Los armadores de Cádiz: «Si tanto molestamos, que nos busquen una salida»

Desde la semana pasada, la flota pesquera no ha vuelto a los caladeros de Marruecos. Lo que en su día fue una atractiva válvula de escape para gran parte del sector pesquero, ha dejado de tener interés por el alto precio de los carburantes y el bajo precio del pescado, colocando en una situación límite a armadores y pescadores. Tanto que, incluso, se empieza a hablar de la oportunidad de que exista un nuevo plan subvencionado de desguace voluntario de embarcaciones por parte de la UE.

«Ante la imposibilidad de pescar en los caladeros de Marruecos por el altísimo coste de los carburantes y el bajo precio del pescado, el discurso de la sobreexplotación que existe del Golfo de Cádiz y la inoperancia de las administraciones, que no quieren coger el toro por los cuernos, nos están llevando a muchos armadores a la ruina», denuncia Tomás Pacheco, presidente de los armadores de Barbate.

Este estado de ruina y agotamiento que, entre toneladas de algas invasoras, se vislumbra día a día en el puerto pesquero de La Albufera (Barbate) y que, incluso, vuelve a agitar la posibilidad de que, como a principios de este siglo (2002-2007 y 2008-2013), Europa vuelva a poner sobre la mesa un plan voluntario y subvencionado de desguace.

«Quizás», asegura, «habría que abrir las ayudas al desguace de embarcaciones desde la UE, porque ni tenemos relevo generacional ni, por las circunstancias antes apuntadas, rentabilidad alguna. Así que si es necesaria esta opción para, cuanto menos, tener una salida digna, que se haga». «Lo que no pueden existir son agravios comparativos, con un segmento de la flota que tuvo esa oportunidad y los que ahora decidan irse», señala. «Lo que está claro es que si tanto molesta el sector pesquero, tantos problemas le da a la Administración española, pues lo mejor es que se le busque una salida digna y punto».

En los anteriores planes de desguace de la flota pesquera impulsado por la UE se redujo el total de la flota en un 30 y un 10%, respectivamente, em favor de una mayor «coherencia» con las verdaderas posibilidades de los recursos pesqueros.

La situación es tan grave que el presidente de los armadores señala en relación a las embarcaciones de Barbare que «aquí están en venta todas, el problema es que se pague o no se pague». «Esto refleja y es el mejor ejemplo de una situación que solo se puede calificar como límite y caótica», clama.

CALADEROS DE MARRUECOS

Por lo que respecta a los caladeros de Marruecos y la presencia de la flota en el mismo, Tomás Pacheco señala que “estamos ante un acuerdo de pesca totalmente inoperativo debido a unas circunstancias en torno a los carburantes y el pescado que arroja una cuenta de balance totalmente negativa, con más gastos que beneficios”.

Tanto es así que “la semana pasada hubo solo tres barcos en los caladeros y se tuvieron que venir, ya que, al segundo día de estar allí, ya no había nada”.

Con la rentabilidad del caladero marroquí a la baja y a un año vista (julio de 2023) de que expire el último acuerdo pesquero suscrito entre la Unión Europea y el Reino de Marruecos (se llevan produciendo desde 1988), cabe preguntarse si sería idóneo volver a firmar tal acuerdo o plantear un nuevo plan de ayudas directas para la flota. “Estamos ante decisiones que tiene que tomar la Unión Europea. No obstante, no hay que dejar de pensar que la UE le va a dar a Marruecos dinero se llame acuerdo pesquero, se llame acuerdo del tomate. Eso es así”.

Este último acuerdo UE-Marruecos, con un pago anual de 52 millones de euros, hizo posible el regreso a la actividad de 45 embarcaciones de los puertos de Barbate, Conil, Tarifa y Algeciras (92 españolas y 128 del total de la UE). Declarado ilegal por el Tribunal de Justicia Europeo, se encuentra a la espera de la resolución al recurso de la Comisión Europea.