Badajoz

El titán Ferrera ante un Juli abrumador

El madrileño corta un rabo y el extremeño triunfa pero resulta herido de pronóstico grave

Instante en el que el torero extremeño es corneado en el muslo izquierdo por el quinto
Instante en el que el torero extremeño es corneado en el muslo izquierdo por el quintolarazon

Olivenza (Badajoz). Segunda de la Feria Ibérica del Toro. Se lidiaron toros de Domingo Hernández (1º, 2º, 3º, 4º bis y 8º) y Garcigrande, desiguales de presentación. El 1º, noble, soso y repetidor; el 2º, buen toro, largo y con codicia; el 3º, repetidor aunque repone; el 4º, rajado; el 5º, malo; el 6º, gran toro, premiado con la vuelta al ruedo; el 7º, de buen juego, codicia y entrega; y el 8º, flojo y de escaso motor. Lleno de «No hay billetes».

Antonio Ferrera, de azul añil y plata, estocada baja (saludos); estocada (dos orejas). El Juli, de gris plomo y oro, buena estocada (dos orejas); estocada corta (dos orejas y rabo). José María Manzanares, de azul noche y oro, pinchazo, estocada desprendida (saludos); dos pinchazos, aviso, estocada (saludos). Miguel Ángel Perera, de verde hoja y oro, estocada, aviso, descabello (saludos); media caída (palmas).

Parte médico de Antonio Ferrera: «Herida inciso contusa por asta de toro en la cara posterior del muslo izquierdo de 12 a 14 centímetros que diseca plano subcutáneo e interesa a fascia y musculatura de la zona, bajo anestesia local y sedación, se procede a limpieza exhaustiva de la herida, frederich de bordes y sutura de fascia y subcutáneo, colocación de drenaje y cierre de herida con puntos de seda. Pronóstico «grave».

Llegar a Olivenza y saltarse el radar de la Guardia Civil era el primer reto. El segundo ocupar la localidad. Un «no hay billetes» apabullante para la corrida monstruo, la interminable, la de los ocho toros, que fueron nueve después. Acabábamos de llegar, ganada la batalla del asiento, y poco tardó Antonio Ferrera en levantarnos de él. Susto a lo grande. Perdió Antonio la muleta, la recuperó en un segundo y quiso darle el pase de pecho con el engaño mal cogido. El toro de Domingo Hernández, que había sido noble, soso y repetidor y que pareció tener poco fondo pero duró en la muleta, no perdonó. Listo él, claro, lo lanzó arriba, aquí y allá y acabó por pasarle por encima también. Había estado templado con el toro, se le vio a gusto por el diestro. Buscándose, pausado y templado. Una delicia; tiró de raza después.

Imponente, importante, con un quinto a la defensiva y con guasa. Le ganó la partida, y no era de trivial, con un torrente de verdad y valor. Muy auténtico el arrimón y la profundidad con la que enfocó la faena. Un grande. Un titán. Pero volvió a pagar el precio demasiado caro, demasiadas veces de la carne herida, abierta y, tras volcarse en la suerte suprema, rodó, ya sin perdón. Aguantó herido hasta que cayó el toro. Cosas de toreros, de honores. Sin puño para el corazón, como a Antonio ya no le queda piel para más heridas. La ética del toreo sin disfraz.

El Juli gustó con el gran segundo pero lo excelso sin fisuras llegó con el sexto. Inmenso Julián, grandioso el bravo toro, lleno de codicia, repetición y una embestida inagotable y siempre humillado. Un momentazo dio El Juli, un regalo el pitón zurdo del animal, colosal en las cercanías hasta llegar a lo inverosímil con el toro a pleno motor. Ni pestañear podías, pálpitos en el ruedo. Un huracán de poder el torero, a fuego la entrega del toro. Espectáculo vivo. El mismo Juli había dejado atrás la faena a «Bolero», el segundo, que viajó largo, con codicia y duración en la muleta. El madrileño anduvo fácil y resuelto, pero lo que vino después fue otra historia. De las grandes y buenas. En un preámbulo sin más quedó lo anterior.

A Manzanares se le vio calentando motores con un tercero repetidor y que reponía en la muleta y un séptimo con codicia.

Perera hizo un esfuerzo técnico para retener al rajado cuarto y todo tuvo una solidez tremenda. Se dilató la espada y voló el eco en el tendido. Con el octavo, la suerte en cruz, flojo y con menos arranque que el resto del encierro. En la mal llamada corrida monstruo, crónica del titán Ferrera y un Juli abrumador. Y una corrida de Garcigrande con la tecla del espectáculo y la emoción.