Planazo en Santiago, visita la Torre de la Carraca y después recorre los miradores

Llegar a la ciudad y entrar directamente a la catedral es lo suyo y desde el 1 de Agosto, además de visitar el Museo, se puede admirar la Torre de la Carraca, situada en el lado norte de la fachada del Obradoiro. La visita arranca en el Palacio de Gelmírez y se recorre la cara interna de la torre. La estructura medieval fue concebida por el Maestro Mateo y el cuerpo barroco añadido en el siglo XVIII por Fernando de Casas. Tras subir las 140 escaleras que consta el recorrido, llegaremos a la balconada que se asoma a la ciudad de Santiago, a casi 70 metros de altura y permite obtener unas panorámicas impresionantes en 360º. Merece la pena hacer este ascenso, las imágenes que sacaremos allí serán espectaculares además es super agradable la sensación de haber llegado hasta allí.

La Carraca de la Catedral de Santiago tiene forma de aspa o de cruz de San Andrés (cada uno de los brazos miden 2 metros) y se acciona manualmente mediante una manivela. El actual instrumento es una réplica de la vieja carraca y fue construida en 2010 por el Consorcio de Santiago cuando volvió a sonar después de más de 50 años sin funcionar. El antiguo aparato fue restaurado y actualmente se puede visitar en el Museo de la Catedral, como parte del recorrido de la visita a las cubiertas. Las carracas, actualmente muy en desuso en la liturgia, son instrumentos musicales de percusión que se hacían sonar en las celebraciones de Semana Santa como símbolo de duelo por la muerte de Cristo y que sustituyen el sonido de las campanas.La campana representa la voz de Cristo, por lo que la carraca se empleaba en su lugar en los días en el que Cristo permanecía muerto y por lo tanto se apagaba su voz.

La similitud entre Roma y Santiago al haber nacido ambas entre colinas invitan a descubrirlas desde otra perspectiva.

Por lo general, cuando visitamos ciudades monumentales, nos dirigimos directamente al centro o a las visitas imprescindibles de la ciudad que nos invaden de tal manera, que no salimos de allí durante todo el dia o durante toda la estancia. Es bastante normal, pues tener de frente la Basílica de San Pedro o la Catedral de Santiago no sucede todos los días, suelen estar rodeados de otras muchas atracciones que cuando vemos el reloj o ya es tarde o estamos tan cansados que descartamos movernos fuera de este punto. Ir de turista cansa y mucho, pero es genial, sobre todo cuando descubrimos que no se acaba todo allí en el mismo punto.

Ahora que necesitamos pasear por áreas más abiertas y verdes, podríamos dedicarnos a visitar los miradores que tiene Santiago que están repartidos por la ciudad, en donde además de tomar aire fresco, vamos a disfrutar de lo lindo además de llevarnos con nuestras fotos, un recorrido y un recuerdo fantástico.

Recorrido por los miradores de Santiago de Compostela

Las dos realidades que definen a Santiago inequívocamente son: la omnipresencia de la catedral y la estrecha relación de la ciudad con su entorno natural.

Primer mirador : El Parque de la Alameda - Campus Sur

En la Alameda, en la pendiente oeste del otero de Santa Susana, está la balaustrada que mira al Campus Universitario Sur. Desde allí, la visión de las cuidadas intervenciones urbanísticas y arquitectónicas llevadas a cabo a principios del siglo XX hace que uno sienta envidia de los estudiantes universitarios que lo habitan. La riqueza de especies botánicas del Campus hace todavía más fotogénica a esta panorámica.

Nos movemos en el Parque de la Alameda al Paseo de la Herradura

El mirador urbano más conocido y admirado e Santiago es el del Paseo de la Herradura, situado en este parque, en la falda este de la colina de Santa Susana. Desde allí, encontramos una espectacular vista frontal de la catedral que sobresale de entre la masa de edificios históricos: es la postal más retratada, la imagen más atemporal de la ciudad. Recomendado a cualquier hora del día, este mirador es imprescindible por la noche para entender verdaderamente por qué la catedral fue y será un “faro” espiritual.

