
Viajes
República Dominicana: una escapada al paraíso
Santo Domingo y Punta Cana son dos lugares idílicos para sumergirse en el encanto de este destino de ensueño

Aunque hoy sea ya 16 de agosto es posible que usted o alguna de sus personas cercanas aún no hayan tenido ocasión de realizar su viaje vacacional y esté buscando inspiración para elegir destino. Seguramente desee un lugar de playas de ensueño y que sea factible de organizar todo en menos de una semana, ¿verdad? ¿Qué le parece República Dominicana? Este rincón del Caribe cuenta con algunos de los paisajes más bellos del mundo, además, allí ahora es temporada baja hasta octubre, algo que facilita encontrar bonitos alojamientos y cómodos vuelos a un precio más que razonable.
Aquí van algunas de las propuestas que este país, famoso por su belleza natural, ofrece al viajero, ¡es muy probable que le interese!
Dos son los lugares recomendados para sumergirse en el encanto de República Dominicana: su interesante capital, Santo Domingo, y Punta Cana, donde sus muchos kilómetros de costa son una invitación a relajarse bajo el sol caribeño y la suave brisa del mar Caribe. En ambos puntos, no solo se encuentran bellos parajes, sino también el recibimiento cálido y amable característico de su gente, lo que hace que el viaje sea de esos que dejan una agradable huella.
Iniciar el recorrido por la República Dominicana en Santo Domingo en adentrarse en la historia y la cultura del país. Fundada en 1496 por el hermano de Cristóbal Colón, Bartolomeo, es la ciudad más antigua de América, y su Zona Colonial, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, resulta un testimonio vivo de su rica historia. Pasear por sus calles empedradas es un esencial, aunque también se puede recorrer en el tren turístico colonial Chu Chu. La Catedral Primada de América, situada en el lado sur del Parque Colón, el Museo de las Casas Reales y el Panteón Nacional son algunos de los monumentos que imprimen su esencia en esta histórica zona.
En plena Zona Colonial, uno de los planes más apetecibles es detenerse en alguna de las tiendas, cafeterías o restaurantes de la calle El Conde. Y al norte de esta avenida, se encuentra uno de los atractivos imperdibles para los más golosos: el Chocomuseo. Situado en un edificio del siglo XVI, es una magnífica experiencia para aprender sobre la industria del cacao, a la vez que se degustan trozos y bebidas de chocolate.
Al caer la tarde, nada mejor que un paseo por el Malecón de Santo Domingo, donde la brisa del mar Caribe acaricia el rostro y el atardecer pinta el cielo con increíbles tonos anaranjados y rosados. El Malecón, en realidad la avenida George Washington, recorre prácticamente la mitad de la ciudad en paralelo a la costa y es conocida por sus hoteles de lujo, restaurantes y zonas de fiesta. ¡Un imperdible de la ciudad y el país!
Punta Cana, el paraíso dominicano por excelencia
Habiendo conocido ya Santo Domingo, una excursión a Punta Cana es algo casi obligado. Sinónimo de resorts de lujo, sus playas de arena blanca y aguas cristalinas crean un escenario idílico. Durante el final del verano, las cálidas temperaturas y las aguas tranquilas siguen invitando a sumergirse en el mar, practicar deportes acuáticos o simplemente relajarse bajo una palmera, dejando que el tiempo pase sin prisa.
Entre las joyas paradisíacas de Punta Cana, destaca playa Bávaro. Sus aguas turquesas son perfectas para nadar y hacer snorkel. Y para aquellos que buscan una conexión más profunda con la naturaleza, la Reserva Ecológica Ojos Indígenas es un oasis de serenidad. Sin duda, es uno de los rincones más auténticos de todo el país. En su interior pueden verse bosques, lagunas cristalinas y humedales. La belleza de este lugar, junto a la diversidad de la flora y la fauna, lo convierten en todo un espectáculo natural.
Otro tesoro de Punta Cana es Hoyo Azul, un cenote de aguas azul profundo en el Scape Park en el área de Cap Cana. Rodeado de formaciones rocosas y vegetación exuberante, este lugar mágico ofrece una experiencia única de natación en un entorno natural impresionante. Y para una excursión inolvidable, la isla Saona, parte del Parque Nacional Cotubanamá, ofrece playas vírgenes, aguas turquesas y una abundante vida marina. Todo ello reafirma que la naturaleza es uno de los principales y más extraordinarios reclamos de República Dominicana, ¡pero esto no acaba aquí!
Visita al Parque Nacional Los Haitises

Con la visita al Parque Nacional Los Haitises se descubre uno de los escenarios de las célebres películas de Jurassic Park y un maravilloso entorno tropical, por lo que si el viaje a República Dominicana dura más de una semana merece la pena, antes de desplazarse a Punta Cana, viajar desde Santo Domingo a este parque. Para sacarle todo el partido es recomendable contratar un tour.
Enmarcado en la Bahía de Samaná, Los Haitises se extiende a lo largo de 80 kilómetros de paisajes kársticos, mogotes cubiertos de densos bosques y manglares que crean una atmósfera encantadora, como también sus mil cuevas, muchas de ellas aún sin explorar. Algunas de estas misteriosas cuevas, como la de la Línea y la Arena, sí pueden visitarse y cuentan con petroglifos precolombinos en sus paredes.
Uno de los espacios más encantadores del Parque Nacional Los Haitises es el Cayo de los Pájaros, un refugio natural donde el cielo se llena de vida con la presencia de pelícanos, tijeretas, albatros y muchas otras especies de aves. Además, la región de Samaná es famosa por el avistamiento de ballenas jorobadas, especialmente durante la temporada de apareamiento, cuando estas majestuosas criaturas migran desde diversos mares del mundo al cálido abrazo del Caribe. Presenciar a estos gigantes del océano en su hábitat natural es una experiencia inolvidable.
Lo cierto es que no hay duda de que desde la riqueza cultural de Santo Domingo hasta las paradisíacas playas de Punta Cana, pasando por la belleza natural del Parque Nacional Los Haitises, República Dominicana se presenta como un destino perfecto para unas vacaciones de verano improvisadas.
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