Viajar
Tel Aviv, Jaffa y Jerusalén con sensación de esperanza
En un mes posiblemente podremos disfrutarlas sin mascarilla
Ver las imágenes de este pasado fin de semana de total gozo en las caras de los paseantes en Tel Aviv sin mascarillas es emocionante y esperanzador. La mejor noticia que han podido tener en mucho tiempo es la de no tener espacio suficiente en los restaurantes y bares y ver como se vacían los hospitales. El uso de mascarillas es obligatorio sólo en los espacios cerrados.
Cuántas veces habremos dicho durante la pandemia: “Cuando pueda volver a viajar quiero ir a…” Yo lo he pensado y lo he dicho que lo tengo claro, que quiero ir a México lindo y querido, los motivos, sobran. Los deseos de volver a la ciudad en donde nací o sea a la mismísima capital mexicana son permanententes pero después de lo que hemos vivido se han acentuado. Y son tantos los sitios a los que quiero volver que no sé si me dará el tiempo para hacerlo. Solo de pensarlo me pongo nostálgica, por el momento me acercaré mentalmente a la misma Avenida de los Insurgentes justo a la altura en donde nací, allí en la Colonia Condesa, después iría a la Roma, Polanco, Santa Fe, Las Lomas, Pedregal, Irrigación, y mil colonias más que tengo en la mente y en el corazón. Mi ciudad es gigantesca y maravillosa. Volveré en cuanto se pueda. Para mi hablar de México me viene natural como es normal, pero hablar de Israel un país que descubrí como viajera inquieta, me emociona. Quise conocer Jerusalén desde que era pequeña, en la comunidad judía mexicana tenemos grandísimos amigos y tuve la suerte que al quedarme a vivir en Madrid me pasó lo mismo, tengo también enormes cariños que pertenecen a la comunidad judía. Hace años les preguntaba cómo eran Tel Aviv y Jerusalén, me contaban de sus viajes y de sus sitios favoritos y fue tanto mi empeño que conseguí visitar Israel y no solo una vez, sino que he repetido varias veces. Es un destino para ir, volver y volver.
Paseos por Tel Aviv, Jaffa y Jerusalén sin mascarilla
Los viajes que he realizado a Israel han sido siempre intensos y sorprendentes. Pensar en disfrutar de Tel Aviv, Jaffa y Jerusalén sin mascarilla, darle besos y abrazos a mis amigos y sentir nuevamente su ambiente con los cinco sentidos, más que una sensación de esperanza, es una necesidad.
No me extraña que este domingo pasado han estado repletas las playas en Tel Aviv. Puedo imaginar el ambiente que hubo en el La la Land , sentados en la playa, con buena música, disfrutando de un delicioso hummus y haciendo risas entre todos. La fotografía del tuit que vemos en la parte superior, muestra justamente la zona por donde yo me daría el primer paseo al lado del mar en Tel Aviv. Son 14 kilómetros de costa mediterránea que se pueden disfrutar partiendo de Jaffa a Tel Avivo en sentido contrario.
Yafo “la bella” en hebreo, fue el puerto más importante y su historia arrancó hace 3.000 años. Es un pueblito con calles empedradas plagado de rincones en donde sus artistas exponen sus obras, los nombres de las calles con signos zodiacales que le da un punto muy particular. La vista de Tel Aviv desde el Abrasha Park enamora. Para los apasionados de los mercadillos debéis ir al Flea Market, Israel es un país con tradición de buenos mercadillos. Caminando por las sinuosas calles de Jaffa, encontrarás una gran cantidad de chucherías y tesoros. Entre alfombras persas, azulejos, antigüedades, joyas y monedas antiguas. Negocia con los vendedores y no dejes de ir al mercado de pulgas. Si quieres seguir en este pueblito, dirígete hacia la Torre del Reloj otomana. Es una zona con galerías de arte, puestos de artesanía, joyerías con piezas antiguas, pasa por delante de la figura de Napoleón que recuerda su conquista de Jaffa cuando se dirigía a Damasco. Una visita muy interesante es la de la Iglesia de San Pedro que pertenece a los Franciscanos. El edificio fue una casa de huéspedes que albergaba peregrinos de todo el mundo que acudían a Jerusalén.
