Viajes
Estocolmo, la tentación del norte para este 2024
La capital sueca combina una espectacular naturaleza aderezada de arquitectura y patrimonio cultural
Estos primeros días del año invitan a pensar en nuevos propósitos, proyectos, sueños y, cómo no, en nuevos viajes. Sin duda, ahora es un magnífico momento para decidir qué próximos destinos se quieren conocer y, por qué no, ¡pedirle a los Reyes Magos que nos traigan esta noche el regalo de viajar a ellos! Por ello, hoy, tanto para los viajeros experimentados que quieren seguir recorriendo el mundo como para aquellos que inician este año con el propósito de viajar más, he aquí una tentadora propuesta entre islas, puentes, modernidad y naturaleza: Estocolmo.
Sobre catorce islas diseminadas por el lago Mälaren se enclava Estocolmo; su geografía es única. Por su rico patrimonio medieval, la fuerte identidad de sus barrios y su unión con el agua y los espacios verdes, entre otros muchos atractivos turísticos, se presenta como una opción ideal de viaje. Esta ciudad, una de las conocidas como la «Venecia del norte», es perfecta para una escapada de invierno, cuando los países escandinavos despliegan todo su encanto.
Gamla Stan, el casco histórico
La ruta por la bella capital sueca puede comenzarse en sus orígenes: Gamla Stan. El que es el casco antiguo, escondido entre barrios más modernos, fue fundado en 1255 y en él se encuentran algunos de los monumentos más destacados, entre los que sobresale el Palacio Real. En frente de él, asentado en la isla que separa Gamla Stan y la zona de Norrmalm, se halla el Parlamento.
Después de visitar estos dos monumentales edificios, es recomendable callejear por el casco antiguo no solo para ver sus manifestaciones artísticas —la réplica de la estatua de San Jorge y el Dragón en la plaza de Köpmantorget o la pequeña estatua de Järnpojken (el niño de hierro) son ejemplos de ello—, sino también para disfrutar de sus cafeterías y restaurantes.
Otras visitas muy interesantes son el Museo del Premio Nobel, el Museo Medieval de Estocolmo y el Wooden Horse Museum, en la plaza Stortorget; este último rinde homenaje al arte del caballo de Dalarna, símbolo de Suecia.
Muy cerca de Gamla Stan, está Riddarholmen, «el islote de los caballeros», cuyo principal reclamo es la iglesia de Riddarholmskyrkan. Con unos orígenes que se remontan a finales del siglo XIII, se trata del edificio medieval mejor conservado de toda la ciudad. En este mismo islote, se alza la Torre Redonda, Birger Jarl's Tower, una atalaya que ofrece una bonita panorámica del impresionante paisaje que rodea a la ciudad.
Tiendas, museos, gastronomía y un metro que es una inmensa galería de arte forman parte de la oferta turística
No se vaya de Gamla Stan sin ir a la calle Västerlånggatan, una zona de tiendas, comercios y puestos de comida de todo tipo. Pero si le apasiona el turismo de compras, cruce desde Gamla Stan el puente de Riksbron —uno de los 57 que se extienden por toda Estocolmo— hacia la zona de Norrmalm para luego dirigirse al barrio de Östermalm, donde se dan cita las tiendas más exclusivas de moda y diseño.
La gran cantidad de museos en Estocolmo atestigua que es una ciudad que respira cultura. El Museo Nacional es la primera parada en esta ruta cultural, ya que es la galería de arte más importante de Suecia. Sus salas exhiben obras destacadas de pintores de la talla de Rembrandt, Goya o Zurbarán, así como una amplia selección de esculturas clásicas y otros objetos de porcelana, tapices y fotografías, de hecho, las propias paredes del museo están decoradas con frescos.
Como paradas obligadas, también está el Museo Nórdico, que ofrece un fascinante recorrido por la cultura y las costumbres nórdicas; el Museo Vikingo; el ABBA The Museum para los fans del grupo sueco; y por supuesto el Museo Vasa, un barco de guerra del siglo XVII magníficamente conservado, verlo en persona es todo un espectáculo.
Antes de abandonar el centro de Estocolmo una visita esencial es su estación de metro. Está considerada la galería de arte más larga del mundo gracias a sus más de 110 kilómetros de túneles y estaciones cuidadosamente decorados por artistas locales. Destacan la T-Centralen, con sus azulejos blancos y azules; la Kungsträdgarden, un verdadero jardín subterráneo; y la de Rådhuset, cuyas paredes simulan una auténtica cueva vikinga.
El Versalles sueco
Para el broche de oro a una visita a Estocolmo nada como recorrer un palacio cuya belleza es comparable al majestuoso Versalles. Se trata del Palacio de Drottningholm. A poco más de 30 minutos del centro de Estocolmo, se puede llegar a través de un agradable paseo en barco por el lago Mälaren hasta llegar a la isla de Lovön, donde se encuentra el dominio real de Drottningholm.
Declarado Patrimonio de la Humanidad, este palacio construido en el siglo XVI es el mejor conservado de Suecia. Desde mediados del siglo XX sirve como residencia privada del monarca, sin embargo, sus preciosos jardines y buena parte de su interior están abiertos al público, habiéndose convertido ya en una visita imprescindible para todos aquellos que viajan a Estocolmo.
De su exterior impresiona el bello jardín barroco con avenidas de árboles y el jardín inglés, este último con estatuas de mármol que completan la estampa idílica de sus zonas verdes. En su interior, aunque ha experimentado diferentes restauraciones a lo largo de su historia, se respira barroco y rococó.
En esta excursión es también maravilloso visitar su teatro, que acoge en verano un festival de música clásica, y el mágico pabellón chino, un llamativo y pequeño palacio de estilo oriental del siglo XVIII.
No hay duda, Estocolmo es una opción perfecta para una escapada en estas fechas. Y es que, a sus bonitas calles, cultura y espectacular naturaleza, ¿quién puede resistirse?
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