Córdoba

Semana Santa

Añafiles, estrellas que sirven de faroles y judíos

La Semana Santa de Cabra, que atesora cinco siglos de tradición, cuenta con una identidad propia repleta de singularidades

Una procesión de Semana Santa en Cabra
Una procesión de la Semana Santa de CabraJavi JiménezLa Razón

Cinco siglos de tradición, una identidad propia y el amplísimo patrimonio material e inmaterial que atesoran las cofradías de Cabra hacen que este municipio cordobés, ubicado en el corazón de Andalucía, se convierta durante la Semana Santa en uno de los principales enclaves para disfrutar de esta festividad. Declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional en 1989, la Semana Mayor egabrense cuenta con un total de 27 Hermandades y Cofradías que realizan estación de penitencia desde el Domingo de Ramos al Domingo de Resurrección. A esta festividad, en la que participan todos los egabrenses, acuden cada año miles de fieles, devotos y turistas de toda España para vivir de cerca la pasión, muerte y resurrección de Jesús.

La Semana Santa de Cabra forma parte de la idiosincrasia propia de esta ciudad desde hace más de cinco siglos. Por ello, desde que la Archicofradía de la Vera Cruz se fundara en 1522, los imagineros más conocidos de toda España desde el Barroco hasta el siglo XX han acudido a este municipio para tallar las imágenes que salen en procesión cada año y que gozan de un valor artístico y religioso incalculable. Fernando Priego, alcalde de Cabra, asegura que la Semana Santa del municipio cuenta con la «representación de los mejores imagineros de la historia de España». Además, los principales imagineros contemporáneos «han dejado en Cabra su legado a través de tallas de una exquisita belleza», explica. La Semana Santa egabrense deleita a fieles y visitantes «con tallas de Nicolás Salzillo, como los judíos que acompañan al Cristo amarrado a la columna; con otras obras atribuidas a Pedro de Mena, como la Virgen de la Soledad; o con tallas barrocas de la escuela granadina, donde podemos ver esculturas de José de Mora», entre otros grandes escultores de la época. Desde el punto de vista artístico, la Semana Mayor egabrense ha ido evolucionando y bebiendo de otras corrientes. Principalmente, se puede apreciar impronta sevillana, granadina y también malagueña. Sin embargo, Priego insiste en la «identidad propia» con la que cuenta esta festividad: «seguimos conservando el toque de los añafiles o abejorros –trompetas alargadas con un sonido muy peculiar– que anuncian la subida y bajada de algunos de los pasos de la Semana Mayor; los ‘judíos’ que portan –a hombros y por fuera– a Nuestro Padre Jesús Preso; los faroles de estrella; los estandartes; y un gran patrimonio musical propio de la ciudad». A todo ello, entre otras de las señas de identidad que hacen singular a esta Semana Santa, se le suman el toque de rompevelos que se escucha en la madrugada del Viernes Santo o la saeta de Cabra.

La Semana Santa de Cabra es de excepcional belleza
La Semana Santa de Cabra es de excepcional bellezaJavi JiménezLa Razón

Aunque desde el punto de vista cultural y etnográfico la Semana Santa es una seña de identidad de la ciudad que «aglutina y vincula al conjunto de sus vecinos», desde el punto de vista económico se han ido desarrollando en Cabra otras actividades económicas que si no fuesen por esta festividad no existirían. «Tenemos un amplio catálogo de actividades profesionales que gracias a la Semana Santa de Andalucía subsisten y que en Cabra encuentran grandes exponentes y representantes» como los talleres de bordado, la imaginería o las dos cererías «que suministran velas a toda Andalucía», explica Priego. Además, esta cita atrae a miles de turistas cada año que impulsan los establecimientos hoteleros y la hostelería local.

Para el alcalde todos los días son especiales, pero señala el Sábado Santo como un día singular en la Semana Santa andaluza. El «Sábado Gloria», nombre acuñado popularmente por los egabrenses, procesionan tres cofradías, entre las que destaca «la Soledad» porque, según explica Priego, viene acompañada por la Legión y «culmina con festejo taurino». Los días que más procesiones salen a la calle son el Jueves y Viernes Santo. Respecto a la música, la gran mayoría de hermandades van acompañadas de bandas de música tanto de Cabra como de «otras venidas de toda la geografía andaluza», asegura Priego. También hay Cofradías que por su naturaleza van en silencio o al son de motetes o tambores.

Todos los días salen procesiones a la calle. El Domingo de Ramos salen las hermandades de la Pollinita, la Misericordia, el Lavatorio y la Oración en el Huerto; el Lunes Santo, el Calvario y Rosario y el Cristo de la Sangre; el Martes Santo solo procesiona el Cristo de la Sentencia y la Virgen de la Paz; el Miércoles Santo, los Estudiantes y Nuestro Padre Jesús de las Necesidades; el Jueves Santo cuenta con hermandades que realizan estación de penitencia desde la madrugada hasta la noche como la Cofradía del Santísimo Cristo de la Expiración, la Piedad, la Archicofradía de Nuestro Padre Jesús Preso o la conocida Archicofradía de Vera Cruz y los Remedios; el Viernes Santo también cuenta con procesiones desde la madrugada como el Cristo del Silencio o Nuestro Padre Jesús de Humildad y Paciencia y durante el día procesionan hermandades como el Descendimiento, las Angustias o Nuestra Señora de los Dolores; el Sábado Santo sale el Perdón, la Soledad y Nuestra Señora del Socorro; y, el Domingo de Resurrección, el Resucitado.

La Semana Santa de Cabra se consolida como una fiesta de una calidad y nivel a la altura de las grandes ciudades, pero ubicada en un enclave único que aúna cultura, religión, naturaleza y gastronomía para disfrutar con los cinco sentidos sin aglomeraciones humanas ni limitaciones.