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Nuevo canal

Moncloa ultima un concurso clave para el futuro de la televisión en abierto

La reorganización del espectro digital y la transición a la ultra alta definición presionan al Ejecutivo a tomar decisiones urgentes que marcarán la televisión del futuro

TDT larazon

Moncloa se encuentra en plena cuenta atrás para adjudicar una nueva frecuencia de TDT, una jugada que podría transformar la oferta televisiva nacional en plena transición hacia la emisión en ultra alta definición. La convocatoria oficial del concurso público es inminente, según fuentes próximas al Ejecutivo, y llega con retraso tras haber expirado el primer plazo legal sin que ningún operador se postulara.

La falta de candidaturas iniciales no ha evitado que el interés en el espectro disponible haya crecido silenciosamente. El nuevo canal nacional es una pieza estratégica dentro del mapa audiovisual, y con la entrada en vigor del nuevo Plan Técnico Nacional, se abre la puerta a una televisión con mejor calidad de imagen y nuevos jugadores en el tablero. La oportunidad, sin embargo, tiene fecha de caducidad: si el Gobierno no actúa rápido, cualquier operador podrá forzar la apertura del proceso, e incluso el espectro podría perderse.

La Ley General de Comunicación Audiovisual establece que, tras seis meses sin convocatoria, un tercero puede solicitarla. Y si la parálisis se alarga hasta los 18 meses, la frecuencia podría destinarse a otros usos. Una posibilidad que Moncloa quiere evitar a toda costa, no solo por el valor estratégico del canal, sino también por las implicaciones políticas de dejarlo escapar sin batalla.

El retraso en el anuncio del concurso ha estado influido por factores más políticos que técnicos, como la pugna interna en el grupo Prisa, uno de los posibles aspirantes mejor posicionados para optar a la frecuencia. Mientras tanto, el resto del sector observa con atención, consciente de que esta convocatoria puede redefinir el futuro de la televisión en abierto en España.

En paralelo, la TDT se enfrenta a una transformación tecnológica sin precedentes. Con el avance hacia el estándar DVB-T2, los canales comienzan a emitir en ultra alta definición, lo que supone una mejora sustancial para los espectadores... siempre que sus dispositivos estén preparados. La coexistencia temporal entre HD y UHD será solo una fase de transición; el objetivo final es que la TDT funcione exclusivamente en UHD cuando más del 90 % de los hogares estén adaptados.

Este nuevo canal, por tanto, no solo es una licencia más: es una puerta de entrada a la televisión del mañana. Quien la obtenga no solo tendrá presencia nacional, sino que deberá posicionarse en un ecosistema cada vez más competitivo, tecnológico y exigente. Por eso, la pregunta ya no es si habrá convocatoria, sino quién dará primero el paso y con qué propuesta convencerá a Moncloa de que merece el espacio más cotizado del espectro.