Ejercicio

El ejercicio intenso mejora la memoria

Tan solo con una sesión de 15 minutos pedaleando se consiguen mejoras en el rendimiento de nuestro cerebro y en la adquisición de nuevas habilidades motrices, según una investigación de neurocientíficos de la Universidad de Ginebra (Suiza)

Tercer día de salida de los niños durante el confinamiento
Tercer día de salida de los niños durante el confinamientoEnric FontcubertaAgencia EFE

La ciencia lleva décadas mostrando los beneficios de la practica de ejercicio en el funcionamiento de nuestro organismo, tanto a nivel físico como mental. El ser humano está diseñado para moverse, para desgastar energía, pero, en la actualidad, muchas veces hay que imponerse ese esfuerzo, ya que no está implícito en las actividades cotidianas. En concreto, el beneficio de conseguir o mantener un buen estado de salud y una condición física adecuada supone ser capaz de realizar las actividades cotidianas eficazmente con unos niveles óptimos de fuerza, resistencia, flexibilidad y condición cardiorrespiratoria. Así, contribuimos a disminuir el riesgo de padecer patologías como la hipertensión, la enfermedad cardiovascular, el accidente cerebrovascular, la diabetes o el cáncer.

Una nueva investigación realizada por neurocientíficos de la Universidad de Ginebra (Suiza) ha demostrado que, además, la práctica de actividad física intensa mejora la memoria, incluida la adquisición de nuevas habilidades motrices.

En solo 15 minutos

Para probar el efecto del deporte en el aprendizaje motor, los científicos pidieron a un grupo de 15 hombres jóvenes y sanos, que no eran atletas, que se sometieran a una prueba de memoria en tres condiciones de ejercicio físico: después de 30 minutos de ciclismo moderado, después de 15 minutos de ciclismo intenso (definido como el 80 por ciento de su frecuencia cardíaca máxima), o después de un período de descanso. “El ejercicio era el siguiente: una pantalla mostraba cuatro puntos colocados uno al lado del otro. Cada vez que uno de los puntos se convertía brevemente en una estrella, el participante debía pulsar el botón correspondiente lo más rápido posible. Seguía una secuencia predefinida y repetida para evaluar con precisión cómo se aprendían los movimientos. Esto es muy similar a lo que hacemos cuando, por ejemplo, aprendemos a escribir en un teclado lo más rápido posible. Después de una sesión deportiva intensiva, el rendimiento fue mucho mejor”, detalla Blanca Marín Bosch, una de las autoras del trabajo.

Endocanabinoides, la causa de la euforia post-ejercicio

Según sus hallazgos, la clave está en la acción de los endocanabinoides, moléculas producidas por el cuerpo durante el esfuerzo físico y conocidas, entre otras cosas, por conferirnos esa sensación de bienestar físico y psicológico que se manifiesta a posteriori. “Circulan en la sangre y cruzan fácilmente la barrera hematoencefálica. Luego se unen para especializar los receptores celulares y desencadenan esta sensación de euforia. Además, estas mismas moléculas se unen a los receptores del hipocampo, la principal estructura cerebral para el procesamiento de la memoria”, explica otra de las investigadoras, Kinga Igloi.

Los científicos observaron también cambios en la activación de las estructuras cerebrales con la resonancia magnética funcional y realizaron análisis de sangre para medir los niveles de endocannabinoides. Los diferentes análisis coinciden: cuanto más rápidos son los individuos, más activan su hipocampo (el área cerebral de la memoria) y el núcleo caudado (una estructura cerebral implicada en los procesos motores). Además, sus niveles de endocannabinoides siguen la misma curva: cuanto más alto es el nivel después de un esfuerzo físico intenso, más se activa el cerebro y mejor su rendimiento “Estas moléculas están implicadas en la plasticidad sináptica, es decir, en la forma en que las neuronas están conectadas entre sí, y por lo tanto pueden actuar sobre la potenciación a largo plazo, el mecanismo para la consolidación óptima de la memoria”, reflexiona Marín Bosch.

Al proporcionar datos neurocientíficos precisos, este tipo de estudios permiten prever nuevas estrategias para mejorar o preservar la memoria. “La actividad deportiva puede ser una intervención fácil de aplicar, mínimamente invasiva y poco costosa. Por ejemplo, ¿sería útil programar una actividad deportiva al final de una mañana escolar para consolidar la memoria y mejorar el aprendizaje?”, se pregunta.