
La denuncia
«Vemos las narcolanchas y no podemos interceptarlas»
La Guardia Civil se centra en el petaqueo, controlando las gasolineras en las que las mafias compran el combustible

Se incrementan las detenciones en Almería por transportar y almacenar combustible y entre las últimas, las de tres hombres relacionados con más de 10.000 litros de gasolina, en El Ejido y en Adra, junto a los que se encontraron cuatro embarcaciones semirrígidas. La semana pasada la Guardia Civil ha intensificado la vigilancia en gasolineras y estaciones de servicio almerienses, con el objetivo de entorpecer una actividad también cada vez más presente en la provincia, el «petaqueo» –actividad que se propaga por toda Andalucía–. A su vez, quiere evitarse que Almería funcione como punto de abastecimiento preferente para las mafias internacionales, mientras se suceden continuos ejemplos de avistamientos en aguas almerienses, muchos incluso filmados por bañistas y compartidos en redes sociales.
Así, hace apenas unos días aparecía varada en una playa de Vera una embarcación cargada con otros 1.200 litros de combustible, equipada con dos potentes motores y valorada en más de 150.000 euros. La benemérita sospecha que se dedicaba a suministrar combustible a otra decena de embarcaciones que operan en la zona, sin embargo, tuvo que ser una avería la que puso fin a su actividad. «Nos enfrentamos cada día a decenas de narcolanchas, porque nos salen del pairo, de fuera aguas territoriales, las vemos y no podemos interceptarlas», reconoció Víctor Vega, portavoz de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) en Almería, explicando que «cuando las encontramos es porque han tenido una avería, necesitaban reparaciones o las habían dejado a la deriva».
De este modo, «en la provincia no tenemos material para combatir el narcotráfico en el mar, ni el tráfico de personas, pero hay que tener en cuenta que tampoco lo tenemos para rescatar a las personas o para colaborar en el tema de ahogamientos, como se ha visto también estos días con un desaparecido y posterior víctima en Carboneras». «Con mala mar dependemos del helicóptero de Granada, que no da abasto», denunció Vega, señalando que «Salvamento Marítimo sí tiene buques para salir con meteorología adversa, pero nosotros necesitamos más medios, porque nuestra batalla es siempre desproporcionada, más si tenemos en cuenta las velocidades que alcanzan las narcolanchas».
En este sentido, desde la AUGC solicitaron incluso la participación de «la Armada Española, al igual que se habilita su intervención en conflictos comerciales y pesqueros, para que se movilicen también contra el narcotráfico». Ante la falta de recursos, «el Plan de Seguridad Especial del Estrecho no es contundente en Almería» máxime cuando «se prometió que se iba a hacer una ley contra el petaqueo y no se hace, privándonos de herramientas penales que frenen estas prácticas», manifestó Vega. Y es que, hasta que llegue el cambio legislativo que esperan las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, la tenencia o el transporte de la gasolina se enmarca tan solo como una actividad de riesgo, como sustancia inflamable, para que se pueda condenar a los autores por un delito de peligro público. Motivos que contribuyen a que se vea «menoscabado el principio de autoridad de los agentes», como puntualizaron desde la Asociación Unificada, en referencia a la escasa pena asociada a esos ilícitos y recordando represalias como la quema de «un coche patrulla en la barriada de la Alquería, como posible venganza contra los operativos que se estaban realizando en la zona contra el petaqueo».
Una «creciente desproporción de fuerzas entre los narcos y los agentes que los combaten» también criticada por la asociación Independientes de la Guardia Civil (IGC), quienes lamentaron que la ‘narcoindustria’ haya «ampliado» su poder con el traslado irregular de personas, una actividad que «en muchos casos resulta incluso más lucrativa», al cobrarse «entre 3.000 y 5.000 euros por persona». El portavoz nacional y vicepresidente de la organización, Daniel Fernández, aseguró que «el abandono de embarcaciones de valor refleja hasta qué punto» a los delincuentes «les sobra el dinero y les faltan frenos». Asimismo, expresó su preocupación por que «los guardias civiles que deben enfrentarse a estas mafias lo hacen con recursos obsoletos y escasas dotaciones» y porque «no estamos hablando de una lucha justa, sino estamos jugando en ligas muy distintas».
Ya ayuntamientos costeros de la provincia como Adra, El Ejido o Níjar, han trasladado a la Subdelegación de Gobierno en Almería y al Ministerio del Interior la necesidad de incrementar las dotaciones de efectivos materiales y humanos ante el fenómeno creciente de las narcolanchas. En este sentido, el alcalde de Carboneras, Salvador Hernández, lamentó que este verano «no estamos viendo tanto petaqueo como en otros tramos de la costa, pero cada dos semanas sí vemos embarcaciones semirrígidas que desembarcan en playas urbanas con cientos de inmigrantes que entran y forman parte de un paisaje poco edificante en periodos de baño y llegada de turistas».
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