Laboral
Las jornadas de huelga se reducen en Andalucía a niveles de 1996
La disminución de la conflictividad social es un indicador clave para atraer inversiones e impulsar reformas, objetivos clave en esta legislatura
Hay que remontarse a 1996 para encontrar un clima de «paz social» como el que existe hoy día en Andalucía. Al menos eso es lo que se desprende de los datos publicados por el Ministerio de Economía y Seguridad Social en los primeros cuatro meses del año. En concreto, el número de jornadas no trabajadas por huelgas en Andalucía hasta el mes de abril de 2022 se cifra en 3.349, casi la mitad de las registradas en los cuatro primeros meses del año anterior, en el que se alcanzó la cifra de 5.804. La serie histórica obliga a detenerse en 1996 para encontrar una cifra menor en un primer cuatrimestre.
La tendencia en el resto de España es muy distinta. De hecho, en términos relativos, hasta el mes de abril el número de jornadas perdidas por huelgas en Andalucía se redujo un 42,3 por ciento interanual. Nada que ver con la realidad nacional, donde lejos de reducirse, aumentó un 38,2 por ciento, ya que los primeros cuatro meses del año se cerraron con 123.090 jornadas no trabajadas por las ya mencionadas 170.104 del actual ejercicio. La estadística nacional está muy mediatizada por Cataluña, ya que es la comunidad autónoma que lidera con mucha diferencia el número de jornadas no trabajadas por huelgas en España, con 94.802. La diferencia con la segunda región, el País Vasco con 38.821, es superior al doble. En tercer lugar de esta estadística se sitúa la Comunidad Valenciana, con 8.229 jornadas perdidas por este motivo, seguida de la Comunidad de Madrid con 5.998.
Aunque de los datos no se pueden extraer conclusiones de carácter político, si se relacionan estos datos con la actual situación gubernamental en Andalucía, se puede deducir que ha habido un cambio sustancial entre 2019 y 2022. El primer año de Gobierno de Juanma Moreno se cerró con 46.422 jornadas no trabajadas por huelga. Esta cifra fue muy superior a las registradas en la última legislatura de Susana Díaz como presidenta de la Junta. Así, el año 2015 se cerró con 22.567 jornadas; 2016 (36.656); 2017 (36.337); y 2018 (25.545).
La estadística del Ministerio de Economía y Seguridad Social incluye datos desglosados sobre las jornadas perdidas corresponden al ámbito privado o al público y si tienen repercusión municipal, comarcal, provincial o regional. En cualquier caso, minimizar la conflictividad social es un anhelo de todos los Gobiernos, porque es un elemento más que suma, junto a la estabilidad política, a la hora de atraer inversiones e impulsar reformas.
Por tanto, en un contexto como el actual, con una escalada de la inflación sin precedentes y que alcanzó en julio el 10,8 por ciento, que las jornadas de huelga se sitúen en un nivel tan bajo es un buen síntoma.
De hecho, la «paz social» fue uno de los elementos que esgrimieron los Gobiernos socialistas para implantar durante una década el sistema de ayudas a empresas en crisis y prejubilaciones y que ha dado lugar a las recientes condenas en el Tribunal Supremo por el caso ERE.
El actual Gobierno andaluz ha mantenido una relación fluida con los sindicatos y, pese a algunas tensiones, ha logrado encauzar con éxito esta interlocución. En la presente legislatura trata de dar incluso más visibilidad a estas competencias y las ha incluido en la Consejería de la Presidencia, Interior, Diálogo Social y Simplificación Administrativa.
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