Incendio en Murcia

La humana lección de ética periodística de Juan Soto Ivars en 'Espejo Público': "Se nos lleva por delante el sensacionalismo"

El escritor y periodista rehusó opinar sobre el incendio en las discotecas de Murcia "porque no tengo nada que decir", y mostró su incomodidad "con lo que hacemos los medios ante estas situaciones"

La humana lección de ética periodística de Juan Soto Ivars en 'Espejo Público': "Se nos lleva por delante el sensacionalismo"
La humana lección de ética periodística de Juan Soto Ivars en 'Espejo Público': "Se nos lleva por delante el sensacionalismo"Atresmedia

Corrían las 11 y 20 de la mañana del pasado lunes 2 de octubre, cuando el escritor y periodista de El Confidencial Juan Soto Ivars (Águilas, 1985) tomaba la palabra durante la tertulia de actualidad del programa de Antena 3'Espejo Público', que en esos momentos abordaba el drama del incendio en las discotecas murcianas sucedido el sábado noche.

Como cuando Curro o el Paula paraban los relojes de las plazas de toros con sus pases eternos de muleta, Soto Ivars regaló dos minutos largos de humanísima reflexión en torno a la ética periodística o mediática al exprimir el jugo de ciertos asuntos en pos de audiencia, y de paso pegó una guantá sin manos a esos opinólogos que se proclaman expertos en todo.

Susanna Griso aplastaba la carbonizada morcilla de Murcia con el tenedor para sacarle toda esa grasilla naranja y le cedió el embutido a su contertulio Juan Soto Ivars para que rematara él la faena; mas este rehusó ir por la senda marcada y se marcó una reflexión de antología sin pretensiones de gloria ni de dar lecciones de nada, tocado en su humanidad:

"Como no soy experto en incendios ni en fuego, ante una cosa como esta prefiero no decir nada", arrancaba el periodista murciano su speech. Y proseguía, metiéndose en el saco: "A los medios, cuando sucede una cosa como esta se nos lleva por delante el sensacionalismo; tenemos que medirnos, tenemos que agarrarnos para que esto no sea... No sé, yo realmente no me siento cómodo con estas entrevistas que hacemos".

"¿Qué le estamos ofreciendo al público para que vea una madre destrozada porque no sabe dónde está su hijo?", se preguntaba Soto Ivars, para, a continuación, sugerir: "Yo creo que tenemos que reflexionar los medios sobre lo que hacemos en estas situaciones: no soy experto en nada de esto, pero sí sé algo de periodismo y... no hagamos sangre; el dolor es incalculable pero es intransmisible: no sé qué aportamos entrevistando a esta pobre mujer".

"Me he sentido muy incómodo", confesaba acto seguido. Y retomaba su humana y valiente reflexión: "Tenemos la responsabilidad los medios en estos casos de cogernos un poco las riendas a nosotros mismos: de decir 'Bueno, esto es terrible; a lo mejor no tengo nada que decir'".

Y remataba el periodista aludiendo a su propia experiencia: "Yo soy murciano, conozco el sitio, podría decir gilipolleces sobre estas discotecas en las que una vez he estado..., pero es que prefiero no decir nada. Prefiero callarme y dejar a la gente sufrir esto que les ha pasado... ¡Es terrible! ¿¡Qué más se puede decir, Susanna!?"