Seguimos al tercero: Parque de San Domingos de Bonaval

El Parque de San Domingos de Bonaval, en la ladera poniente de la colina de la Almáciga, ofrece vistas singulares de los tejados de la zona antigua, que se van ampliando a medida que vamos subiendo por la falda. Desde aquí la abigarrada ciudad histórica parece vivir ajena a nosotros, concentrada en su intimidad doméstica, en su cotidianidad. El mejor momento para visitar este parque mirador es el atardecer.

El siguiente : Monte Pedroso

El Monte Pedroso, en poniente, es el más emblemático de la ciudad. Protegido desde hace años de la construcción para que ningún edificio pueda competir nunca en altura ni en visibilidad con la basílica del apóstol, es el mirador por excelencia para descubrir a la ciudad tapizando el paisaje y a la catedral enfrentándose al ocaso. Cualquier momento es bueno para subir allí, pero al atardecer es especial, porque es entonces cuando se reflejan sobre el templo los últimos rayos dorados de la tarde.

Ya vamos por el quinto: Parque de la Granxa do Xesto

En la falda del Monte Pedroso está la Granxa do Xesto, una zona verde pública a medio camino entre el parque urbano y un bosque que cuenta con pequeños lagos artificiales y una tranquila cafetería de madera, desde donde se tiene una muy buena perspectiva de la ciudad.

El Sexto: Parque de Galeras. Mirador de Monte Pío

En el parque de Galeras, a escasos minutos andando desde el Obradoiro, está el Monte Pío. Corona su cima la residencia presidencial de Galicia. La vista desde aquí es monumental, gracias a una concepción muy democrática, que recuerda a la inglesa, de la planificación urbana, la vivienda oficial está rodeada por un parque público desde el que podemos comprobar la panorámica sin necesidad de llamar al timbre.

El séptimo: El Parque de Belvís

Belvís, barrio situado al este de la ciudad histórica, ofrece varios puntos de mira diferentes. Desde la cima de la cuesta de As Trompas, de la catedral sólo se ven sobresalir las torres, que asoman por encima de los tejados del casco histórico. Un poco más allá, en la zona recientemente remozada del parque de Belvís, hay un belvedere desde el que se tiene una perspectiva más moderna de la ciudad, incluida toda su expansión hacia el sureste. Es una visión más cinematográfica, sobre todo por las noches, cuando las luces de los bloques de edificios del Ensanche sugieren historias de gente.

El octavo: El Parque de Carlomagno

A la parte más elevada del Parque de Carlomagno se le conocía tradicionalmente como el Alto da Canteira. La panorámica abarca con claridad todo el ordenado urbanismo del barrio residencial de Fontiñas. Más lejos, el resto de la zona urbana, encabezado por la colina de la Almáciga, se presenta como un puzzle constructivo en el que despunta tímida la catedral. Al fondo, el Monte Pedroso. Hacia el sur, allá abajo, vaivén de coches que entran y salen de la ciudad. (Recomendado por la noche; 25 minutos andando desde el centro de la ciudad).

Y el Monte de la Almáciga

Situado en el barrio de la Almáciga, muy cerca de la estación de autobuses, se extiende sobre la colina más alta del casco urbano, lo que lo convierte en una atalaya privilegiada, con muy buenas vistas sobre el paisaje.

En fin, que visitar Santiago de Compostela siempre es un gran plan.

COVID: Sobre las restricciones actuales, el día 23 de Julio la Xunta de Galicia decretó exigir un registro a los viajeros que lleguen desde territorios con alto riesgo epidemiológico. Podéis ver esta información en el artículo publicado en La Razón. La Xunta publicará quincenalmente una lista con los territorios nacionales e internacionales que considera peligrosos.