Feria de Otoño
Una novillada de silencios y sin maneras de promesa en Las Ventas
Al contrario que la novillada del fin de semana anterior, el factor común fue el desacierto con los aceros
Hubo que esperar al tercero. Los dos primeros novillos de López Gibaja apenas dieron juego. Aunque no fuese una máquina de embestir, el astado lidiado por Alejandro Adame lo hacía con largura y nobleza. Aunque el saludo capotero prometía al mexicano le faltaron recursos para terminar de explotar las virtudes de su oponente. Lo atosigó sin darle la distancia que pedía el animal y una estocada delantera lo dejaría todo en silencio. Al contrario que la novillada del fin de semana anterior, el factor común fue el desacierto con los aceros. Aún así, ninguno de estos errores con la espada costó trofeos.
Lo intentó Alejandro Fermín, con un novillo que acusó flaquezas desde salida y que fue mimado en varas. Nada serviría para que el astado mostrase capacidades en la muleta. En plena bronca de los tendidos con la presidencia por las condiciones del novillo, se acabaría alargando Fermín. En el segundo, más de lo mismo para el extremeño. Este ejemplar se quedaría en cambio muy corto en las embestidas. La tarde pesaba ya como una losa.
Ignacio Olmos, casi tan veterano como Alejandro Fermín, no pudo demostrar el bagaje y la experiencia que debería ya tener. Ningún novillo le valió para mostrar al menos buena colocación ni maneras de promesa.
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