El casco antiguo de Jaffa, situado en el extremo sur de la ciudad de Tel Aviv, sobre la costa del Mediterráneo, era conocido en la antigüedad como la puerta de acceso a la Tierra de Israel. La antigua Jaffa, con sus tres mil años de historia, es el puerto más antiguo del mundo. Se cuenta que el nombre de la ciudad, llamada Yafo en hebreo y Jope en el Nuevo Testamento, proviene de Jafet, uno de los tres hijos de Noé, o bien del vocablo hebreo “yafá”, que significa hermosa.
Antes de marcharnos de Jaffa sentémonos a tomar algo y respirando profundo recordemos todo esto que nos ha dejado este precioso pueblo. Si queréis cenar rico con vistas esta claro que debéis de ir al Restaurante Aladín . Cuando estéis sentados en la terraza que cuelga al mar, disfrutad enormemente del marisco exquisito que ofrecen y de estar en uno de los rincones más bonitos de la costa en Tel Aviv.
Seguimos viaje
Ese barrio, el que deseamos descubrir sin vivir en Tel Aviv, puede ser este que os dejará encantados, apuntad: Neve Tzedek. El barrio bohemio, trendy, chic, de moda, el de la movida... No sé por qué me recuerda un poco la Colonia Condesa de la ciudad de México, tiene ese ambiente familiar, es acogedor. Son de esos barrios en donde te sientes en casa, en donde las casas no son ni modernas ni antiguas. Un lugar en donde puedes encontrar un bistrot del más alto nivel gastronómico y con un ambientazo con gente local que es lo que gusta cuando se viaja hasta el bar más normalito. Si quieres experimentar cómo hacen la comida española en Tel Aviv puedes ir a Vicky Cristina. Si lo que buscas son sabores más locales puedes ir a Dallal. En Neve Tzedek no te faltará un sitio en donde puedas comer rico y estar rodeado de un ambiente estupendo.
Jerusalén
Es simplemente emocionante. La llegada a la ciudad impacta al ver todas sus casas construidas de piedra caliza. Hay que aprender a decir ¡Shalom! al saludar y quedarte perplejo cuando sales del hotel pues a pocos pasos te encuentras con lo que tanto se ha deseado, descubrir la ciudad vieja de Jerusalén y atraviesas la puerta de Jaffa accediendo a ese mundo tan impresionante, a esa mezcla de creencias, ideologías, religiones y ritos. Impone caminar por sus calles. Descubrir lo que hemos escuchado desde niños es emocionante y sobrecogedor. El casco histórico cuenta todo lo que la humanidad ha vivido hasta nuestros días. Enclavado entre valles, están allí los más de cinco mil años de historia que se caen encima de nosotros. Es la ciudad santa para todos, para judíos, musulmanes y cristianos, todos estamos aquí. Lo primero con lo que te encuentras es con el barrio armenio y muy cerca el antiguo pretorio. Entra en la Catedral Armenia de Santiago, su historia es enorme.
Camina después hacia el barrio judío
Una vez que estás dentro de la zona judía en el casco antiguo de Jerusalén, puedes vivir momentos muy especiales, como la celebración de un Bar Mitzvah de algún chico o el festejo de una pareja de recién casados. Éste es su barrio y en él festejan los momentos más importantes de sus vidas.
Acercarse y vivir el rezo de los fieles en el Muro de las Lamentaciones es sentir muy de cerca el fervor y las tradiciones más profundas del pueblo judío.
Los hombres a la izquierda, las mujeres a la derecha. En lo que queda del antiguo templo de Herodes, todos rezan apoyados en las piedras ancestrales, algunos se balancean con la Torá en las manos. Los ruegos escritos en pequeños trozos de papel se introducen en los poquísimos espacios que quedan libres entre las piedras del muro. El Emperador Tito lo tuvo claro cuando prohibió su derribo para que nunca se olvidaran que Roma había vencido a Judea. Para el pueblo judío su permanencia es un símbolo de alianza.
