Viajes
El viaje de 100 años del «Água das Pedras» por el interior de la tierra hasta el manantial
La marca de agua por excelencia de Portugal presume de ser una de las pocas del mundo con efervescencia natural. Su secreto se esconde en el parque «Pedras Salgadas» donde nace
A pesar de que lo llamamos el planeta azul por la cantidad de agua que contiene, solo un 2,5% del volumen líquido total en la Tierra es dulce y de este porcentaje un 70% se encuentra congelado en la Antártida y Groenlandia. Es decir, que al final, menos de un 1% del agua del planeta está disponible para consumo humano. Si, además, hablamos de agua mineral efervescente natural, el porcentaje desciende aún más: hasta un escaso 0,5%.
Un ejemplo de agua con gas natural es Água das Pedras, la marca portuguesa «sin gas añadido», como dice su etiqueta, tan popular en el país vecino que pedir un «agua das Pedras» es sinónimo de pedir agua con gas. Nuestros vecinos lusos la beben entre las comidas, a media mañana, como aperitivo y, además, protagoniza el «tardeo» como bebida aromatizada con naranja, limón y diferentes especias. Pero, ¿qué hace de este agua una bebida tan especial? Pues, que además de incluir gas de forma natural, algo muy poco habitual, su composición es rica en minerales como el magnesio, el sodio o el calcio.
Su secreto reside en su estancia de más de cien años de duración a una profundidad de entre 500 y mil metros antes de llegar al manantial.
La lluvia, que cae de forma generosa en esta región de Trás-os-Montes (a una hora de Oporto), se filtra hasta el interior de la roca granítica y durante 100 años va recorriendo el interior de la tierra mientras se enriquece de los minerales que la componen y de gas carbónico. Una efervescencia hecha de burbujas pequeñas y sutiles, lo que la diferencia de otras marcas.
Hace 150 años que se empezó a comercializar Agua das Pedras como bebida medicinal en este enclave natural de la zona norte de Portugal (un enclave de formación granítica que se extiende hasta el mar Cantábrico pasando por la provincia de Lugo, ya en España). Fue en 1871 cuando Henrique Ferreira Botelho –un estudiante de medicina– realizó unos análisis químicos de las aguas y descubrió sus propiedades medicinales. Ya en 1902 se empezó a embotellar el agua industrialmente para que toda la población pudiese acceder a ella.
Ahora Pedras Salgadas se ha transformado en el ecoparque «spa & nature park Pedras Salgadas», en el que se puede pernoctar a vista de pájaro, en alguna de las «tree houses» diseñadas por el arquitecto Luís Rebelo de Andrade. Las construcciones, hechas mayoritariamente en pizarra y madera, se integran perfectamente en el entorno de este parque situado a 580 metros de altura y apartado de cualquier contaminación. Para los que no sean amantes de las alturas, también están disponibles las «Eco Houses» del mismo arquitecto. La filosofía es la misma: aunar la comodidad de un residencial cuatro estrellas con el menor impacto ambiental (además de emplear materiales naturales, las casas son modulares y usan iluminación LED) y la integración respetuosa en la naturaleza.
Árboles singulares
Y es que el entorno resulta de un verde arrollador. Por la vereda principal se puede acceder a todas las instalaciones del spa y parque natural pasando por la piscina exterior, el bar, el casino, la capilla o el restaurante Casa de Chá, donde se pueden degustar algunos de los platos más populares de la gastronomía portuguesa, el parque infantil o las pistas de tenis. Además, se puede visitar alguno de los manantiales por los que brota el agua o visitar el Museo, en el que es posible admirar los viejos objetos que se utilizaban aquí a principios del siglo XX cuando el spa formaba parte del trayecto de vacaciones de la realeza y cuando el agua medicinal, entonces rica en hierro y flúor se bebía disuelta en leche o vino y se tenía que tomar en las dosis recomendadas. El museo, de siete salas interactivas y adaptadas al disfrute de personas de todas las edades, también cuenta con una colección de botellas y etiquetas históricas de la marca. Todo un viaje en el tiempo que bien merece un buen colofón: un tratamiento de agua termal en su balneario. La estructura ha sido renovada y en ella se puede disfrutar de diferentes tratamientos de estética y belleza y de aguas termales indicadas para problemas respiratorios, digestivos o musculares. Además cuenta con piscina interior, sauna y baño turco.
El parque de Pedras Salgadas dispone de 20 hectáreas, con ocho kilómetros de senderos, que se pueden recorrer en bicicleta o caminando libremente. Al perderse entre sus vericuetos oyendo el sonido del viento, el canto de las aves o admirando algunos de los ejemplares arbóreos más espectaculares de este enclave (como las secuoyas gigantes) se entiende perfectamente que este rincón portugués se haya convertido en lugar de moda entre los influencers del país luso.
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