Viajes
Jerez: embrujo ecuestre con alma enóloga
La ciudad gaditana engatusa al viajero con un sorbo perfecto que sabe a historia, tradición y gastronomía
«Jerez de la Frontera es una ciudad que debería estar en el Paraíso […] de tierra tan admirada, tendrían que nacer vinos tan mágicos como el Jerez». Estas son las palabras que Víctor Hugo utiliza en su obra Lucrecia Borgia para describir la urbe gaditana que gracias a su particular gracia y belleza atrapa a los viajeros.
Conocida internacionalmente por el flamenco, el motor y muy especialmente por su vino, el encanto de Jerez es fruto de un fascinante legado histórico, con vestigios andalusís y otros periodos históricos que hacen de ella una ciudad ecléctica, cautivadora y muy tentadora para una escapada, así que no lo dude y viaje hasta uno de los corazones que con tanta fuerza late en la Andalucía más auténtica.
Con antecedentes fenicios, romanos y musulmanes, el centro histórico de Jerez es una delicia para todos los amantes de la historia y los monumentos. La plaza de la Asunción, con la Iglesia de San Dionisio —uno de los mejores modelos del mudéjar jerezano—, es un ejemplo de ello, como también el popular barrio gitano de San Miguel y la Catedral de Jerez, conocida como San Salvador, una monumental iglesia barroca del siglo XVII. Uno de sus aspectos más destacados es la Torre Campanario; de origen mudéjar, la parte inferior del campanario es de construcción gótica, mientras que el estilo barroco es el que impera en la superior. Resulta muy recomendable subir a su punto más alto, ya que este ascenso regala unas vistas espectaculares de Jerez y del Alcázar, nuestra próxima parada.
Nos trasladamos ahora, tal y como hemos dicho, a uno de los monumentos más emblemáticos y antiguos de esta urbe gaditana: el Alcázar. Deslumbra por su belleza y por lo bien conservado que se encuentra. Su construcción se remonta a los siglos XII y XIII, y fue construido por los almohades, lo que señala la importancia defensiva de este territorio durante la dominación musulmana. Le recomendamos que se tome su tiempo para ver las diferentes partes, entre las que destacan la mezquita y sus bellos y coloridos jardines, con naranjos y fuentes de las que emanan un relajante sonido, así como el Palacio de Villavicencio, en cuyos salones se realizan actividades como exposiciones, conferencias o presentaciones de libros y otros eventos culturales. En este palacio también llama la atención la Cámara Oscura, situada en la parte superior de la torre, ofrece imágenes en vivo y en movimiento de la propia ciudad. También le invitamos a ver, con el fin de exprimir la esencia histórica jerezana, los Claustros de Santo Domingo, auténticas joyas de la arquitectura gótica, y, entre otros, el antiguo Ayuntamiento, declarado Bien de Interés Cultural.
Si pensamos en Jerez, inevitablemente se viene a la mente la cultura ecuestre, ya que es cuna de los famosos caballos cartujanos. Está integrada en la Red de Ciudades Europeas del Caballo, Euroequus, por lo que ofrece diferentes actividades que giran en torno a este apasionante mundo; en la Fundación Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre podrá visitar los Museos del Arte Ecuestre y del Enganche, las cuadras, el picadero cubierto, el jardín botánico y el Palacio Duque de Abrantes, y ver, en los días indicados en su web, espectáculos con caballos. Los centros ecuestres jerezanos, que se han convertido en referentes en toda Andalucía, también son visitas obligadas, especialmente si desea tener contacto más directo con estos nobles animales; los paseos con ellos permiten disfrutar del maravilloso entorno natural de la campiña jerezana desde otra perspectiva, es una maravillosa experiencia.
Paraíso del vino
Hablar de Jerez es hablar de exquisita gastronomía gracias a sus productos autóctonos y sus restaurantes, algunos de ellos con el tan preciado galardón de la estrella Michelin. No podemos olvidarnos que de aquí sale el exquisito Vinagre de Jerez, con Denominación de Origen, sin embargo, y sin que haya duda alguna, la joya de la corona de esta tierra andaluza en el ámbito gastronómico es su vino, reconocido como uno de los mejores del mundo. La historia y la cultura jerezana están ligadas inexorablemente a la del vino, por lo que los amantes del enoturismo deberían ver Jerez como una visita obligada. Las bodegas son, por ello, uno de los patrimonios más queridos por los jerezanos y uno de sus principales atractivos. Anímese a visitarlas, no solo probará exquisitos vinos, sino que también podrá disfrutar de experiencias vitivinícolas y otras, puesto que algunas realizan incluso espectáculos ecuestres o de flamenco, cuya música es una de las arterías que recorre las raíces más profundas de Jerez.
Por otro lado, y como no podía ser de otra manera, dispone de museos temáticos del vino: el Centro de Dinamización del Enoturismo del Marco de Jerez, la Galería del Jerez, la colección de grabados de Picasso de Bodegas Real Tesoro y la colección pictórica de Joaquín Rivero de Bodegas Tradición son las cuatro paradas imprescindibles. Antes o después de visitarlos, embriáguese de esta cultura del vino que envuelve a la ciudad visitando sus excelentes restaurantes y bares, en ellos, aparte de un catálogo de exquisitas tapas y platos, le aconsejarán un buen vino para acompañarlos.
Tras nuestra descripción de lo más emblemático de Jerez esperamos que se anime a visitar esta bella localidad andaluza, en ella le esperan experiencias únicas que solo puede ofrecer una urbe con tan singular carácter. Y por cierto, no puede irse sin visitar el Circuito de Jerez-Ángel Nieto, cuenta con un museo y varias actividades muy interesantes, este, junto con el flamenco, los caballos y el vino, conforman las arterias que explican la esencia del palpitante corazón jerezano.
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