Turismo
De almacenar grano a ofrecer baños relajantes
En la conversión de silo a centro termal se llegó a respetar incluso la maquinaria original y los visitantes pueden ver desde la báscula en la que se pesaba el trigo, y que sigue funcionando, hasta un teléfono que conecta varias salas
En la localidad cordobesa de Alcaracejos, en plena comarca de Los Pedroches, al norte de Córdoba, se encuentra un centro termal único en España, un antiguo silo de los años 60 del pasado siglo que ha pasado de almacenar el grano a ofrecer baños y terapias relajantes a sus visitantes.
El edificio, uno de los más grandes de Andalucía de su tipología, formó parte de la red nacional de silos y graneros desde su construcción hasta 1996, si bien fue en 2010 cuando la Junta de Andalucía lo cedió al Ayuntamiento de Alcaracejos, que lo pudo inaugurar como centro termal en 2015.
Según explica a Efe Ana Rodríguez, guía turística municipal y empleada del centro termal, se trata de unas instalaciones “únicas” en toda España debido a la originalidad de encontrarse en un edificio en el que se han respetado sus elementos primitivos más esenciales.
En la conversión de silo a centro termal se llegó a respetar incluso la maquinaria original y los visitantes pueden ver desde la báscula en la que se pesaba el trigo, y que sigue funcionando, hasta un teléfono que conecta varias salas.
El molino antiguo se transformó en vestuarios y los baños árabes se construyeron sobre el antiguo almacén, mientras que los elevadores de grano también se han preservado y están insertados en el nuevo espacio.
Las “antiguas celdas” donde se almacenaba el grano ahora “son piscinas o habitaciones para masajes y tratamientos”, mientras que las “tolvas por donde caía” el cereal sirven “para dar calor al centro”. “Se ha intentado no tocar nada de la estructura, lo mínimo posible”, resalta Rodríguez.
Y eso hace que el visitante que llega al centro “se sorprenda de lo que hay en el interior” ya que “para nada esperan este tipo de instalaciones”.
Un perfil de visitante “de todo tipo”, desde “niños recién nacidos, hasta jóvenes, embarazadas y mayores” que llegan desde todos los puntos de España. “Aunque lo normal es que vengan desde las localidades cercanas y, dada la cercanía, desde Extremadura o Ciudad Real”, y por los baños han pasado turistas de “Madrid, Barcelona o Galicia”.
El centro termal se encuentra en la primera planta del edificio y aprovecha al máximo las enormes dimensiones de la construcción original, con más de 3.400 metros cuadrados, cuyo aprovechamiento permite contar con amplias y numerosas salas y espacios comunes destinados a diferentes usos.
De hecho, el centro plantea “dos circuitos diferentes”, uno de “constaste de temperatura” que sería de estilo “árabe”, y un segundo de “movimiento” en el que se puede disfrutar de “tratamientos faciales y corporales” con “duchas y bañeras” de relajación.
Concretamente, entre los tratamientos disponibles figuran baños árabes con contrastes de temperatura, ducha biotérmica con distintas presiones y temperaturas de agua, baño turco con cromoterapia incorporada, maniluvios basados en baños para manos y brazos, o pediluvios para piernas y pies, entre otros.
Aunque el grado de “satisfacción” entre los visitantes es “máximo”, la pandemia “ha afectado bastante” ya que los protocolos higiénicos-sanitarios que se exigen para este tipo de instalaciones implican que se hayan “reducido” aforos y “las citas”.
Pero mientras pasa la pandemia, el “enclave” privilegiado en el que se encuentra el centro permite “disfrutar de una buena gastronomía, el contacto con la naturaleza y la hermosura de la comarca”, resalta Rodríguez, quien afirma que Alcaracejos es un destino “idóneo” para el amante del “turismo rural”.
Y el último reclamo de este centro es su aspiración de convertirse oficialmente en balneario gracias a las propiedades terapéuticas que tiene el agua mineromedicinal que utiliza procedente del pozo de los Tres Palos y que sumaría un atractivo más para esta localidad, una de las joyas del norte de la provincia cordobesa.
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