Jiménez Fortes

Orejas para Alberto Aguilar y Juan del Álamo en el cierre de Azpeitia

Jiménez Fortes escuchó los tres avisos tras bordarlo ante un gran sexto de Pedraza de Yeltes, a cuyo quinto se le dio la vuelta al ruedo

Alberto Aguilar, en su imagen de archivo
Alberto Aguilar, en su imagen de archivolarazon

Alberto Aguilar, que sustituyó al convaleciente David Mora –al que dedicó su triunfo–, y Juan del Álamo pasearon ayer un trofeo en el cierre de la Feria de San Ignacio con un atractivo encierro de Pedraza de Yeltes. De la divisa salmantina de los hermanos Uranga, destacó «Brigadier», bravo colorado lidiado en quinto lugar, que fue premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre.

Alberto Aguilar, aunque algo desbordado por la casta del primero de sus adversarios, toreó con mucha entrega, valiente de verdad, y fue certero con la tizona. El tendido supo verlo y valoró todo ello. Por ello, se le pidió una oreja de ley. Menos opciones tuvo con el cuarto, un animal con mucho volumen, de 630 kilos, con el que no se terminó de acoplar. Lo despachó de más de media estocada.

El salmantino Juan del Álamo, por su parte, cuajó una gran faena al quinto, el toro de la tarde, que fue premiado con la vuelta al ruedo póstuma. Toro excelente, muy bravo, que el mirobrigense toreó sensacional. Hilvanó excelentes series en redondo con mucho temple, largura y mano baja para tejer una faena maciza que epilogó con una tanda de manoletinas. Lo estoqueó de estocada desprendida. Antes, Del Álamo había emborronado con la espada una muy digna labor ante el segundo, al que muleteó mejor con la zurda.

Se fue de vacio Jiménez Fortes, que se las vio ante un primer oponente noblón y sin transmisión. Pese a ello, le enjaretó algunos muletazos templados en redondo y lo despachó de una estocada casi enterera. Nada que ver con el sexto. Y es que, ante el que cerró plaza, el malagueño bordó el toreo con una faena al ralentí en la que toreó a placer. Empaque, temple y ligazón por ambos pitones ante otro gran toro, de enorme dulzura. Lástima que se excediera de faena -recibió el primer aviso antes de entrar a matar- y terminara escuchando los tres recados del palco.

En Azpeitia (Guipúzcoa), última de la Feria de San Ignacio, con toros de Pedraza de Yeltes, bien presentados y con romana. Encastados, de juego interesante y con opciones como el exigente 1º o 2º y 6º, con buen fondo. Por encima de todos, destacó el bravo 5º, extraordinario, premiado con la vuelta al ruedo. Alberto Aguilar, oreja y saludos tras aviso; Juan del Álamo, saludos y oreja; y Jiménez Fortes, silencio tras aviso y pitos tras tres avisos. Casi lleno.