La variante ómicron infecta la producción televisiva

M a los tiempos para el espectáculo en el mundo entero. Tras más de dos años lidiando con la Covid, las producciones relacionadas con el mundo del cine, la televisión y los musicales del planeta se han visto afectados por las restricciones derivadas de los contagios y por los positivos entre el equipo técnico y el elenco de actores. Pero cuando los números parecía que anunciaban el final de una nueva ola, llegó a nuestras vidas y a nuestras pantallas la variante ómicron, que ha resultado ser muy perjudicial para todos los proyectos actuales y futuros, a pesar de los intentos de la industria para reforzar sus herramientas de control. Los dos grandes centros de producción americana, Nueva York y Los Ángeles, los más afectados.

Antes de las vacaciones navideñas y con la variante nueva ya presente, algunas series de televisión tuvieron la precaución de cancelar las grabaciones («Ghosts» de CBS) y retrasar los estrenos y las entregas de premios, como ha sucedido con los Grammy que estaban previstos para este 31 de enero. Pero no ha sido suficiente. Las estimaciones apuntan a que la ómicron alcance su punto máximo a finales de este mes y los estudios están preparando medidas de seguridad adicionales. Los sindicatos han pedido que se aumenten las pruebas y se actualicen los equipos de protección personal

Entre las afectadas, la serie dramática musical «Monarch», protagonizada por Susan Sarandon, que tenía previsto su estreno por Fox el próximo 30 de enero y que ha tenido que retrasarse hasta otoño por «las realidades inevitables de la pandemia y el profundo impacto que COVID-19 continúa teniendo en nuestra industria y en todo el mundo». También la producción de Paramount +, «Viaje a las estrellas: Picard», una más del universo «trekkie» ha tenido que cancelarse a principios de este mes cuando más de 50 miembros del equipo dieron positivo por covid. Otras series como «Chicago Fire» de NBC han encontrado problemas ya desde la filmación, y el 5 de enero interrumpieron las jornadas de trabajo para aumentar los protocolos y hacer más pruebas, lo que retrasará el estreno de nuevos capítulos, tras varios positivos en lo que se conoce como Zona A, es decir el elenco y las personas que interactúan directamente con ellos. Los productores calculan que poner en marcha una producción cuesta entre 150.000 y 200.000 dólares diarios, dinero que se pierde cuando hay que parar de rodar.

Excepciones

Afectada se ha visto a su vez la franquicia de «NCIS» con la trama principal y el spin-off «NCIS: Los Ángeles» que han retrasado el reinicio del trabajo para el próximo mes de febrero. Otros tres grandes éxitos televisivos afectados por el aumento de los contagios han sido «Anatomía de Grey», que ha visto como su nueva temporada ha visto interrumpida su grabación, según informó la cadena ABC, que confirmó el parón también en «Estación 19»; el drama policial «The Rookie», interpretado por Nathan Fillion y finalmente la telenovela «Hospital General» ha tenido que modificar su plan de rodaje y retrasarlo lo que afectará a la programación televisiva. La idea de los estudios es intentar avanzar aquellas series que tienen más cerca la producción de la emisión y que son los más perjudicados por los nuevos contagios. A pesar de los números, otras plataformas y estudios como HBO y Warner Bros han declarado que la situación no se parece en nada a la de 2020 y seguirán trabajando sin retrasos para este 2022.