Cuaresma
Torrijas para todos: las mejores recetas para esta Semana Santa
La elaboración del típico dulce tiene diferentes variantes en Andalucía y puede adaptarse a las cada vez más presentes alergias alimentarias
Con pan de molde, de barra, con vino o con leche, con o sin miel o acompañadas de helado. Las variantes de la receta de las torrijas, el dulce por excelencia de la Semana Santa, con permiso de los pestiños, son múltiples y varían de una provincia a otra de Andalucía. En cada casa, se hacen de una manera distinta, aunque existe casi unanimidad en cuanto a lo importante: están buenísimas.
La más extendida por Andalucía: con leche y azúcar
Para prepararla, el primer paso es mojar una rebanada gruesa de pan del día anterior en leche, después pasarla por huevo y freírla. El último paso para completar el manjar es preparar una mezcla de azúcar blanca y canela y rebozarla. Lo mejor es dejarlas reposar y comerlas tibias o frías, para no quemarse y para apreciar mejor los sabores. También puede añadirse cáscara de limón a la leche. Esta receta es la más extendida en Andalucía.
La tradicional, con miel y vino
La versión más demandada de la torrija en Sevilla es la que se elabora empapándola en vino y después cubriéndola con miel, usando pan de molde específico que puede encontrarse en cualquier horno o panadería. Los restaurantes aprovechan la cuaresma para ofrecerla en sus cartas y muchos la ofertan todo el año, acompañadas con helado de vainilla, como se hace con el brownie. El contraste frío-caliente la convierte en una delicia a la que es difícil resistirse.
Sin gluten y adaptadas para alergias
Quienes sufren alergias o intolerancias a algún alimento, como los celíacos, también pueden adaptar su propia receta. Lo primero es comprar pan sin gluten y es recomendable hacerlo mejor con rebanadas, ya que las barras suelen ser menos consistentes. Si se tiene alergia al huevo, puede eliminarse y freírlas directamente con la leche (también sin lactosa) o enharinarlas con harina de arroz, más ligera que la de maíz.
Sin azúcar para diabéticos
Otra variante para reducir la ingesta de azúcar es prepararlas como tradicionalmente, mojadas en vino (dulce o tinto) o leche y huevo, pero saltarse el último paso y no rebozarlas con miel ni azúcar. En este caso, sí permite rociarlas con un poco de canela que le aportarán más sabor, permitiendo comerlas a todo el mundo.
Al horno, más ligeras
El exceso de calorías que aportan las torrijas puede reducirse cambiando un simple paso: en vez de freírlas en abundante aceite de oliva, pueden terminar de hacerse al horno. Estarán listas cuando el pan se haya dorado por fuera. Hay que tener cuidado para que no se queden demasiado secas y acaben convirtiéndose en un trozo de pan seco.
Variantes con imaginación
Como en todo en la vida, el límite está en el sentido común y las torrijas admiten muchas variantes. Su receta básica seguirá siendo la misma, pero experimentar con ingredientes salados, como el queso para acompañarlas o rellenarlas, puede resultar un éxito. La cáscara de naranja para aportar sabor o mermelada como complemento son otras opciones también muy apetecibles.
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