un cuerpo y el coeficiente de fricción que ejerce el agua.

“El submarino cae de proa como una flecha hacia el fondo del mar, sin posibilidad alguna de maniobrar con los elementos de control y seguridad averiados. El piloto no pudo accionar la palanca de emergencia que soltaba bruscamente los lastres de plomo y que la compañía anunciaba pomposamente en uno de sus vídeos publicitarios”, relata Martín. El ingeniero, tras conocer la disposición y el protocolo de uso de esa palanca, llegó a la conclusión de que no era un mecanismo adecuado en una situación crítica como la que se produjo.

El tiempo que duro esta caída tras perder el suministro eléctrico fue de entre 48 segundos y 1 minuto y 11 segundos. “Todos se precipitan y se agolpan unos encima de otros. Imagina el horror, el miedo y la agonía. Tuvo que ser como una película de terror”, señala Martín.

Durante el breve tiempo que duró la caída y los 800/1.000 metros que descendió antes de la implosión, la presión sobre el caso aumentó de forma súbita. “El casco sufrió una contracción instantánea que no fue acompañada por el material del ojo de buey, que era de otra naturaleza, y al no haber similitud de la deformación se produjo la micro fisura que permitió la entrada de agua a una presión tal que generó la implosión instantánea”, señala Martín.

La implosión, a esa profundidad y soportando una presión de aproximadamente 380 atmósferas, es tan rápida que presumiblemente no dio tiempo a que las víctimas sintieran dolor, aunque sí eran conscientes del destino que les esperaba durante los segundos que el Titan descendió sin control.

La investigación que las autoridades estadounidenses están realizando de los restos rescatados del Titan ayudará a determinar las causas del accidente.