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Omayra Sánchez, la agonía televisada de una niña que se convirtió en leyenda

La colombiana, de 13 años, quedó atrapada tras la erupción del volcán Nevado del Ruiz y mantuvo en vilo a millones de espectadores durante tres días

Esta foto de Omayra Sánchez ganó el premio World Press Photo en 1986 “al reflejar su propio sentimiento de impotencia”
Esta foto de Omayra Sánchez ganó el premio World Press Photo en 1986 “al reflejar su propio sentimiento de impotencia”larazon

La desgarradora imagen de una niña atrapada por los escombros transportados por el lodo de la erupción del volcán Nevado del Ruiz marcó la forma de ver las consecuencias de una catástrofe natural de toda una generación. Durante tres días, Omayra Sánchez, de 13 años, luchó por sobrevivir ante las cámaras de televisión que mantenían en vilo a millones de personas. Estaba atrapada en la localidad de Armero, el pueblo que fue arrasado por un alud de lava y barro el 13 de noviembre de 1985. En una especie de pozo, estaba Omayra sujetándose a un tronco de madera que la mantenía a flote. Un bloque de cemento de la casa bloqueaba sus piernas a la altura de la rodilla y hacía imposible la labor de los rescatistas por socorrerla. A su alrededor, todo tipo de escombros y mucho café. Sus familiares estaban muertos, sepultados debajo de ella, pero la niña no lo sabía.

En medio del caos, un helicóptero buscaba a supervivientes. Omayra llamó su atención golpeando una plancha de metal con un palo y la encontraron. Su sonrisa al ver al helicóptero, su voz y mirada dulce, pero sobre todo su entereza enamoraron a los espectadores. Una cámara de televisión se acercó a ella y grabó sus desgarradoras palabras de esperanza: “Mamá, si me escuchas, yo creo que sí, reza para que yo pueda caminar y esta gente me ayude”. “Yo vivo porque tengo que vivir”, “Tengo miedo de que el agua suba y me ahogue, porque yo no sé nadar”, decía demostrando la energía y el coraje de alguien que se aferra a la vida y se resiste a su destino. La cámara no se volvió a seperar de ella y recogía sus canciones, sus conversaciones para tratar de mantenerse viva, su solidaridad, su dulzura, su entrega...

Pero la realidad es que su rescate resultaba prácticamente imposible. Los equipos de emergencias necesitaban una motobomba para extraer el agua y tratar de desbloquear sus piernas, pero la más cercana estaba en Medellín y no había tiempo suficiente para trasladarla. El nivel del agua iba aumentando poco a poco y la opción de amputarle las piernas fue valorada y descartada. Ni tenían los medios quirúrgicos necesarios y era prácticamente imposible que la niña sobreviviera a una intervención de tan complicada. A pesar de ello, los rescatistas seguían a su lado y le prometían que la sacarían de allí. La acompañaban de día y de noche y se produjo entre ellos un vínculo que sólo la muerte rompería. La niña pedía que rescataran a los demás y que luego fueran a por ella. Fue valiente, soportó el dolor que le produjeron los intentos de sacarla. Poleas, cuerdas... nada funcionó. Poco a poco el agua se acercaba a su boca y sus ojos comenzaron a entristecerse. Pero tuvo el valor y la entereza de despedirse de su madre, del mundo. “Adiós mamá”, dijo antes de cerrar definitivamente los ojos y tirar abajo las esperanzas de millones de personas que confiaban en que un milagro la salvara.

El fotógrafo Frank Fournier le tomó la foto que dio la vuelta al mundo el sábado 16 de noviembre de 1985, pocas horas antes de que un ataque al corazón se la llevara para siembre. Omayra se convirtió en un símbolo en Colombia y en el mundo. 35 años después de su marcha son muchas las personas que se acercan a su localidad natal para pedirle un milagro. cientos de placas de agradecimiento rodean el lugar su muerte y mantienen viva a la niña que luchó hasta su último suspiro.

La erupción del volcán Nevado del Ruiz acabó con la vida de 25.000 personas. La catástrofe se podría haber evitado si las autoridades hubieran hecho caso a los llamamientos de los vulcanólogos que les alertaron de lo que podría pasar. El Nevado del Ruiz entró en erupción el 14 de noviembre y descongeló gran parte de la nieve acumulada en sus laderas. Esto provocó el aumento del caudal de los ríos que descendieron a gran velocidad hacia la llanura,. acompañados del lodo, piedras y lava que destruyeron completamente la localidad de Armero.