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"Méritos e infamias"

Lejos de San Telmo

“En este mar de árboles como atormentados por el viento se cuece una parte importante de la economía andaluza”

Olivos en la provincia de Jaén Kiko HurtadoLa Razón

De El Carpio a Jaén la carretera serpentea entre lomas llenas de olivos. Kilómetros y kilómetros en los que la vista se pierde entre las hojas plateadas de un paisaje donde los tratos se siguen cerrando con un apretón de manos y la palabra de un hombre va a misa. Es la Andalucía interior, la de pueblos fronterizos donde no llegan los turistas en masa para disfrutar del «dolce far niente» del triángulo Sevilla-Cádiz-Huelva. En este mar de árboles como atormentados por el viento se cuece una parte importante de la economía andaluza aunque no haya una autovía que una la capital con Córdoba y los servicios básicos sigan en un estado similar al de hace 30 años. Con los presupuestos a medio cocinar por Juan Bravo, la Andalucía oriental continúa reclamando una atención que históricamente se le ha negado a pesar de ser el motor del sector agroindustrial andaluz. Cualquiera que haya paseado por Expoliva estos días se habrá dado cuenta de la potencia de un sector que mueve millones de euros en todo el mundo y al que no se le presta la atención que merece. Aquello de la España vacía o vaciada, que de todo hay, se puso de moda pero los pueblos siguen aislados, sin medios y con los vecinos cada vez más cerca de la reja del cementerio. «Superjuanma», sobrenombre que ya he escuchado en más de una ocasión en las últimas semanas, debe ponerse las pilas y patearse de pitón a rabo estas provincias, donde la gente vive en clase turista, y consolidar un suelo electoral, que no tiene, si quiere en las próximas elecciones repetir como presidente en San Telmo. A Juan Espadas más allá de la sevillana Puerta de Córdoba no lo conoce nadie, tendrá que gastarse las suelas para que le pongan cara y rezar a todos los santos para que nadie se acuerde de la herencia judicial del PSOE en casi 40 años. Estará por ver cómo los grandes partidos funcionan y gestionan en las próximas semanas el presupuesto dentro de sus ridículas discrepancias ideológicas. Cuando se viaja por esa zona, fuera de los centros de confort capitolinos, se observa el olvido de los grandes despachos con estos territorios donde la vida no es un juego, donde se ve aquello del «dinero bien empleado».