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Inés Manzano, ganadora de “La Voz”: «No hay ese ambiente competitivo que imaginaba»
Se hizo con la final aunque «de los cuatro era la que menos experiencia tenía»
Ya era difícil superar las audiciones a ciegas. Más que todos los coaches se dieran la vuelta. Inés eligió a Pablo Alborán, que también estaba debutando en el programa y de su mano llegó hasta la final. Y ahí, ganadora máxima de la edición 2021 de «La Voz», programa que emite Antena 3.
¿Cómo son los días después de ganar el concurso?
Un poco caóticos, no sabes muy bien cómo procesar todo lo que está pasado. Todavía no lo he hecho. No sé cómo sentirme si feliz o triste, porque ya se ha pasado.
¿Cómo fue ese momento?
Suelo reaccionar bastante mal a las sorpresas y me quedé en shock. No llegué ni a escuchar bien mi nombre, pero por cómo reaccionaban los demás intuía que había ganado. No me lo podía creer.
¿Cuál ha sido su mayor aprendizaje?
Controlar los nervios en el escenario.
Los propios coaches dicen que subirse a ese escenario impone mucho.
Es que es gigante, hay mucha gente, la banda en directo... impresiona mucho. Te subes sin tener demasiada experiencia y no sabes hacia dónde tirar. Luego te dejas llevar y al final sale todo solo.
Es la demostración de que los sueños se cumplen.
Sin lugar a dudas, creo que no lo podía ni soñar.
¿Qué espera ahora?
Poder hacer lo que me gusta, mi pasión, que es la música. Poder dedicarme a ello.
¿Qué tipo de música la gusta?
Me gusta de todo, soy un poco melómana y amplia en gustos musicales.
¿Por qué eligió a Pablo Alborán como coach?
No sabía cuánto tiempo iba a estar en el programa y sentía que con Pablo me lo iba a pasar muy bien.
Al final, ha sido la primera vez que Alborán era coach y también su primer éxito. Pleno.
Sí, era bonito que así fuera. Lo pensé ya en algún momento del programa.
¿Cómo se lo ha tomado la familia?
Pues no es que piensen que soy mala ni mucho menos, pero con los compañeros que tenía no creo que pensaran que fuera a ganar y están más emocionados que yo.
Y usted, ¿se lo esperaba?
No me esperaba ganar, de los cuatro finalistas era la que menos experiencia tenía, la que más fallos había cometido en directo. No veía ningún tipo de oportunidad de ganar la final.
¿Le intimidaban?
No, siento admiración.
¿Cómo ha sido ver «La Voz» a vivirla?
Es completamente diferente. Desde fuera lo veía más frío y calculado todo. Me he llevado una sorpresa al ver que no es así. Es un equipo maravilloso, te cuidan, están pendiente y no hay el ambiente competitivo que puedes imaginar desde fuera. He sentido mucho feeling. Mi coach es tremendo porque ha estado muy pendiente fuera de las cámaras y de las horas de grabación.
¿Le ha cambiado la vida?
De repente la gente te conoce por la calle, te para y te felicita por tu trabajo en el programa.
¿Un soplo de seguridad en uno mismo?
Sin duda. Iba con tan pocas expectativas que me tiene que servir.
¿Cuál ha sido su momento más feliz en el programa?
Quizá más fuera de las cámaras. La convivencia con los compañeros en la fase de los directos. Hubo un sentimiento de unidad brutal y cero competencia. Me sentía feliz de haber llegado hasta ahí. Si pasaba me parecía muy bien y si no contenta también, porque era más que justo para cualquiera. Eso no es fácil que ocurra.
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