Saviano desmonta al «Chapo»

DMAX estrena este lunes un documental en el que el autor de «Gomorra» explica a los alumnos de la Universidad de Bolonia la historia del narcotraficante mexicano.

Roberto Saviano y «El Chapo» Guzmán nunca han cruzado sus miradas. No lo necesitaron para que el uno le siguiese la pista al otro y a la inversa. El narcotraficante mexicano, conocido también por su ego superlativo, estaba deleitándose leyendo una de las últimas obras del italiano, «Cero cero cero», –en la que le dedica varias páginas–, cuando fue detenido por enésima vez por la policía mexicana. Ahora que está recluido en una prisión de máxima seguridad en Nueva York, seguro que no podrá disfrutar de la clase magistral que Saviano, que salió de su estado de semi clandestinidad, le dedicó en la Universidad de Bolonia y que se ha convertido en el documental «Roberto Saviano: El Chapo», que el lunes estrena DMAX a las 00:30 horas. Al ver el programa no sabemos quién tiene más protagonismo: si el periodista, al que se le nota que se mueve como pez en el agua delante de una cámara, o el mexicano del que recrea su figura y, sobre todo, su espectacular fuga de la prisión de máxima seguridad del Altiplano.

Imprevisible y real

«El crimen es oscuro, imprevisible y, por desgracia, real. Pero solo conociéndolo realmente podemos combatirlo», dice al inicio de la producción Saviano. En la secuencia siguiente, en la pizarra de la clase aparecen palabras que ponen al espectador en situación: «cocaína», «FBI», «narcocorridos», «heroína» y «extradición», entre otras. A partir de ahí se reconstruye su perfil. Máximo responsable del cártel de Sinaola, empezó en el negocio a los 15 años sembrando marihuana. Una vez desactivados sus rivales, impuso su ley y se burló de la oficial, ya que, fugado desde 2001, se convirtió en el segundo hombre más buscado por el FBI y la Interpol después de Bin Laden. Era una amenaza para la seguridad de EE UU, ya que introducía el 25 por ciento de la droga que se consumía en el país. Fue el autor directo o indirecto –enviaba a sus escuadrones de la muerte– de más de 70.000 muertes y la revista «Forbes» estimó su fortuna en mil millones de euros.

Roberto Saviano llega al aula con los deberes hechos, ya que para armar su clase se apoya en vídeos originales de la policía mexicana, documentos judiciales, entrevistas a sus familiares y grabaciones de audio. Con la astucia de un forense pericial, da a conocer la magnitud de sus delitos y las circunstancias de quien lo comete. Cómo se preparó su huida del Altiplano dice mucho de los rasgos psicológicos de un hombre narcisista y maquiavélico. Así, con la ayuda de los suyos, logró escaparse por el área de duchas, donde se había construido un túnel de 1.500 metros. La leyenda perdura, aunque ahora «El Chapo» sufre alucinaciones auditivas y depresión en su celda de 6 por 3,6 metros en la que permanece incomunicado.