Credibilidad absoluta por Julián Redondo

Un empate con Italia y la leyenda de «La Roja», «La Colorada» de Ussía, se difumina. Un empate que no fue derrota porque Casillas demostró su categoría; ni victoria por la falta de precisión en el pase –un centenar fallados– y de acierto en el remate, en general, no sólo de Torres. Un empate porque durante demasiado tiempo los italianos mejoraron su fútbol habitual a costa, quizá, de la superposición de Cesc y Silva en los terrenos del 9 o de la ausencia de un delantero centro próximo a De Rossi, Bonucci y Chiellini para incordiar a Buffon y tocarles los dídimos a ellos. En cualquier caso, un empate, un punto frente a un adversario cuyo sello indisoluble es la competitividad. El empate es uno de los tres que la Selección ha firmado con Vicente del Bosque. Con Del Bosque, la Selección ha disputado 53 partidos, ha ganado 44 y sólo ha perdido media docena: uno, en la Copa Confederaciones contra Estados Unidos, lo que le privó de llegar a la final; y cinco intrascedentes, contra Suiza, en el Mundial que la catapultó definitivamente al interespacio, y cuatro amistosos contra combinados a los que en esta época ya había derrotado: Argentina, Portugal e Inglaterra. Sólo Italia mantiene su estatus de selección invicta contra España desde 1920. Conclusión, no hay drama que valga; aunque sí debate, pero que sea sano y constructivo. Del Bosque se ha ganado en cuatro años el beneficio de la duda, qué menos; también esta Selección. En principio, el pasaporte hacia la tragedia sólo pueden expedirlo Irlanda y Croacia. Después, si les parece, hablamos o discutimos.