Coronavirus
El coronavirus resiste varios días en el aire de salas concurridas y aseos
Un estudio publicado por la revista científica “Nature” encuentra alta concentración de partículas en dependencias de dos hospitales de Wuhan, epicentro de la pandemia
La revista científica “Nature” publica esta semana el adelanto de un estudio comandado por Ke Lan, de la Universidad de Wuhan, realizado en dos hospitales de esta ciudad china, foco de la pandemia de coronavirus. La principal conclusión del trabajo es que fragmentos del material genético del Covid-19 permanecían flotando en el aire de los baños del hospital, en el interior de las salas más concurridas y en las habitaciones donde médicos y resto de sanitarios se cambiaban los equipos de protección.
La conclusión del informe supone otro serio cuestionamiento de la teoría de la Organización Mundial de la Salud, que ha insistido en que, salvo excepciones, el virus no se transmite por vía aérea. El estudio de “Nature” ofrece la novedad respecto a otros que han ido en esta línea en las últimas semanas, de que se ha realizado fuera de laboratorio, lo que añade un plus de “realidad” a sus conclusiones.
Los investigadores chinos se plantearon estudiar los aerosoles de los centros hospitalarios en el pico de la pandemia, en los meses de febrero y marzo. Los aerosoles son las partículas diminutas que pueden permancer suspendidas en el aire durante horas y que generan los humanos al hablar, toser o respirar. Las más grandes caen al suelo y otras superficies antes de evaporarse.
El peligro de la suciedad y la mala ventilación
Para ello pusieron detectores en las distintas dependencias, descubriendo que su presencia era muy superior en los aseos y en las salas más concurridas, sobre todo en una sin apenas ventilación. También en las habitaciones donde el personal médico se quitaba el equipo de protección, lo que indicaría que las partículas del virus se desprendían de las máscaras y batas que se desechaba para quedarse suspendidas en el aire.
El estudio se centró por tanto en investigar “la naturaleza aerodinámica del SARS-CoV-2 midiendo el ARN viral en los aerosoles de diferentes áreas de dos hospitales de Wuhan durante el brote de COVID-19”.
Y la conclusión, textualmente, es que “la concentración detectada en las salas de aislamiento y las habitaciones ventiladas para pacientes eran muy bajas, pero elevadas en las áreas de aseo. Los niveles de ARN del SARS-CoV-2 en el aire en la mayoría de las áreas públicas eran indetectables, excepto en dos áreas dadas a la aglomeración, posiblemente debido a portadores infectados entre la multitud. Descubrimos que algunas áreas del personal médico inicialmente tenían altas concentraciones de ARN viral... pero se redujeron a niveles indetectables después de la implementación de rigurosos procedimientos de desinfección”.
La “posibilidad” de la transmisión
El estudio se centraba en la movilidad y resistencia del virus, pero dados sus resultados, los científicos se aventuran, con la prudencia que les caracteriza, a decir que, “aunque no hemos establecido la infectividad del virus detectado en estas áreas hospitalarias, proponemos que el SARS-CoV-2 pueda transmitirse a través de aerosoles. Nuestros resultados indican que la ventilación de la habitación, los espacios abiertos, la desinfección de la ropa de protección y el uso y la desinfección adecuados de las áreas de baño pueden limitar efectivamente su concentración en aerosoles. Un trabajo futuro debería explorar la infectividad del virus en aerosol”.
Los autores insisten en la importancia de la desinfección, de evitar las aglomeraciones de gente, de la ventilación y de las mascarillas, dada la resistencia del coronavirus en suspensión. Algo que ya advertía hace unas semanas otro estudio de científicos de los Institutos Nacionales de Salud y los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EE UU, la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) y la Universidad de Princeton publicado en “The New England Journal of Medicine”.
Estos ya demostraron que el coronavirus es detectable en aerosoles durante al menos tres horas después de haber sido expulsado en aerosoles por algún infectado, hasta 24 horas en cartón y hasta tres días en plástico o acero inoxidable.
También la Universidad de Aalto en Finlandia presentó un modelo en 3D para exponer la misma teoría, asegurando que los aerosoles "podrían terminar en las vías respiratorios de personas cercanas”, por lo que recomendaban “evitar espacios interiores concurridos” durante la pandemia.
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