Viajes

Marbella, más que una moda: un legado de lujo con sabor a mar

Hay un oasis de elegancia y patrimonio en el corazón de la ciudad que ha conquistado a la Guía Repsol

Vistas desde el interior de La Milla
Las vistas desde cualquiera de las mesas de La Milla resultan fantásticasLA MILLA

Autora de festivales de cine, referente en turismo internacional, destino de lujo, de descanso o de amantes del golf. Personalidades como Ava Gardner y Grace Kelly la visitaron en los cincuenta. La llaman destino de moda, pero, en realidad, trascendió las cadenas de lo pasajero. Marbella ha experimentado una transformación asombrosa a lo largo de su historia. Desde sus humildes orígenes como un pequeño pueblo pesquero en la época fenicia hasta convertirse en un enclave de lujo y glamour en la actualidad, siendo testigo de cambios profundos. Sus callejuelas empedradas y casas blancas encaladas trasladan historias de siglos pasados, y sus playas bañadas por el sol y una vida nocturna vibrante atraen a visitantes de todo el mundo en busca de la esencia mediterránea.

Cada vez son más quienes no necesitan cruzar el charco para elegir esta ciudad como su descanso en vacaciones o para una escapada en cualquier época del año. LA RAZÓN escucha los testimonios de dos empresarios (Adrián Gilbert, de Relais & Châteaux, y Luismi, chef de La Milla), quienes conocen la ciudad y han sabido sacarle su mejor provecho.

Adrián Gilbert, copropietario del hotel La Fonda, se declara un amante del sur del país y, tras haber recorrido mundo, reconoce que nada tiene que envidiarle al resto de lugares visitados. «España tiene tanto que la gente no sabe, por ejemplo, Cádiz es de mis sitios favoritos. Aquí el turismo extranjero sigue tres direcciones: Andalucía, Madrid y Barcelona», apela. Por ello, La Fonda Heritage, primer hotel de Relais & Châteaux de Andalucía, se asienta en pleno corazón de la ciudad, entre los sonidos de su gente yendo al mercado y las campanas que cuentan las horas del reloj. Ni en Puerto Banús, ni en Puente Romano. Tampoco pensando en los meses de calor: La Fonda es para todos los días del año y ofrece desde excursiones en barco, hasta rutas de senderismo y visitas a las vecinas de Córdoba o Ronda. «Nuestros clientes buscan calidad, el mejor servicio, en las reglas no existe el ‘no’ por respuesta y la máxima es hacerlos sentir en casa», explica Gilbert.

Este lujoso hotel boutique está compuesto por tres edificios históricos restaurados. Su transformación, que incluye una antigua iglesia y una escuela, combina la arquitectura del siglo XVI con las comodidades modernas. Nos cuentan que, durante su renovación, se descubrieron vestigios que datan de la época nazarí del siglo XIII, así como murales y frescos del siglo XVIII. Entre sus 20 habitaciones –todas ellas diferentes– destaca la Heritage Suite, que conserva la cúpula original de la iglesia y murales del siglo XVIII. Y, cómo no, a nivel gastronómico alcanza el sobresaliente en sus tres restaurantes gourmet, patios al aire libre y un sky bar. El ensalce al producto local, así como la apuesta por el kilómetro cero, forman parte de los principios del establecimiento. En La Fonda todo tiene un porqué, una historia y un encuentro con la paz en medio del caos.

Interior de La Fonda Heritage en Marbella
Interior de La Fonda Heritage en MarbellaLa Fonda

El auténtico sabor a mar

Y si alguien puede hablar con autoridad sobre la gastronomía marbellí es, sin duda, Luis Miguel, chef de La Milla. En pleno Puente Romano y en sintonía con el sonido de las olas se consolida este chiringuito que realza el producto en su punto exacto. Nueve años de arduo trabajo entre Luismi y César –propietarios–, un servicio excelso y una bodega de alto nivel han obligado a que la guía Repsol les ofreciese este año su estrella.

La cocina con las reglas de siempre, el producto fresco en los fuegos perfectos, pero atrevida en el uso de técnicas modernas. El principio es sencillo: «Elegimos el mar», manifiestan. Es un lujo probar sus espetos, frituras, brasas, y fríos, como el ajoblanco o cualquiera de sus crudos y ostras. También, los comensales han convertido su arroz «mar y montaña» en un fijo de la carta que no pasa desapercibido año tras año. Eso sí, sin olvidar que aquí la temporada manda y el respeto hacia la proximidad del litoral es un hecho; el I+D se nota.

Larga vida a La Milla, bocanada de sabores inolvidables, que anuncia una cosecha de éxitos futuros y, de paso, apuntamos a los jóvenes Bar Guerra y El Parque de la Milla para la próxima.