Estreno
"Gen V": Los superhéroes más salvajes vuelven a clase
Prime Video estrenó la segunda temporada de la secuela de "The Boys", un cóctel juvenil de caos, sátira política y poderes desbordados
El universo de “The Boys” sigue expandiéndose en Prime Video, y esta vez lo hace con la segunda temporada de “Gen V”, estrenada el miércoles 17 de septiembre con sus tres primeros episodios y un calendario que suma nuevas entregas cada semana hasta el 22 de octubre. La espera fue larga, pero la nueva temporada sabe enlazar con el pasado sin dejar de abrir un camino propio. El campus de la Universidad Godolkin, escenario de locuras adolescentes, traumas heredados y luchas de poder, vuelve a convertirse en laboratorio y campo de batalla a la vez.
Pero esta vez, tras el trágico cierre de la primera entrega, regresar a Godolkin no es como volver a clase después del verano: el campus tiene un nuevo decano con discurso mesiánico que convierte las aulas en un campo de entrenamiento para fabricar semidioses. Mientras Cate y Sam se pasean como si fueran la nueva realeza del lugar, Marie, Jordan y Emma regresan con la mochila llena de pérdidas y heridas que no se curan en la enfermería. Entre fiestas disfrazadas de marketing y clases que parecen entrenamientos militares, sale a la luz que la universidad esconde secretos fundacionales. Y ahí es donde Marie entiende que su presencia no es cuestión de azar, sino que forma parte de un plan que empezó mucho antes que ella.
Ese punto de partida recuerda inevitablemente a “X-Men”: jóvenes con talentos inusuales, una escuela como refugio y el discurso de alguien que dice prepararlos para el futuro. Pero las referencias puntuales nos aterrizan pronto al universo de “The Boys”: brutalidad explícita, humor negro y un espejo político demasiado cercano. Un detalle basta para mostrar la diferencia: la propaganda de Patriota con el lema “Make America Super Again”. No hay metáfora escondida, la sátira es directa y funciona porque nadie finge que se trata de otro mundo.
Pero si hay algo que marca profundamente esta temporada es el duelo real por la muerte del actor Chance Perdomo en marzo de 2024. Un hecho lamentable que obligó a replantear la historia, y el resultado consigue emocionar sin abusar del golpe bajo. Andre desaparece, pero su presencia sigue viva en cada conversación y en la manera en que su padre, Polarity, se convierte en una figura más central. Sean Patrick Thomas transmite la carga con naturalidad, y lo que pudo ser una sensación de vacío se transforma en un eje emocional. La serie honra a Perdomo y su personaje con respeto y sinceridad, algo que se nota y se agradece.
Por otro lado, el fichaje de Hamish Linklater como el decano Cipher es otro de los aciertos. Su personaje no necesita efectos para imponer: lo logra con la calma que antecede al veneno, con la sonrisa torcida que convierte una clase en adoctrinamiento. En su boca, frases como “nosotros contra ellos” suenan tanto a villano de cómic como a líder de una secta. La historia le da espacio para construir esa figura que convierte el campus en un cuartel, y lo aprovecha al máximo.
El grupo central mantiene la serie en pie. Jaz Sinclair da a Marie la combinación justa de culpa y determinación; Lizze Broadway convierte a Emma en el personaje más entrañable, con un encanto que a la vez revela heridas profundas; London Thor y Derek Luh hacen de Jordan un rol coherente en cualquiera de sus formas, un equilibrio nada fácil de lograr. Maddie Phillips y Asa Germann, como Cate y Sam, son la cara incómoda del poder desbocado: atractivos y temibles a la vez. Cada uno aporta al clima de tensión, donde nadie está del todo a salvo de caer en la tentación.
Visualmente, la serie sigue apostando por lo grotesco, aunque con más intención que en la primera entrega. Hay violencia explícita, sí, pero no se siente gratuita: a veces provoca carcajadas, otras veces incomoda, y en varias ocasiones subraya lo absurdo del mundo que retrata. Y la música merece mención especial: no se limita a marcar el ritmo de la acción, sino que potencia las escenas, suaviza lo que necesita calma y aporta emoción cuando hace falta. Una banda sonora que se disfruta porque siempre suma algo más.
Lo mejor es que cualquiera puede entrar en esta temporada sin haber seguido todo el recorrido. Los guiños a “The Boys” enriquecen, pero no condicionan; los cameos son justos y nunca eclipsan al elenco joven. Para los nuevos espectadores, es una historia que se entiende sola; para los veteranos, una pieza que encaja de forma natural con lo que vendrá en la temporada final de la saga principal.
“Gen V” regresa con fuerza, mostrando que no necesita pedir permiso para ser relevante. Lo que ofrece es un retrato juvenil cargado de sátira, humor corrosivo y acción sangrienta, pero también de humanidad y vulnerabilidad. Prime Video entrega así una serie que entretiene, incomoda y emociona a la vez, y que demuestra que incluso los superhéroes más salvajes también buscan un lugar en el que encajar.