Estreno

Un digno familiar de Einstein

Un tataranito del famosos físico es el extravagante protagonista de una comedia de investigación criminal cuya segunda temporada estrena AXN este jueves.

El personaje protagonista de la serie cómica «Einstein» padece una enfermedad hereditaria que muy probablemente acabe con su vida antes de cumplir los 40 años
El personaje protagonista de la serie cómica «Einstein» padece una enfermedad hereditaria que muy probablemente acabe con su vida antes de cumplir los 40 añoslarazon

Un tataranito del famosos físico es el extravagante protagonista de una comedia de investigación criminal cuya segunda temporada estrena AXN este jueves.

Esta producción pertenece a la categoría de «series food», ficciones que se devoran y se digieren rápidamente, aunque, en este caso, no sea una basura, como otras. «Einstein», cuya segunda temporada estrena AXN el jueves, es una gamberrada resultona sobre un tataranieto del genio de la física que ha heredado su talento y que intenta borrar de su mente que padece una enfermedad. Para ello hace propio el «carpe diem» de «El club de los poetas muertos» (1989) pero en su versión más autodestructiva. Sí, disfruta del presente y se bebe la vida a tragos con la ayuda de los estupefacientes. La comparación facilona es que estamos ante el «House» de las ciencias, pero sería menospreciar la serie protagonizada por Hugh Laurie. En esta ficción alemana las tramas son más lineales y no esconden ningún recoveco moral.

En su segunda temporada, Felix «Einstein» Wintenberg, que encarna Tom Beck, sigue a lo suyo: imparte clases en una universidad y ayuda a la policía a resolver los casos más complicados. Es un híbrido de títulos como la ya citada «House», «Castle»... pero no se achanta por eso, ya que su protagonista, interpretado con el desparpajo y la arrogancia que procede de Beck, es uno de esos actores que tienen carisma aunque no se sepa dónde reside.

Con diálogos que muchas veces pretenden ser ingeniosos y no lo son, aunque en cada capítulo haya alguna perla, «Einstein» agrada por su ausencia de pretensiones. Sus creadores han hecho de una ocurrencia una serie que actualiza cómo proceden en las investigaciones criminales tipos un pelín arrogantes y con un método de trabajo heterodoxo, un arquetipo cada vez más frecuente en la televisión.