Entrevista

David Miralles: «Cada día que pasas en la cárcel es un día más lejos de la reinserción social»

En la actualidad hay 55.000 presos en la cárceles de España y «Muros» cuenta la historia de 10 de ellos, sin filtros, sin prejuicios

Davir Miralles: «Cada día que pasas en la cárcel es un día más lejos de la reinserción social»
David Miralles: «Cada día que pasas en la cárcel es un día más lejos de la reinserción social»Movistar Plus+

Las creaciones de David Miralles dicen mucho de él. Podría decirse que es un humanista audiovisual, una de esas personas curiosas que prefieren escarbar en las particularidades humanas antes que dejar volar la imaginación para buscar soluciones a problemas que todavía no tenemos. En un mundo cada vez más dominado por la ficción, él va en contravía. Sus trabajos nos traen de vuelta, nos cuestionan, nos remueven íntimamente. Y eso es lo que ahora vuelve a hacer con «Muros», la serie documental de cuatro capítulos que hoy estrena en Movistar Plus+. Hablamos con él de su experiencia dentro de las cárceles indagando sobre las historias que ha decidido contarnos, de eso que nadie ve.

¿Por qué «Muros», David?

Creo que es algo que obedece a la intención de devolverle a la libertad su verdadero sentido. En los tiempos que corren, parece que las palabras pierden su significado y se emplean con ligereza, convirtiéndose a veces en meros eslóganes vacíos. ¿Qué es la libertad? ¿Qué implica perderla? Y qué mejor lugar que buscar esas respuestas en las cárceles, en historias reales.

Diego, Cata, Culopato, Medhi, Mari, Eugenio, Feli, Isidoro, Yago y Bárbara son los nombres propios de esas historias. ¿Por qué ellos y no otros?

En el delito encuentras extremos. Por un lado, hay gente que ha cometido delitos terribles y, por otro, encuentras gente que quizás es inocente. Luego están los famosos, que pueden ser políticos, futbolistas, actores… Normalmente, todos estos son los casos que conocemos, de los que oímos hablar permanentemente en los medios de comunicación. Pero en el medio está lo que yo he llamado el “preso común”, es decir, esos que nunca salen en medios de comunicación, que son gente sin voz, de los que nadie habla, que igual son el 80 o 90% de los presos. Son ellos los que ocupan nuestro documental, ellos son los Diego, Cata, Feli, Bárbara y todos los que tú mencionas, esas son las historias que me interesaba conocer, porque las suyas son historias que no son particulares un especiales, las suyas son las historias de muchos.

¿Hubo alguna historia que quiso contar y no pudo?

No, ha sido increíble las facilidades que hemos recibido, tanto desde las instituciones para dejarnos grabar y hacer, prácticamente, lo que queríamos, como de los presos, que estuvieron absolutamente dispuestos para contar su historia. Al final escogimos estas diez porque eran las más representativas, aunque es verdad que hubo una chica cuya historia queríamos contar, pero tuvimos que desistir, porque ella estaba en un momento muy duro de adicción y nos pareció que era mejor retirarnos. Era una historia interesante porque tenía una familia absolutamente normal, que estaba viviendo el drama de la droga, por una parte, y de la cárcel, por otra. Sin embargo, pensamos que se podía reflejar bien en las demás historias.

Las adicciones son un elemento común en las historias elegidas.

Bueno, es que es que en la cárcel, básicamente, lo que te encuentras es exclusión social, pobreza, inmigración, adicciones, enfermedad mentales… Entonces sí, cuando coges la vida de alguien de allí y vas siguiendo las miguitas de pan hacia atrás, casi siempre te encuentras algún tipo de adicción al juego, a las compras compulsivas o, por supuesto a las drogas. Pero, también encuentras cuál es el motivo de esa adicción. Ves que no es por ocio o diversión, como quizás lo es para gente que consume drogas de una manera mucho más lúdica. Esto es otra historia. Por ejemplo Medhi no consumía cuando comenzamos a hablar con él, pero empezó allí dentro.

Sorprende ver que para algunos es su hogar.

Es que para muchos de ellos la cárcel no es ajena. Han crecido en barrios donde sus padres, sus hermanos, sus amigos han estado en ella. La cárcel se hereda, por desgracia. Entonces, a pesar de las limitaciones para comunicarse con su familia, que son muchas, ven su vida allí con cierta normalidad. Alguno nos ha dicho abiertamente que sabe que, aunque salga, volverá porque no dejará de hacer lo que hace, es lo único que tiene como cierto. Estoy bastante convencido de que, para todo este grupo, cada día que pasan en la cárcel es un día más lejos de la reinserción. Al menos, con las estrategias o el método actual que se sigue ahí dentro.

¿Qué se lleva de esta experiencia?

Eso, la experiencia. Como director, me he acercado a sus vidas desprovisto de prejuicios, buscando un acercamiento íntimo y personal. Sus historias son conmovedoras y, a veces, incluso teñidas de un inesperado sentido del humor. Hemos intentado hacer una serie documental con un lenguaje sencillo y directo, sin artificios ni adornos innecesarios, que esperamos que no deje indiferente a nadie.