Estreno
Desgarrada escalada hasta la muerte
Así es el relato de Max Lowe, que se pone detrás de las cámaras en Disney+, para contarnos cómo murió su padre y cómo su amigo y superviviente de la avalancha se casó con su madre y los adoptó
Hay muchas historias de gestas, de hazañas y también de tragedias. Hay muchas que dan un vuelco al corazón o que se quedan en la memoria colectiva para siempre. Esta es distinta. Impacta. Hay un giro en la manera de contarlo y sobre todo en quién nos lo cuenta, pero no avancemos todavía. «Desgarrados: Encumbrando al pasado» de Disney+ es una película documental sobre el carismático Alex Lowe, muy conocido por sus atrevidas expediciones en los años 90 empeñado en romper fronteras y superar sus propios límites. Lo hizo subiendo algunas de las montañas más arriesgadas del mundo.
Fue justo entonces, en 1999, durante un reconocimiento para un descenso con esquís por encima del campo base en el Shishapangma, a 8027 metros de altitud, cuando un manto de nieve en la montaña tibetana se derrumbó, desencadenando una enorme avalancha. En un instante, Lowe y otro miembro de la expedición, Dave Bridges, quedaron sepultados y sus cuerpos se perdieron. En un instante acabó todo.
Su mejor amigo y compañero de escalada, Conrad Anker, sobrevivió a la avalancha.
La razón por la que este documental arrebata es porque detrás de la cámara se pone Max. Max Lowe. El hijo mayor que tenía 10 años cuando su padre desapareció bajo la avalancha y es el único de sus hermanos que tiene un recuerdo claro de su padre. De hecho, los dos escalaron juntos.
¿Qué ocurre tras la tragedia en la casa de su esposa Jennifer y sus tres hijos pequeños: Max, Sam e Isaac? El documental abre muchas vías emocionales. Es un debate abierto sobre esas vidas, como la de su padre, que el riesgo tiene un elevado peaje.
En las navidades de 1999, Conrad Anker (dos meses después de la avalancha que mató a su mejor amigo, y que casi lo mata a él) se presentó en la casa de los Lowe en Montana, y anunció su intención de acompañarlos a Disneylandia. Es «lo que Alex hubiera querido», afirmó. La vida continuaba. Traumatizado por la culpa del superviviente acabó por convertirse en parte fundamental de la familia. Tanto como que pronto Anker y Jennifer, la viuda de Lowe, se enamoraron y se casaron.
Es un tema complejo y como tal se trata en el documental. Sin eludirlo, afrontándolo desde la incomodidad en algunas ocasiones. Es un hecho que cada hijo lo llevó de una manera. Mientras los pequeños aceptaron recibir el apellido del nuevo marido de su madre (Lowe-Anker), Max no lo hizo.
Como se ve en «Desgarrados», el vínculo entre Anker y Max Lowe tiene profundas raíces y también sus dificultades. En una imagen se ve cómo Max confiesa a Anker que siempre ha existido un «muro entre nosotros, un poco... como si no pudiera hablar contigo de algunas cosas porque me parecía demasiado aterrador sacarlas a relucir».
El cuerpo de Lowe desapareció en la montaña. Una complicación más en la complejidad de superar su muerte. La sorpresa llegó cuando 17 años después una llamada desde el Tíbet informaba de lo imposible. Habían encontrado su cuerpo. Aquel regreso fue un viaje del alma ya sus hijos convertidos en hombres. Supuso descongelar muchos bloqueos que habían quedado inertes para toda la familia. Desenterrar miedos a los que tal vez no quisieron enfrentarse. O no pudieron.
El hallazgo de los restos de Lowe y Dave Bridges emergiendo del glaciar de Shishapangma, por parte de los alpinistas David Gottler, y Ueli Steck (que moriría en una caída de 1000 metros en el Nuptse al año siguiente) fue quizá el punto clave para que Max comenzara esta película. La propia Jennifer, la viuda de Lowe, alude al descubrimiento como «una especie de vuelta a la vida. Había aparecido».
Era 2016 y quedaba mucho camino por recorrer hasta hoy. Pero aquellas imágenes fueron filmadas.
Lo curioso de esta historia es que Anker tiene en la actualidad un perfil profesional igual de exigente y reconocido que el de Lowe. De hecho, ha encumbrado tres veces el Everest y en 1999 descubrió los restos congelados del alpinista británico George Mallory. La cercanía con el peligro forma parte de su vida. ¿Cómo vivirán eso Jennifer y sus hijos después de haber transitado la muerte de su padre y su marido de esa manera?
«Entendí por qué Alex y Conrad se fueron persiguieron ese sentimiento. Y (después de la avalancha de Alex) comprendí entonces que podía morir. Y eso me asustó, sin duda. Pero al igual que le dije a Alex antes de que se fuera a Shishapangma en 1999... entendí que tenía que ir. Y que era una decisión que sólo él podía tomar», relata Jennifer.
Misterios de vidas que solo están al alcance de unos pocos.
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