Turismo

Diez consejos de un periodista de viajes para viajar más barato

Sigue estos pequeños consejos y conseguirás un viaje más barato y más original que cualquiera de los anteriores que hiciste

Diez consejos de un periodista de viajes para viajar más barato
Diez consejos de un periodista de viajes para viajar más baratoGemunu AmarasingheAP

De los mejores guías turísticos son taxistas

Si bien hay países donde los taxistas tienen prohibido hacer de guías turísticos, en muchos otros (especialmente en el sudeste asiático), ninguno tiene problema a la hora de enseñarnos los sitios menos conocidos y más interesantes a una misma vez. El procedimiento a seguir es sencillo. Cuando nos recoja el tuk tuk en el aeropuerto, lleguemos a un acuerdo con el conductor para que nos muestre la ciudad a lo largo de los días siguientes. El trato que nos dan suele ser amable y los recovecos que nos muestran, sorprendentes, también alejados del circuito turístico habitual. Y tiene su gusanillo eso de ir al fresco en el tuk tuk. Así nos garantizaremos un viaje más barato de lo que sería con un guía convencional, y también más original.

Busca un mercado para comer

Si buscas lugares donde almorzar con buena calidad precio, donde puedas probar platos tradicionales y elaborados con excelente materia prima, busca los mercados de la ciudad. Los dueños de los locales situados a su alrededor suelen comprar aquí sus productos, y, en estos casos, podría decirse que la comida pasa directamente del tendedero al plato. Sabor, buen precio y tradición se encuentran con facilidad cerca de los mercadillos tradicionales. En muchos sitios incluso los encontramos en puestecillos dentro del mismo mercado. Delicioso.

Compra el billete en tu destino

Los billetes de avión son más baratos si se compran en el territorio al que vamos a viajar. Esto quiere decir que si volamos desde Barcelona hasta Río de Janeiro, el billete saldría más barato si lo compramos en Río de Janeiro. Si tienes algún amigo que viva en el país al que te dispones a viajar, pídele el favor, hazle una transferencia bancaria por el precio del billete y listo. O ya le echas valor y te compras el billete de vuelta cuando estés en tu destino.

Aprende cuatro palabrejas

El viajero como criatura desvalida es un blanco fácil para los timadores. Aunque no vamos a aprender suajili como los bantúes para pasar diez días en Tanzania, ni catalán en caso de ir a Costa Brava, si memorizamos cuatro palabrejas y las utilizamos en el momento oportuno (hola, adiós, muchas gracias, un dicho gracioso de la zona; a boca tancada, no hi entren mosques) nos ganaremos la simpatía de nuestro interlocutor al mostrar respeto e interés por su lengua. Y si le caemos bien, será menos probable que nos time.

Pregunta sin parar

Hay personas que parecen tener alergia a preguntar. Pregunta, demonios. Pregunta sin parar. Pregunta cómo llegar a tal lugar, dónde comer, dónde dormir, dónde gozar. Pregunta por la calle misma, en cualquier lugar. Nadie más adecuado que los locales para que nos recomienden los mejores sitios posibles, precisamente aquellos que no aparecen en nuestra guía de viajes. Solo así conseguiremos escapar de los precios turísticos y vivir una experiencia realmente próxima al país que andamos visitando.

La gasolina se pone lejos

Si alquilas un coche, nunca, jamás, ni de broma, le eches gasolina dentro de las ciudades. Solo por si las moscas. En muchos países la gasolina es más barata en las carreteras alejadas de las ciudades, y todavía más si buscamos un surtidor en cualquier carreterita secundaria y alejada de la mano de Dios. Gasolina lejana, gasolina barata. Que no se te olvide.

Asegúrate que tienes un seguro de viajes

Todos nos creemos intocables hasta que nos manosean por todos lados. No importa que viajes a Escocia o a Uganda, a Camboya o a Canadá, hazte un seguro de viajes que a la larga puede salirte barato. Nunca sabes cuándo te va a sentar mal una gamba o vas a tener un accidente de cualquier clase. El seguro que sea completo, que te cubra en caso de accidente, enfermedad o incluso prisión. Puestos a equivocarnos y dedicar un puñado de meses en la cárcel, mejor hacerlo en España que en Vietnam. Y te lo dice uno con amigos que estuvieron presos en Vietnam.

¿Has comprobado tu tarjeta?

En prácticamente todos los países nos cobran comisiones al sacar dinero del cajero automático. Contacta con tu entidad bancaria antes de viajar y pregunta las condiciones que se exigen en según qué países, así sabrás en qué cajeros van a esquilmarte los bolsillos y en cuáles puedes extraer tu dinero tranquilo. Aunque nunca es mala idea llevar dinerito en efectivo: un poquito en el bolsillo, otro poco en los calcetines de la maleta, algo más en la mochila…

Hazte con una tarjeta SIM

Si bien en Europa esto no hace falta, en los países asiáticos, africanos o sudamericanos, merece la pena comprar una tarjeta SIM local para nuestro móvil. Son muy baratas y nos evitarán conectar los datos y gastarnos un dineral cuando llegue el momento de hacer una llamada de emergencia. Además, cada vez es más común encontrar lugares donde el wifi tiene un coste añadido y por lo general cuestan un ojo de la cara. Aguanta ese ojo bien sujeto en tu cara bonita y compra una tarjeta. Yo suelo hacerme con ellas (a ser posible) a través de algún vendedor ambulante que las vende incluso más baratas que las compañías telefónicas, y funcionan igual de bien.

No tengas miedo

El miedo es de lo más caro a la hora de viajar a ciertos destinos. Cuando tememos que nos hagan algún daño o nos roben en este país que dijeron en las noticias que era peli..., tendemos a coger taxis en lugar de transportes públicos, almorzamos en restaurantes turísticos que por definición son más caros, nos complicamos en definitiva. No tengas miedo. No le importas a los locales tanto como puedes pensar. Igual que a ti no te importan los extranjeros que vienen a España. No tengas miedo, desabróchate el cinturón, disfruta del viaje. Así podrás ahorrarte unos euros y exprimir todavía más tu aventura maravillosa.