Del muro se sabe que su significado se refiere a la costumbre del pueblo judío de lamentarse porque les destruyeron su lugar sagrado, su templo. Otros lo recuerdan como el muro de los pobres porque se cree que lo construyeron las personas más desamparadas. Una de las costumbres más bellas es introducir entre sus piedras un trozo de papel con un deseo. Las veces que lo he visitado he sido la portadora de deseos de mis queridos amigos y familiares. El momento de buscar un hueco entre miles y miles de papelitos es maravilloso y más sabiendo que estos deseos nunca se destruirán ya que cada determinado tiempo los recogen y los entierran en el Monte de los Olivos en Jerusalén. El acto de portar los papelitos coincide siempre con el Rosh Hashaná que es el Año Nuevo Judío y el Pesaj que conmemora la liberación del pueblo judío de Egipto. Se puede visitar la parte subterránea del muro. Una visita arqueológicamente interesante.
Barrio Musulmán de Jerusalén
No hay que caminar más de 3 minutos desde el Muro de las Lamentaciones para llegar al barrio árabe. Las esencias que intentan salir fuera de los toldos del pasillo infinito del mercadillo transporta a otro mundo. Es un contraste que deja perplejo, este barrio es intenso y popular. Los mercaderes exponen sus mercancías y hablan entre ellos, los puestos están repletos de todo tipo de objetos, se acercan a los turistas ofreciendo sus esencias, ropa, cuadros, zapatos, de todo. Es muy impactante comprobar cómo en tan pocos metros conviven a pesar de sus diferencias religiosas. Y de este ambiente nos vamos para dirigirnos a la Cúpula de la Roca que el Califa Abd al-Malik mandó construir para proteger la Piedra Fundacional. Es la roca que fue el lugar en donde Mahoma ascendió a los cielos.Es el tercer lugar más sagrado del mundo para el Islam.
Y directo a la Iglesia del Santo Sepulcro
Caóticamente imprescindible. Aquí en el montículo es en donde la historia cuenta que Cristo fue crucificado. Dentro de la iglesia se custodia la tumba de Jesús. Pero parece de chiste lo que se ve justo en la entrada. En una silla desvencijada, un hombre sentado sujeta en sus manos la llaves de la puerta de acceso de la iglesia más importante de la cristiandad. Desde tiempos inmemoriales, esta puerta la custodia una familia musulmana. Sólo depende de ellos que los cristianos y no cristianos del mundo entero puedan entrar. Ya dentro, el caos reina en el ambiente, una decoración recargada con cirios ortodoxos que contrasta con la típica austeridad franciscana y no faltan rincones con ambientación con influencia de Oriente. El templo ha sido reconstruido innumerables veces. Los visitantes se preguntan en medio del caos, cuál es el sitio en donde está la tumba de Cristo. Una vez localizado el punto exacto, se puede acceder pero es tan pequeño que se entra prácticamente de rodillas. Entrar la primera vez al edículo es emocionante pero bastante incomprensible, en las visitas posteriores con más tranquilidad puede uno apreciar todo lo que sucede alrededor de la tumba más importante de la cristiandad.
Yad Vashem
No puedo terminar este recorrido, sin mencionar Yad Vashem. El Museo de la Historia del Holocausto. Un recorrido en donde se narra lo sucedido. Mostrando las experiencias de víctimas individuales a través de sus objetos personales. La Sala de los Nombres muestra la colección de las Hojas de Testimonio, un monumento recordatorio a las millones de víctimas del Holocausto.
Me queda pendiente la parte gastronómica. Sólo deciros que se come delicioso en Israel. Las especialidades son tantas que procuraré mencionar las que más enamoran.
Los desayunos se empiezan de otra manera, se puede empezar con una ensalada con pepino, tomate, cilantro, limón y queso feta. A los que les guste el desayuno con huevos os encantará probarlos con la salsa típica de tomate picante. Soy fan del hummus y en Israel lo hacen muy rico y con el pan de pita es delicioso, para aperitivo o primer plato en la comida o la cena. Comer en un mercado es una experiencia única en Jerusalén recomiendo ir al Mahane Yehuda, hay diversos sitios para comer y en un ambiente muy particular. Azura es el rincón que yo conozco, es simple, es familiar y único. Es un lugar de mercado para probar platos que dejan la esencia de la vida cotidiana de Jerusalén.
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