Gijón

Ventura y Talavante, Puerta Grande en la Feria de Begoña

El pacense arrancó una oreja de cada uno de sus dos astados

Talavante y Ventura salen, ayer, a hombros del coso de El Bibio de Gijón
Talavante y Ventura salen, ayer, a hombros del coso de El Bibio de Gijónlarazon

Diego Ventura y Alejandro Talavante se convirtieron ayer en protagonistas de la tercera de la Feria de Begoña, en Gijón, al abrir la Puerta Grande del coso de El Bibio después de cortar tres y dos orejas respectivamente. Menos suerte tuvo Miguel Ángel Perera que pechó con el lote de menos duración en el último tercio.

El torero extremeño mostró variedad, temple y buen gusto en cada uno de sus dos astados de Montalvo. Un lote que tuvo nobleza en sus embestidas. A su primero, que recibió con un ramillete de verónicas y la media, lo toreó por ambos pitones destacando el tramo final al natural. El epílogo por bernadinas fue muy ceñido y jaleado por el tendido. Lo despachó de estocada y descabello para pasear una oreja. Otro trofeo logró del sexto con algo más de nervio en sus embestidas. Inició por estatuarios sin enmendarse. Luego, destacó nuevamente en el toreo con la mano izquierda. Esta vez cerró la faena por manoletinas y tras un espadazo algo desprendido volvieron a aflorar los pañuelos.

Le acompañó en volandas el rejoneador Diego Ventura. Si paseó un trofeo del que rompió plaza gracias a los ajustados quiebros en corto de «Milagro» y a la emoción con las cortas sobre «Toronjo», en el cuarto enloqueció al tendido. «Oro», que se lo dejó llegar muy cerca, y «Remate» fueron los responsables de una faena que recibió el doble premio.

Por su parte, Miguel Ángel Perera cargó con el lote más blando de todo el festejo, a pesar de compartir esa virtud de la bondad de sus hermanos. Lo intentó y dejó algún natural muy templado, pero se fue de vacío.

En Gijón, cuarta de la Feria de Begoña, con toros de San Mateo, para rejones, y Montalvo, desiguales de presentación y con nobleza. El mejor, el 3º. Diego Ventura, oreja y dos orejas; Miguel Ángel Perera, palmas y silencio; y Alejandro Talavante, oreja en ambos. Casi lleno en los tendidos.