Tribunales

La Fiscalía pide seis años de cárcel al ex director de la agencia andaluza que se gastó más de 32.500 euros en prostíbulos

El Ministerio Público denuncia que “con desprecio a los más elementales deberes de su cargo satisfacía sus lúbricos deseos en locales de alterne de la geografía andaluza” llegando a “organizar orgías con terceros”

El ex director de la Fundación Andaluza Fondo de Formación y Empleo (Faffe) Fernando Villén. EFE/Julio Muñoz
El ex director de la Fundación Andaluza Fondo de Formación y Empleo (Faffe) Fernando Villén. EFE/Julio MuñozJulio MuñozAgencia EFE

“Con desprecio a los más elementales deberes de su cargo satisfacía sus lúbricos deseos en locales de alterne y prostíbulos de la geografía andaluza”, llegando incluso a “organizar orgías con terceros no identificados”. En estos términos reprocha la Fiscalía Anticorrupción la conducta presuntamente delictiva del ex director de la Faffe -la extinta fundación bajo comisión de investigación también en el Parlamento andaluz como presunto nido de enchufismo socialista-, Fernando Villén, para quien solicita una pena de seis años de prisión, inhabilitación especial de derecho de sufragio durante la condena, multa de 24 meses a razón de diez euros diarios y seis años de inhabilitación de para el ejercicio del cargo o empleo público, según el escrito de conclusiones al que accedió LA RAZÓN. Para Ana Valls Roc, ex directora económico-financiera de la Faffe, la Fiscalía pide la pena de cuatro años de prisión, multa de veinte meses a razón de 10 euros diarios y cuatro años de inhabilitación especial para el ejercicio de cargo o empleo público. Como responsabilidad civil, “los acusados indemnizarán conjunta y solidariamente a la Junta de Andalucía en la cantidad de 32.566 euros por las cantidades distraídas”, más los intereses.

La Fiscalía considera que se dan los delitos de malversación continuada y falsedad en documento oficial continuado cometido por un funcionario público, en el caso de Fernando Villén. De Ana Valls, se considera que es “cooperadora necesaria”.

Las conclusiones provisionales recogen que el objeto de la Faffe era “el fomento y promoción de los sectores productivos de la Comunidad Autónoma de Andalucía, con especial incidencia en los sectores industriales locales, en el ámbito de la formación, fomento del empleo y asistencia técnica” y que su financiación era “casi en exclusiva pública, percibiendo cuantiosas subvenciones fundamentalmente del Servicio Andaluz de Empleo”.

La Fiscalía detalla que el entonces director general Fernando Villén tenía asignadas tres tarjetas de la entidad y apunta que “el acusado, abusando de la disponibilidad que le ofrecían las tarjetas realizó gastos” en distintos establecimientos, citando: “Establecimiento donde se practica la prostitución 32.566€ euros; El Corte Inglés, 113,90 euros; discotecas, 136,10 euros; estación de servicio, 216,39 euros; hotel, 1.805,39 euros; de nuevo hotel 715,28 euros; peajes, 11.200,24 euros; restaurantes, 21.005,76 euros; taller de vehículos, 173,79 euros; y “otros sin datos”, 4.321,38 euros”.

Sobre los gastos en casas de alterne, la Fiscalía subraya que “Fernando Villén Rueda, con desprecio a los más elementales deberes de su cargo y en detrimento de los fondos que su posición le obligaba a disponer y administrar, satisfacía sus lúbricos deseos en locales de alterne y prostíbulos de la geografía andaluza. En ocasiones llegaba a organizar orgías con terceros no identificados que llegaron a alcanzar una cuantía considerable como se dirá”.

Así, “En total, el acusado gasto mediante el uso de las tarjetas bancarias de la Faffe un total de TREINTA Y DOS MIL QUINIENTOS SESENTA Y SEIS (32.566) euros en locales de prostitución, con tres de las seis tarjetas que utilizaba”.

El Ministerio Público detalla gastos en el Don Angelo de Sevilla, con cargos de 25.277 euros y cita el uso de las tarjetas los días 20 de octubre de 2004 -1.948 euros-; el 22 de diciembre de 2004 -830 euros, en dos cargos de 270 y 560 euros-; el 26 de marzo, 2.000 euros -1.500 y 500 euros-; el 3 y 4 de junio de 2008, 3.106 euros, en diversos cargos; el 10 de julio de 2008, 2.656 euros en dos pagos; y el 22 y 23 de marzo de 2010, 14.737 euros en siete y nueve pagos.

También se especifica el uso de la tarjeta en Top Show Girls, con un gasto total de 2.591 euros “para pagar sus vicios” los días 17, 28 y 24 de mayo de 2005, en diversos pagos.

Otro local frecuentado presuntamente por Villén fue La Casita, con un gasto de 780 euros en un cargo el 18 de noviembre de 2005.

Villén también habría acudido al Pub La Movida, ahora Sala Delux y antes American Show, con un gasto total de 1.390 euros los días 7 y 9 de abril de 2006.

En el Restaurante Bahía 2 de Chiclana, “los pagos efectuados en este local con las tarjetas de representación utilizadas por Fernando Villén alcanzan la cuantía de 2.591 euros”. Villén usó las tarjetas el 11 y 12 de abril de 2008 (1.319 euros). El día 11 tiene cinco cargos: 43, 288, 554, 620 y 176 euros y el 12, 250 euros.

De Ana Valls se señala que era “la encargada del control de saldos de tesorería, la cumplimentación de documentos de pago, la gestión con banco y el control y conciliación de la Caja Central”.

En caja, dice la Fiscalía, había 300 euros para gastos menores. Después, había que presentar tíckets o se hacían anticipos. “Los acusados, uno como Director general y otra como Directora Económica Financiera debían firmar cada documento de gasto pagado por detrás. Los anticipos de caja se ponían hasta el importe máximo con la periodicidad necesaria que marcaba las necesidades de Tesorería”, dicen las conclusiones.

Por su parte, la caja central tenía 1.200 o 1.500 euros. Dice que Fiscalía que “los acusados aprovecharon este sistema de caja para simular que Fernando Villén reintegraba los gastos de sus excesos. Para ello emplearon la caja central que dependía de Ana Valls y simularon anticipos inexistentes y reintegro de gastos no reales para cuadrar los gastos del modo que se dirá, todo ello en un contexto de incumplimiento generalizado de las normas arriba expuestas”. La Fiscalía también detalla cómo “por orden de Villén y Valls Rocs” gastos resultantes de orgías “no fueron contabilizados” o cómo pusieron en marcha “un plan con la finalidad de proceder el pago y devolución de los mismos en metálico en el mismo local”, llegando incluso a alegar “pérdida o robo” de la tarjeta “para darle de baja”.