Asia

Azul.

Playa y piscina privada en un acantilado de Creta

Playa y piscina privada en un acantilado de Creta
Playa y piscina privada en un acantilado de Cretalarazon

En el hotel Blue Palace el lujo no es sólo cuestión de confort; también de vivir despacio, pues es miembro del club «slow travelling».

Pisar el suelo de Creta es, de alguna manera, ser testigo de su fascinante historia que comienza con la civilización minoica, una de las más antiguas del mundo, y sigue con la absorción de las muchas influencias que le siguieron a través de los dorios, romanos o bizantinos que dejaron su sello y su impronta. Ya Homero la citaba en la Odisea «Afuera, en el oscuro azul del mar, se encuentra una isla llamada Creta de tierra bella y fértil, lavada por las olas...».

Allí, en la región de Agios Nikolaos, al este de Creta, en la tranquila costa de Elounda, mirando al mar y a la isla de Spinalonga, el viajero se topa con el Hotel Blue Palace Luxury Collection Resort & Spa, reconocido con numerosos premios. El tamaño de este alojamiento es enorme, pero a pesar de ello está construido de tal forma que los bunga-lows, de diversos tipos y tamaños, se funden con el entorno, camuflándose entre la vegetación. Así, se logra que el huésped disfrute de intimidad y se sorprenda cuando a la hora del desayuno observe que el restaurante Olea está lleno. Vastos arcos en la entrada y en las zonas comunes hacen gala de la arquitectura cretense, con toques de decoración minimalista. Entre ellos se cuela el azul rabioso del mar mediterráneo como también lo hace un amanecer de tonos violetas y bermellones que de tan bello parece irreal.

Las habitaciones decoradas con buen gusto, acogedoras y cómodas tienen su terraza y su piscina de agua templada desde donde observar la magnífica postal de Spinalonga, la playa adornada con las sombrillas y tumbonas del hotel, y el pequeño puerto de Plaka, poblado de encantadoras tiendas de artesanía y restaurantes.

EL Blue Palace ofrece excursiones marítimas en su barcaza, rodeando la isla de Spinalonga y navegando hasta Elounda. Desde el barco se ven con claridad sus instalaciones, que cubren el monte ascendiendo hasta la cima donde se encuentra la suite de 400 metros cuadrados, perfecta para una familia o un grupo que puede gozar de las mejores vistas, salón comedor interior y exterior, terraza con barbacoa y piscina dominando el horizonte. Cogiendo el funicular monte abajo nos espera Elounda Spa and Thalosoterapia, que ofrece todo tipo de masajes a base de los productos isleños entre los que no falta el aceite de oliva, las aceitunas, las almendras y los productos excelentes de Valmont y Cinq Mondes. De vuelta a la habitación el huésped puede llamar a recepción para solicitar un carrito de golf o subir en el funicular, aunque merece la pena dar un estupendo paseo entre buganvillas y cactus.

Dirección: P.O. Box 38, Elounda, Creta, 72053, Grecia.

Instalaciones: habitaciones diseñadas en forma de bungalow, piscina exterior, cuatro restaurantes, uno de ellos de cocina griega, tres cafeterías, centro de talasoterapia y spa, zona infantil y salas de reuniones.

Más información: en el teléfono (+30) (2841) 065500.


Gastronomía para todos los gustos


En el restaurante Olea el chef comparte alguno de sus platos con los visitantes y les enseña a cocinar los vegetales rellenos de arroz y verduras, la ensalada de pepino con salsa griega de yogur, Tzatiziki y alguna que otra delicia más de la cocina cretense combinada con aceitunas, aceite de oliva, higos, frutos secos o frutas escarchadas. Platos que se degustarán en el restaurante Isola a la orilla del mar y de la piscina de agua salada. Para cenar el huésped puede elegir entre el Flame Steakhouse al que, situado a medio camino entre la playa y la cima del monte, se accede subiendo en el funicular. Goza de buenas vistas y gastronomía bajo una decoración mediterránea. En la taberna griega Blue Door se saborean los platos griegos y los pescados del día. Moussaka, lubina o dorada salen de la cocina servidos en una atractiva cerámica de la zona sobre manteles de cuadros en mesas al aire libre, algunas situadas sobre las rocas, al borde del mar. A quien le apetezca un toque exótico, lo encuentra en el restaurante asiático Asia Blue. Y para la penúltima copa, el bar Arsenali cuenta con unos apartados de decoración marroquí ideales para probar alguno de sus tentadores cócteles, como por ejemplo Tears of Chios, creación de Greg Selder, que combina vodka, hierbabuena y piña, combinación que, según cuentan, quita todas las penas.