Opinión | "Méritos e infamias"

Las buenas noticias

"La tentación de matar al mensajero forma parte de nuestra sustancia"

Periódicos en papel y en su edición digital
Periódicos en papel y en su edición digitallarazonLa Razón

Me reclamaba un lector en un acto organizado por LA RAZÓN más noticias positivas, se quejaba de que sólo le llenamos el salón de casa con problemas y gritos. El hombre se mostraba molesto porque no encontraba en el espectro informativo razones para animarse, sentía que la catarata de crispación nacional tomaba impulso a medida que los periodistas las reparten entre la audiencia, que somos culpables de este mal café para todos. Mientras insistía en que éramos, en cierto modo, los responsables del mal momento nacional, me imaginaba a mis colegas de profesión entregando piezas a diestro y siniestro como si fueran trozos de pizza envenenados guardados en una caja de cartón. «Una de cribados, con sesión parlamentaria y datos del paro, ¿verdad?». La tentación de matar al mensajero forma parte de nuestra sustancia, así que no me tomé a mal la acusación y volví a la realidad del coloquio cuando el dedo que me señalaba miraba ya hacia el suelo. Se hizo el silencio y le respondí que los medios de comunicación no aparecemos en la cocina desde el espacio exterior, ni los periodistas anidan en un huevo cósmico en el que nace la opinión pública. Este veneno nacional, que impide escuchar con claridad lo que nos sucede y entendernos, exige el compromiso y el esfuerzo de todos. La esencia de la democracia depende de ello. Si no, esta pelota de basura nos arrastrará tarde o temprano como ha sucedido en otras ocasiones. No espero demasiado de los políticos, tampoco de los periodistas, pero al menos, la sociedad tendrá que darse cuenta en algún momento que no poder comprarse una casa, que los impuestos te fundan el salario del mes, que desayunar en la calle cueste cinco euros y que si te ‘okupan’ la casa te aguantas no son únicamente malas noticias. Son realidades que tienes que chuparte porque ninguno de los «estomagosllenos» que vive de la política va a mover un dedo para ayudarte. Una inacción que luego tiene el coste de la llegada de los salvapatrias de siempre que piensan que con una bandera se solucionan tus problemas. No se engañe, las malas noticias no se cocinan para amargarle el día, usted vive dentro de una.