SOS
Una Navidad sin langostinos de Sanlúcar: hay 100.000 kilos menos
El cangrejo azul está arrasando con el ecosistema marino del estuario del Guadalquivir y apenas se han capturado 52.000 kilos. Su precio ya ronda los 80-90 euros el kilo
Un nuevo enemigo se ha sumado a la Covid-19 para enturbiar las Navidades. El cangrejo azul está amenazando el plato por antonomasia de la Nochebuenas: el langostino de Sanlúcar. Este voraz crustáceo procedente de Luisiana (EE UU) se expande sin control por el estuario del río Guadalquivir arrasando con otros recursos pesqueros de gran valor en la zona, sobre todo con el cotizado langostino. Cuando se abrió la veda de pesca, el 1 de noviembre, los pescadores de la Cofradía de Sanlúcar lo hicieron con el convencimiento de que, tras 45 días de parón, los caladeros estarían rebosantes. La sorpresa fue que estaban casi vacíos.
«Están llegando 100.000 kilos menos de langostinos que la temporada anterior. Si el año pasado por estas fechas se desembarcaron 150.000 kilos, en este no se ha llegado a los 52.000», asegura el técnico de la Cofradía de Pescadores de Sanlúcar, José Carlos Macías. Los que faenan en la Bahía de Cádiz temen que este cangrejo acabe desplazando a otras especies de arrastre de gran valor económico, como el langostino, el choco o la chirla, ateniéndose a lo que ha sucedido en el Delta del Ebro. Allí, el cangrejo azul ha conseguido reducir hasta la mínima expresión la presencia de especies autóctonas, como el cangrejo verde y la anguila. Por eso, demandan que se forme un Comité de Cogestión lo antes posible, con investigadores, pescadores y representantes de la Administración, para buscar una solución.
Uno de los mayores inconvenientes para frenar el crecimiento del cangrejo estadounidense es que las mayores concentraciones están en la zona A de la reserva del río Guadalquivir. Al tratarse de una zona protegida, la pesca es ilegal, aunque «se considera necesario y urgente empezar a atacar su expansión», expone el informe elaborado por la cofradía de Pescadores de Sanlúcar, la del Delta del Ebro y científicos del CSIC y la Universidad de Cádiz, entre otros centros investigadores que acudieron al taller celebrado el 28 de octubre para tratar este desastre ecológico. «A la vista de lo ocurrido en el Delta del Ebro, es muy urgente tomar medidas destinadas a la erradicación del cangrejo azul», concluyen los ponentes, que advierten a las administraciones locales y regionales de la necesidad de «regular la pesca de este cretáceo por lonja» para «poder tener muestras de diferentes zonas y conocer mejor el ciclo biológico en el estuario del río Guadalquivir».
La falta de langostinos este año no es únicamente consecuencia directa de este cangrejo depredador. «Se barajan, además, otras dos hipótesis», expone Macías. «Por un lado, es posible que el caladero no se haya recuperado lo suficiente tras el parón veraniego. Por otro, puede tener algo que ver la presencia de barcos portugueses en nuestras aguas durante todo el verano al amparo de un acuerdo bilateral que hay con el país vecino», prosigue. Por ello, los pescadores de la Bahía de Cádiz llevan dos años pidiendo que se modifiquen las condiciones del acuerdo. «Queremos que se mantenga, pero respetando las vedas de ambos países», alega el técnico.
El cómputo de las tres situaciones ha provocado que la lonja de Sanlúcar no disponga apenas de langostinos a las puertas de la Navidad. «Antes un barco te traía cinco o seis cajas al día, ahora si acaso consigue media» afirma el portavoz de la Cofradía. Y, eso, evidentemente, repercute en los precios. «El langostino mediano, que es el que más se consume, ya está en 50 euros el kilo y el gordo, entre los 70 y 80 euros. Si ya estamos en esos niveles, después del puente de diciembre calculamos que ronde los 100 euros». Y claro, con esos precios, «los pocos que quedan se van a la restauración, el comprador de pescadería no está dispuesto a pagarlo».
Manuel Morgado regenta una pescadería en Sanlúcar y afirma que aunque los precios están elevados «siempre hay demanda». No obstante, aclara que solo vende los langostinos gordos, «que están entre los 80 y 90 euros el kilo, a través del servicio online, para gente de fuera».
José María es otro pescadero sanluqueño que se dedica a la venta al por mayor. Este año, lamenta «se ha perdido mucho dinero» por la carencia de este marisco Pese a ello, no ha querido recurrir a langostinos turcos, italianos y de Marruecos.
La diferencia de precios es abismal respecto a temporadas anteriores. «El pasado noviembre comprábamos langostinos a espuertas por 20 euros el kilo y luego le íbamos dando salida para Navidades». Este año, asegura, «hay poca gente que esté dispuesto a pagarlo». Como alternativa, este pescadero recomienda para Navidad llevarse chocos, que «están muy asequibles, no llega a 7 euros el kilo, y también gambas, las gordas están a 40 euros kilo».
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