PP y PSOE empatarían en unas elecciones andaluzas, aunque ganarían los populares y la derecha podría mantener el Gobierno

La pandemia no le pasa factura al Gobierno andaluz, o al menos no a todo el Ejecutivo. Su gestión en el último año, marcada sin duda en buena medida por la Covid-19, es buena para el 32,8%, de los 3.600 encuestados en el último Barómetro de Opinión Pública de Andalucía de la Fundación Centra de la Junta, y muy buena para el 7,6%; mientras el 26,7% la considera mala y muy mala el 9,6%.

Si se pregunta en concreto por el hacer del presidente de la Junta, Juanma Moreno, entonces el 34,4% de los sondeados entiende que es bueno, muy bueno el 7,7, el 27,3% que es malo y muy malo el 7,5. Su partido, el PP, mejora la intención de voto, con un salto de diez décimas por encima del 20,8% de los que obtuvo en las elecciones autonómicas de diciembre de 2018, hasta colocarse justo en el 30,8, con lo que lograrían entre 36 y 37 escaños en el Parlamento regional, de celebrarse ahora nuevos comicios, y se convertiría en la fuerza con mayor respaldo electoral.

Sin embargo, la otra pata del Ejecutivo andaluz, Ciudadanos,que comanda Juan Marín, cae desde el 18,3% de los sufragios que arañó en 2018 hasta el 11,2%, es decir, un 7,1%, y pasaría de 21 diputados a 12-13, a la luz de lo reflejado en el Barómetro Andaluz, el primero desde el final del Estado de alarma.

Respecto a la oposición, el PSOE-A capitaneado por Susana Díaz crece desde un 27,9% a un 30,4%, de forma que pasaría de los 33 escaños a los 35-37, lo que significa casi un empate con el PP, pero no alcanzaría el 30,8% de este último.

Los aliados externos del equipo de gobierno autonómico, Vox, se mantendrían prácticamente igual, con un leve descenso. Del 11% logrado a finales de 2018, bajarían hasta el 10,1, para colocarse entre los 11 y los 12 parlamentarios que tiene en la actualidad.

El Barómetro recoge la posibilidad de que Podemos se presentara a las elecciones con marca propia, al margen de Adelante Andalucía, y le otorga un 9,4% de los votos, que se traduciría en entre 9 y 11 diputados regionales. Sin embargo, Adelante se desplomaría un 12,2%, del 16,2% al 4%, lo que supondría quedarse con 2 o 3 escaños, de los 17 que consiguieron en 2018, lo que impediría que formara grupo propio.

Con todo, los resultados que arroja este trabajo, basados en encuestas realizadas entre el 18 de junio y el 1 de julio de 2020, permitirían reeditar el gobierno de coalición de PP y Cs con el apoyo parlamentario de Vox, ya que la mayoría absoluta se sitúa en los 55 asientos de una Cámara autonómica con 109.

Es el socialista el partido que sigue despertando “más simpatía” o al que los andaluces se consideran “más cercanos”, con un 26,2, seguido del PP, con un 21 y lejos del 7,5 de Cs, del 7,8 de Vox o del 2,3 de Adelante Andalucía. Pero a la hora de elegir la formación que daría mejor respuesta a los problemas de la comunidad, ganan los populares con un 19,4, a continuación el PSOE, con un 16,9; detrás Vox, con un 6; Podemos, con un 5,1; y Cs, con 3,1. Es significativo que el 33,5% afirma que ninguno.

En cuanto a la valoración de los principales líderes políticos de la comunidad, Moreno es el único que aprueba con un 5,50, el vicepresidente de la Junta, Juan Marín, se queda a las puertas con un 4,79; la tercera dirigente mejor percibida de la región es la coordinadora de Adelante Andalucía, Teresa Rodríguez, con un 4,12, pese a los datos estimativos ligados a esa formación. A ésta le sigue la socialista Susana Díaz, con un 4,10; y en último lugar se sitúa el juez Francisco Serrano, quien era el máximo responsable de Vox cuando se realizó el trabajo de campo, pero ahora forma parte del Grupo Parlamentario de no Adscritos, tras dejar la formación por una causa judicial. A él atribuyen un 3,92 sobre 10.

Si bien, Díaz supera a Moreno aún en grado de conocimiento, con un porcentaje del 92,8, frente a un 88,9. Marín tiene un 64,5, Rodríguez un 61,5 y Serrano un 38,3%.