Entrevista

Jordi Cruz: «Si disfrutase de mis padres no hubiera tenido la necesidad de sacar este libro»

«Art Attack» y el «Club Disney» le dieron fama; el cariño de la gente se lo ganó a pulso. Presenta libro: «Mejor no te lo creas»

Jordi Cruz.
Jordi Cruz.Enrique CidonchaLa Razón

En nuestra cabeza Jordi Cruz está todo el rato haciendo manualidades. Y probablemente sea así. El chico de 19 años que hizo las delicias de los niños de los 90 presentando Club Disney o «Art Attack», tiene 45 años y ha decidido crear su propia «cápsula del tiempo» y ha escrito «Mejor no te lo creas» (Plaza&Janés), con la frase que siempre le dijo su padre sobre la fama, y donde cuenta su vida, su paso por los medios y la muerte de sus padres, todo como catarsis. Y no, no ha dejado de trabajar, aunque ríe cuando asegura que según algunos medios, «soy el fiestero de los 90».

Autoayuda, televisión, manualidades..., ¿en qué sección deberíamos buscar su libro?

Nunca lo he pensado. Creo que si hubiese una sección de «mira, léete esto para pasar un buen rato», sería la sección en la que encajaría. Es cierto que cuando empezamos a trabajar el proyecto, tenía muy claro que no quería hacer un libro de «te voy a contar mi experiencia para que te sirva», enfocado en el coaching. Me gusta escuchar las historias de otras personas y ver si de alguna forma yo me puedo sentir identificado, pero no desde el lado de obligarte a, sino que seas tú.

Ángel Martín dijo lo mismo de su libro, que no sabía qué contar...

A veces pecamos de intentar dar lecciones ,o de que nuestra experiencia puede valer por encima de la experiencia de otra persona. Y eso no funciona así. Creo que tienes que dejar que las cosas te invadan. Es como la palabra influencia. Me da miedo que una persona pueda influenciar. Siempre he preferido inspirarme, tener referentes...

Cuenta en el libro que siempre ha tenido claro hacia dónde iba. ¿Que viene ahora?

Siempre he sido de intentar adelantarme. Si quieres algo o crees que algo puede pasar o puede ocurrir, no esperes sentado a que llamen a la puerta o a que se junten fuerzas mágicas y ocurra, soy muy proactivo. Por ejemplo, hace poco, cuando salió que TVE iba a hacer el Benidorm Fest, yo, ni corto ni perezoso, mandé una cinta haciendo el acting como que ya estaba presentando el festival. No recibí contestación tampoco, las cosas como son, pero bueno. Hay que ser un poquito lanzado en esta vida. Y yo eso siempre lo he tenido como muy presente. Si tú tienes la capacidad y tienes las herramientas para crear tu propio contenido, por qué no lo vas a hacer. Cuando me piden un consejo, siempre he dicho «ir a por ello». Un amigo llegó y me dijo «he mandado una cinta para el club Disney». Al día siguiente ya estaba grabando mi cinta y la mandé.

A pesar de todos los palos de la industria, siempre la disculpa...

Considero que la vida es esos periodos de tiempo en el que ningún factor extraño o exterior lo trastoca todo. He tenido la desgracia de vivir una enfermedad larga con mi madre y luego los momentos complicados con la salud de mi padre. Esos momentos estás preocupado; tu vida se trastoca. Tienes que asumir que, de la noche a la mañana, todo ha cambiado y no puedes estar como has estado antes. Entonces, cuando tienes periodos en esta vida en el que cosas importantes no te afectan, intento que las cosas mínimas como éstas no me roben el tiempo. Siempre utilizo la misma frase: «No discuto con el universo». Intento enfocar mis historias y mi vida en las cosas que me han llenado, en las cosas que me han hecho sentirme realizado y no en las cosas que me han hecho pasar malos momentos.

¿Qué hubieran dicho sus padres del libro?

Creo que no lo hubiese sacado (ríe). Pero no por «ay, se van a enterar...», porque ellos saben exactamente mi vida y como era. Este libro también lo he enfocado como una cápsula del tiempo. Me han dado oportunidad de poder contar mi vida y contar mi historia y que quede escrita. Cuando entiendes ese valor, ya sea para mis sobrinos, para los hijos de mis sobrinos, para la gente que venga por delante, pues entonces es un ejercicio de reflexión que te da la vida. Si yo ahora disfrutase de mis padres y no tuviese ese elemento de nostalgia y de saber que ya te tienes que ir acostumbrando a las despedidas y a decirle adiós a gente importante quizá no hubiese tenido a lo mejor el valor de decir, venga lo escribo. Me preguntaban mi hermano y mi gente: «¿Qué vas a contar?». Nada que no sepas. No tengo ningún secreto.

En el libro subyace un miedo a la pérdida de sus padres, a la muerte...

Soy optimista y positivo, pero sin alejarme de la realidad. Podía concentrar toda mi energía en pensar que mi madre se iba a curar, que mi padre iba a superar esa operación, pero al mismo tiempo también me ponía en el peor de los escenarios. Parece que estés como preparando a tu cuerpo y a tu mente para lo que pueda pasar. Y yo siempre he necesitado tener como ese plan B o ese plan C, y me he preparado y hay que ser muy valiente porque, de repente, la mente juega muy malas pasadas. He llorado mucho imaginándome... A mí recordar todo eso me ha dado años de vida. Cuando tienes un estado de felicidad, no falta gente a tu alrededor, y la nostalgia no está llamando a la puerta todo el rato, pues no tienes a lo mejor esa necesidad.

Ha sido espectador y presentador en distintas épocas, ¿ha visto evolucionar la televisión?

Tuve la gran suerte de empezar en un programa como «Club Disney», en el que las audiencias eran lo que menos se miraba, y no tenías miedo a que, de repente, el programa dejase de emitirse. Era una apuesta segura y que sabías que tenía un principio y un fin. Cuando se terminó y empecé a hacer otro tipo de programas, ahí sí que viví ese mundo un poquito más salvaje de la televisión, en el que las audiencias cuentan; en el que si algo baja de rating, pues entonces tenemos que meter más chicha aquí, cambiar cosas y hay un poquito de descontrol. En televisión, lo que ha ido pasando con los años es que el consumo es mucho más volátil y no se le da tiempo a los formatos a que se puedan consolidar.

En el libro habla de la felicidad que le producen sus sobrinos, pero nunca habla de hijos...

No, porque siempre lo he tenido muy claro: me encantaría cuando tuviese un poquito más de años, estabilidad económica y sepa que lo puedo hacer, poder darle la oportunidad a un chico, una niña, a alguien más joven, esa figura de tutelar. Tengo estabilidad y esto es lo que te falta, para que puedas construirte y puedas llegar a tener un futuro.